Sudán: N’Djamena y Khartoum se hacen la guerra por procuración – Chad y Sudán – «Estado de beligerancia»

13/05/2009 | Opinión

Una vez más, rebeldes chadianos de la Unión de Fuerzas por la Resistencia (UFR) han penetrado desde Sudán en el este de Chad. 400 vehículos, divididos en dos columnas, con la capital chadiana, N’Djamena como “objetivo final”. Tras una semana de combates, el ejército chadiano parecía haber ganado y logrado rechazar a los rebeldes. Éstos afirman que están agrupando sus fuerzas para proseguir su ofensiva.

¿Pero quiénes son estos rebeldes que se enfrentan al poder de Deby? La UFR es una alianza de facciones dirigida por Timan Redimí. Su objetivo: tomar el poder por las armas. Sin embargo, su ofensiva ha chocado con las fuerzas gubernamentales en combates mortíferos. A un lado y otro de la frontera sudano-chadiana, los argumentos contra los poderes establecidos no faltan. En Sudán, Darfur se ha convertido en un verdadero talón de Aquiles para Khartoum. Además, el mandato de arresto de la Corte Penal Internacional contra el presidente Béchir sigue siendo una amenaza.

Del otro lado de la frontera, el calamitoso balance del presidente Idriss Déby, tras 18 años en el poder, refuerza los movimientos rebeldes en sus acciones. Los dos poderes, tanto en Chad como en Sudán, se miran a cara de perro. Los golpes bajos que han salpicado el conflicto que opone a los dos países han hecho desaparecer toda confianza mutua. Los observadores auguran el fin de una batalla, una más en la larga cadena de enfrentamientos por procuración que se libran entre Chad y Sudán desde 2005 en las zonas desérticas de África Central. Pero la guerra no ha terminado todavía. La gran ofensiva anual de los rebeldes chadianos habrá durado menos de una semana. No ha logrado arreglar ninguno de los problemas que alimentan el conflicto. La población de Chad sigue siendo una de las más pobres del mundo.

El contencioso entre Chad y Sudán no es nuevo. Idriss Déby, presidente chadiano, llegó al poder en diciembre de 1990, encabezando una rebelión que, ya entonces, partía de Sudán y recibía el apoyo de Karthoum, aunque también de Libia y de Francia. En Sudán, un golpe de Estado acababa de llevar al poder al general Omar El Béchir.

El petróleo, el nuevo factor

Durante años, Idriss Déby tuvo que componer con los sudaneses antes de emanciparse de ellos progresivamente. Un nuevo facto vino a modificar las cosas. Primero Sudán y luego Chad se convirtieron en productores de petróleo (175.000 barriles Chad, unos 400.000 Sudán). Pero, la suerte de las poblaciones no mejoró. Antes al contrario, los petrodólares han facilitado la organización logística de las rebeliones de los dos países que pronto iban a ver la luz mientras estallaba la guerra civil en Darfur. Una guerra que podría haber causado cerca de 200.000 víctimas, directas e indirectas. A causa de solidaridades étnicas, familiares o clánicas transfronterizas, algunos rebeldes de Darfur se benefician de connivencias en el seno del poder chadiano. Como medida de extorsión, Sudán acoge a los rebeldes chadianos y a los descontentos con régimen de Déby y le ofrece los medios para lanzarse al asalto del poder en N’Djamena. Se han producido desde 2005 una veintena de ataques a Chad.

En febrero de 2008, los rebeldes llegaron incluso a las puertas de N’Djamena. Fueron derrotados a causa de sus divisiones internas, de la potencia de fuego de los blindados chadianos y, sobre todo, del apoyo de Francia, que llegó al socorro de Déby. Mientras uno de los jefes de la coalición trataba de tomar la radio nacional para declararse Presidente, los carros y helicópteros de Idriss Déby rechazaban los otros grupos armados que habían llegado a un centenar de metros del palacio presidencial. Desde entonces, D’Djamena, escaldada, se ha transformado en un campo fortificado. Se ha construido un gran foso alrededor de la ciudad y sólo hay tres entradas fuertemente vigiladas.

La Presidencia, preparándose para lo peor, está protegida por un cinturón de bloques de cemento. Del otro lado, Karthoum es a su vez atacado por otros rebeldes: el Movimiento por la Justicia e Igualdad (JEM), que sale de desde sus bases en Chad. El JEM ha reforzado sus tropas en el transcurso de estos meses pasados y proyecta lanzar otros ataques al Sudán desde su base de Am-Djeress, en el norte del Chad. Karthoum debe hacer frente a una situación nueva.

Sudán, que ha recibido el apoyo de la Unión Africana en el asunto de la CPI, está perplejo ante el conflicto con su vecino. El día 8 de mayo, la UA, por medio de su comisario por la paz y seguridad, Rantane Lamamra, ha condenado “muy firmemente” los ataques de los rebeldes en el este de Chad. La organización panafricana se muestra opuesta a “todos los cambios anticonstitucionales de gobierno y a actos de desestabilización”.

Darfur, el «imbroglio»

Para un cierto número de observadores del conflicto, la nueva ofensiva de los rebeldes chadianos corre el peligro de abrasar de nuevo el vecino Darfur, región sudanesa enredada en un conflicto sin fin, con riesgos humanitarios graves. La guerra en Darfur opone desde 2003 a varios grupos rebeldes, entre ellos el JEM, frente al ejército gubernamental sudanés. Actualmente los combates son menos frecuentes. No obstante, la inseguridad es un problema serio, que complica la llegada de la ayuda a más de 2,7 millones de personas desplazadas por las violencias. Los rebeldes del JEM tienen su base en Chad. Si la oposición armada chadiana desalojara del poder al presidente Déby, privaría al JEM de su rampa de lanzamiento contra Sudán. A cambio de su apoyo al presidente Déby, el JEM posee su santuario en Chand, para gran perjuicio de Karthoum. El JEM, el más militarizado de los grupos rebeldes de Darfur, se caracterizó en mayo de 2008 por un ataque sin precedentes contra Omdurman, ciudad gemela de Karthoum. El movimiento constituye de hecho la principal amenaza armada para el gobierno sudanés. La tensión no cesa de subir entre los dos países. Chad acusa claramente a Sudán de estar detrás de la nueva ofensiva de la rebelión chadiana. Falso, responde Karthoum, que niega cualquier responsabilidad y participación en los combates que estallan en suelo chadiano. Las relaciones entre ambos países se han hecho execrables tras una tentativa abortada de golpe en 2004 contra el presidente Déby. Desde entonces, el conflicto prosigue de manera esporádica pero regular, sobre el eterno fondo de “estado de beligerancia” detestable marca de fábrica del continente africano.

Moumene Belghoul

Artículo publicado en La Tribune, de Argelia, el 12 de mayo de 2009.

Traducido por Ramón Arozarena, para Fundación Sur.

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