Luanda quiere aprovechar el incremento de la cotización del café

2/09/2009 | Crónicas y reportajes

Angola, gran exportador de petróleo y diamantes, rehabilita poco a poco sus plantaciones coloniales de café para diversificar una economía asolada por treinta años de guerra civil.

Casi todas las plantaciones, creadas por los colonizadores portugueses, fueron destruidas por la guerra civil (1975-2002) que devastó el país después de la independencia.

Sin embargo, «el haba robusta de Angola es la mejor del mundo», explicó un ingeniero del Instituto Nacional del Café, Mayimona Rómulo.

«En términos de clima y precipitaciones, contamos con excelentes condiciones para cultivar el café. Además del haba robusta, empezamos a cultivar arábiga en las mesetas del centro», añadió.

Durante la década de los setenta, antes de la guerra civil, 2.500 granjas comerciales y 250 mil pequeños productores angoleños producían hasta 228.000 toneladas de café por año y el país era el cuarto exportador mundial.

Pero la guerra derrumbó la producción a apenas 9.000 toneladas en 1985 y 2.000 toneladas en 2007.

Hoy en día, los precios mundiales del café se dispararon un 45% más para el robusta de 2007 a 2008) y llevaron al gobierno a dar prioridad al cultivo de ese grano.

«El café y toda la filial agrícola son fundamentales para el desarrollo de nuestra compañía porque crean empleos, muchos más que la industria petrolera», explicó a la AFP el ministro de Economía, Manuel Nunes hijo, durante una feria agrícola.

El ministro de Agricultura, Pedro Canga, se abstuvo de cifrar las inversiones, pero aseguró que el Gobierno «está determinado a crear las mejores condiciones para el sector del café» gracias a asociaciones entre los sectores público y privado.

Entre los inversionistas privados, la sociedad BelaNegra, especializada en un 100% en el café robusta ecológico, considera que «hay mucho potencial aquí», según su director comercial, Luiz Gonzaga. BelaNegra espera comercializar su café angoleño próximamente en la República Checa, Portugal y España.

A menor escala, Estados Unidos y la compañía petrolera estadounidense Chevron financian con 6 millones de dólares (4,2 millones de euros) el programa Pro-Agro, que busca aumentar los rendimientos, dinamizar las plantaciones de plátanos y ayudar a los pequeños productores de café.

Pero atraer a los compradores no es fácil. «Financieramente no era viable», explica el portavoz de una empresa británica que pidió el anonimato. «Sólo logramos cosechar 80 toneladas para la exportación en dos años», dijo a la AFP.

Otros, como el director general de Acción para el Desarrollo Rural y el Medioambiente, Sergio Calundungo, también expresan su escepticismo. «Todos hablan de Angola como un gran exportador de café, pero parecen olvidar que esto ocurría en la época colonial, cuando los angoleños trabajaban en las plantaciones como esclavos», recuerda.

«Para cultivar café, se necesitan tierras muy grandes, buenas infraestructuras con zonas de tratamiento y de almacenamiento y, sobre todo, esto no alimenta a la población», dice.

Pero la industria local es optimista. El coordinador de un proyecto de instituto del café en la región de Kwanza Sul, en el oeste del país, Pascoal Miranda, prefiere llegar a la conclusión de que «el café está para siempre. No va a desaparecer como el petróleo».

Afrique Centrale, Publicado el 26 de julio de 2009.

Traducido por Stephanie Álvarez, para Fundación Sur.

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