Guinea-Conakry superó la semana pasada el control regular de Naciones Unidas vinculado al respeto a los derechos humanos bajo el análisis y la crítica de otros países miembros. Actualmente, en el país africano se vive una situación de palpable tensión, ya que el proyecto de cambio constitucional de Alpha Condé, presidente de la República de Guinea, ha provocado una serie de revueltas. Estos levantamientos populares han causado la muerte de protagonistas de ambos bandos, civiles y agentes.

Varias potencias mundiales como Canadá, Países Bajos, Bélgica, Francia, Alemania, Estados Unidos o Reino Unido, consideran que Guinea debería iniciar una investigación judicial imparcial sobre los casos de violencia que han ocurrido durante estas manifestaciones y que parecen no haber terminado.

Asimismo, otra de las preocupaciones es el empleo de armas letales contra la población. Como consecuencia, Mamadou Lamine Fofana, ministro de Justicia de Guinea, está tratando de demostrar la inocencia de su gobierno. Por este motivo, ha asegurado a los distintos países asociados que las fuerzas de seguridad escogidas para controlar estas insurrecciones han recibido desde un principio la orden de presentarse desarmados. A su vez, el ministro ha asegurado que cuando aparecen armados deben permanecer a una distancia concreta de los protestantes.

Por otra parte, Mamadou Lamine Fofana ha querido recalcar que la tardanza en el comienzo con las investigaciones judiciales sobre casos registrados de violencia se debe a la incapacidad de las fuerzas de seguridad guineanas en balística. Finalmente, cabe señalar que las sucesivas elecciones son al mismo tiempo un motivo de preocupación para la comunidad internacional, por lo que, concretamente Estados Unidos y Países Bajos, insisten en que los concursos electorales sean libres, transparentes y justos.

Fuente: Le Nouvel AFRIK.COM – Imagen: Anticapitalistes

[Edición y traducción, Gloria Cuesta Noguerales]

[Fundación Sur]