La antigua ciudad de Cirene, en Libia, está amenazada por la desidia y la construcción incontrolada.
¿A qué llamamos la Atenas africana?
Se trata de la antigua ciudad de Cirene, fundada en el siglo VII a. C. Aunque sus ruinas sobrevivieron a los conflictos resultantes del levantamiento contra Muammar Gadafi, ahora están amenazadas por excavadoras. Cirene se encuentra a unos 180 km al este de Bengasi, la cuna de la revuelta que llevó a la caída del régimen de Gadafi en 2011. Desde entonces, el país se ha hundido en el caos, lo que genera serias preocupaciones sobre el futuro de su herencia cultural ancestral. En 2016, la Unesco clasificó la ciudad de Cirene, y otros cuatro sitios libios del Patrimonio Mundial, entre los sitios en peligro.
¿Qué pone en peligro la ciudad de Cirene?
Las construcciones anárquicas están invadiendo la Atenas africana. «La gente divide sus tierras en parcelas residenciales para la venta. Esto está motivado por la búsqueda de ganancias. Todo esto se hace a expensas de las ruinas arqueológicas», dice Adel Abu Fejra, curador del Departamento de Antigüedades de Cirene. En 1992, el sitio fue catalogado como Patrimonio de la Humanidad. Pero la dejadez continúa desfigurando el rostro de este lugar histórico. «La ciudad de Cirene ha sido blanco de varios delitos, por ejemplo, grafitis en ruinas y en cuevas, basura dejada por visitantes y turistas. También se han realizado salvajes excavaciones en sitios arqueológicos en lugares remotos de la ciudad».
¿No puede el gobierno de Libia proteger sus sitios arqueológicos?
Libia tiene un arsenal legal para proteger su patrimonio antiguo, supervisar las excavaciones arqueológicas y castigar a los infractores. Sin embargo, las leyes no son muy disuasorias con multas irrisorias y penas de prisión muy cortas, que van de tres meses a un año.
¿Cómo se explica esta dejadez?
Desde comienzos de 2011, Libia ha estado en situación caótica, primero con la revuelta contra el régimen de Gadafi, ya mencionada, que aunque duramente reprimida, logró derribar el régimen dictatorial y condujo a la ejecución sin juicio de Gadafi, el 29 de octubre de 2011. Desde entonces el gobierno de Libia ha estado dividido en dos facciones, en conflicto continuo. Después de una década de inestabilidad, se acaba de establecer un nuevo gobierno unificado, para cerrar el capítulo sobre las divisiones. Una mejora política que podría mostrar la luz al final del túnel.
Bartolomé Burgos
[CIDAF-UCM]