Entrevista a un líder político del este de la RDC: «la operación Kimia II es un fracaso»

1/07/2009 | Entrevistas

Willy Mishiki, líder político y jefe de Walikale en Kivu Norte ha sido entrevistado el 19 de junio por Ghislaine Dupont de RFI sobre la situación que prevalece en esta parte de la República Democrática del Congo, después de la operación «Umoja Wetu».

G.D: Las autoridades congoleñas, en concreto el gobierno de Kinshasa, han afirmado que al Este del país, en Kivu Norte, la situación está en vías de pacificación. Usted, que vive en el terreno, ¿puede constatarlo?

W. M.: Sinceramente, la realidad es la contraria en el terreno. La situación se está deteriorando considerablemente, este es el caso de Walikale donde a menudo se constata que la mayoría de las masacres que se cometen suceden ahí donde hay militares de la FARDC. Evidentemente, los de FDLR, – ¡la mayor parte son intelectuales! ¡Son estrategas! – tratan de cometer masacres allí donde se encuentran nuestros militares. Esto da la impresión de que son las FARDC las que lo hacen. Así crean un sentimiento de desconfianza entre la población local y las tropas gubernamentales.

Pero, por otro lado, en los territorios ocupados por el FDLR, no hay estas mismas masacres, no hay violaciones. Es lo que hace creer que en los lugares ocupados por el FDLR es donde hay seguridad. Esto ha sido constatado en el sur de Lubero, donde la mayor parte de las masacres han sido cometidas a algunos metros o bien de la posición de la Monuc, o bien de las FARDC.

Según usted, ¿las FARDC disponen de medios suficientes para llevar a cabo operaciones de manera eficaz?

En absoluto. Habíamos hablado de algunos entre ellos. Hay un problema de medios, de víveres, de sueldos pagados irregularmente o insuficientes. Creo que las topas están cansadas. Creemos que es tiempo reemplazarlas por tropas nuevas que no hayan participado en las operaciones precedentes.

¿Que resultado saca usted de la operación que se llevó a cabo conjuntamente por la armada congoleña y la ruandesa?

Hemos sido nosotros los que hemos mantenido la operación «Umoja Wetu» que había suscitado tanta esperanza. Han hecho falta muchos esfuerzos, pero la operación no ha tenido mucho tiempo. Hubo, por ejemplo, en el territorio de Walikale sólo dos semanas. En el conjunto de la provincia de Kivu Norte, hubo cerca de un mes. Esto no es suficiente para hacer el trabajo que nos esperaba. Desgraciadamente el trabajo que debería estar finalizado por las FARDC y la MONUC no ha sido continuado. Después del regreso de los ruandeses a su país, el FDLR ha vuelto con más fuerza, se han cometido las mismas represalias respecto a la población civil que las que motivaron la operación «Umoja Wetu».

Hoy creemos que, se trate de la operación «Umoja Wetu» o de la operación «Kimia II», es un verdadero fracaso. Porque no llegamos realmente a poner fin a la presencia del FDLR. Para poner fin a la presencia del FDLR en la provincia de Kivu Norte y también en el este del país, habrá que considerar una nueva estrategia, cambiar de método y, por qué no, considerar la posibilidad de restringir las operaciones con los ruandeses.

Pensamos que habrá que considerar una operación misiva que les cogerá por la retaguardia, es decir, una barricada en las provincias de Maniema y la Provincia Oriental y llegar por detrás para empujarles hacia Ruanda. Es la única solución para empujarles hacia la frontera ruandesa y también a todos los que están tomados como rehenes por el FDLR. Especialmente, aquellos que son buscados hoy por haber cometido genocidio podían ser liberados y proceder a una repatriación a Ruanda.

Habrá que considerar también soluciones políticas para todos los que estimen que ir a Ruanda es ir a la muerte. Habrá que instaurar en Ruanda un tribunal penal internacional como la CPI de La Haya, que sea como el tribunal penal de Arusha, que pueda regular los problemas de estos militares.

¿Esta inseguridad suscita tensiones entre la comunidad congoleña en la provincia?

Absolutamente. Se ve desde que se llega a la frontera cómo la población autóctona es exterminada, particularmente los tutsi congoleños emigrados a Ruanda.

Esto ha creado una suerte de odio que comienza a hacerse resentir. El odio contra una etnia. Personalmente, como líder local, esto me hace sentir miedo porque nos lleva a los años 90 cuando había un problema interétnico. Esto va a complicar todavía más todo, incluso más que las guerras que han sido impuestas.

Entrevista publicada en Kongo Times, el 19 de Junio de 2009.

Traducido por Cristina Algarra, para Fundación Sur.

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