Análisis: Jartum no demuestra su inocencia en la crisis de Chad

11/03/2008 | Crónicas y reportajes

El presidente chadiano, Idriss Deby Itno, se ha visto obligado de nuevo a defender su régimen de la presión de los rebeldes. ¿Quién sostiene esta enésima tentativa de echarlo del poder? ¿Quien se encuentra detrás de los rebeldes?
El 8 de febrero del 2006, en Trípoli, bajo la invitación del líder libio, Mouammar Kadhafi, los presidentes Idriss Deby Itno del Chad y Omar El Bechir, de Sudan, en presencia de su homólogo congoleño, Denis Sassou N’Guesso, entonces presidente en ejercicio de la Unión Africana, y del antiguo presidente de la Comisión de la Unión Africana, Alpha Oumar Konaré, firmaban un acuerdo que fue calificado de última oportunidad. Este acuerdo contenía el compromiso de los dos dirigentes a prohibir toda acción que tuviera como finalidad, la desestabilización del país vecino.
Durante el periodo que siguió a este acuerdo hemos asistido a un juego de escondite entre Yamena y Jartum, caracterizado por un intercambio de comunicados, unas veces apaciguadores, otras veces incendiarios. Esto era en parte la prueba de que nada estaba verdaderamente arreglado, entre las dos capitales, el mismo acuerdo de Trípoli había sido obtenido con “fórceps”.
En efecto en la capital libia, Idriss Deby Itno no había cesado de señalar con el dedo al dirigente sudanés, acusándolo de agresión. Sin embargo Omar El Bechir juraba con la mano en el pecho, que las rebeliones existentes en el Chad, no estaban apoyadas por su país, en absoluto. Los observadores cuentan que Idriss Deby Itno no podía contener su cólera.
La nueva subida de las tensiones en estos principios de febrero, que envía de nuevo al «soldado» Deby al campo de batalla, preocupa por varios frentes: Los acontecimientos actuales tendrán consecuencias, sin ninguna duda, sobre el despliegue esperado de la fuerza europea, EUFOR, de la cual se espera que proteja los campos de refugiados y los desplazados de guerra en el Este del Chad. Hablando claro, esto quiere decir que los sufrimientos de estas poblaciones, víctimas del hambre y de las vejaciones de las fuerzas armadas presentes, van a aumentar, y que el clima ya deteriorado entre Yamena y Jartum, va a tensarse, con el riesgo de que la zona de conflicto se extienda. En todo caso la pregunta que se plantea, es la de saber si las fuerzas francesas con base en el Chad, dejarán (sin utilizar las armas), que el régimen de Yamena se “derrita” bajo la presión de los rebeldes.
Desde hace tiempo se sabe que las autoridades sudanesas no veían con buenos ojos el despliegue, en la región de Darfur, de una fuerza internacional híbrida, compuesta por soldados de la ONU y de la Unión Africana. Esta fuerza, está activa desde principios de año, (de aquí surge la pregunta) ¿El papel que juegan los rebeldes chadianos en el momento en el que se precisa la instalación de la fuerza europea es ajeno a esta resistencia sudanesa de ver la región sitiada por “fuerzas extranjeras”?
Con la certeza de que la columna de trescientos vehículos cargados de armas y municiones que ha asaltado Yamena venía de Sudan. Jartum tendrá problemas esta vez, para justificar su inocencia.
La última pregunta, para concluir, al menos provisionalmente, sobre este tema es: El incendio que se produce en Yamena ¿no tendrá consecuencias sobre el eje Jartum-Yamena-Bangui y mas allá? Se puede dudar
(Les depéchês de Brazzaville, 04-02-08)

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