El aborto aumenta en mujeres casadas en Kenia

8/05/2009 | Crónicas y reportajes

Aproximadamente dos tercios de las mujeres que reciben tratamientos después del aborto en el hospital Kenyatta National son mujeres casadas; al contrario de la legendaria creencia de que esta práctica solo se realizaba en mujeres solteras.

Alrededor del 62% de las mujeres que recibieron tratamiento después del aborto, y que participaron en un estudio realizado en el hospital, estaban casadas. A una diferencia considerable, con un 22%, se encontraban las mujeres solteras de las divorciadas o separadas, que constituían un 12 %; mientras que las mujeres viudas sólo representaban un 4’4%.

Uno de los aspectos que descubrió el estudio es que los programas de planificación familiar no han tenido éxito. Según el informe de salud de la demografía de Kenia más reciente, de 2003, alrededor del 25% de las mujeres casadas en Kenia no obtienen un adecuado servicio para la planificación familiar; el 14% no han encontrado el espacio necesario y el 10% no han encontrado recursos para limitar el número de hijos que han deseado.

El número elevado de mujeres casadas que se someten a un aborto podría significar también un aumento en los casos de infidelidad, en los que las mujeres y los hombres estuvieran intentando cubrir sus huellas mediante la expulsión de los fetos, antes de que sus parejas lo descubrieran.

Educación

La otra razón que podría explicar el por qué la pareja decide abortar es porque quizá no puedan alimentar una boca más.

Igualmente se muestra en el estudio, Aceptabilidad del Test rápido de VIH para un Análisis entre Pacientes que Presentan un Aborto Incompleto, en el Kenyatta National Hospital, el nivel de educación de las mujeres que se presentan en el hospital con un aborto incompleto.

Alrededor del 64% tiene estudios primarios, el 29% ha cursado estudios secundarios mientras que aproximadamente un 7% ha ido a la universidad.

Otro hallazgo significativo fue que de 119 de las mujeres que se sometieron a un aborto por segunda vez, 15 de ellas lo estaban haciendo por tercera vez y 3 mujeres, por cuarta vez.

Estas estadísticas muestran que aquellas que abortan por primera vez o repiten abortos inseguros realizados por curanderos, y luego se dirigen rápidamente a la atención especializada del hospital Kenyatta National, son mujeres pobres con bajos niveles de educación.

Aquellas que han realizado estudios secundarios o universitarios tienen algunas fuentes de ingresos y se pueden permitir un aborto seguro realizado por personal médico cualificado. Más del 60% de las admisiones en la sala de ginecología del hospital son mujeres con abortos incompletos, de las cuales la mayoría son pobres.

‘Los abortos inseguros son un problema de los pobres y no de los ricos. Hay muchos ejemplos de mujeres casadas o trabajadoras que han estado dispuestas a pagar algo cuando le hemos garantizado un aborto sin riesgos’, aseguró un ginecólogo de la ciudad.

El estudio, que fue diseñado para establecer el estado del VIH en mujeres que han sufrido un aborto incompleto, también descubrió que un elevado número de mujeres que acuden a los servicios post aborto son seropositivas.

El virus del sida predomina con un 31’8% entre mujeres que han presentado un aborto incompleto; cuatro veces más que la prevalencia nacional que se sitúan en un 7’1%. ‘Este elevado predominio es preocupante ya que la mayoría de estas mujeres no se habían hecho ninguna prueba de VIH antes’, dice el doctor Kizito Lubano, el supervisor del estudio.

De las 93 mujeres que presentaron un aborto incompleto y que aceptaron hacerse la prueba del sida, 27 dieron resultados positivos. La mayoría de ellas estaban casadas y eran jóvenes.

Recursos económicos

De acuerdo con el estudio más del 80% de las mujeres tenían edades entre 15 y 29 años, lo que indica que las mujeres jóvenes no tienen un sexo seguro con sus respectivas parejas.

Además de ser jóvenes, poseen estudios primarios. De las 27 mujeres que dieron resultado positivo en la prueba del sida, 21 de ellas tenían sólo estudios primarios, 5 habían cursado estudios de secundaria y una había ido a la universidad.

Los resultados del estudio ponen al hospital Kenyatta National en una difícil tesitura, ya que no sólo deben invertir enormes sumas de dinero en recursos humanos y financieros para tratar las complicaciones en los abortos inseguros, sino que también tienen que encargarse de las necesidades de estas mujeres infectadas con el VIH.

‘Este nivel de predomino de VIH entre mujeres que han recibido tratamiento después del aborto supone una oportunidad mediante la cual muchas infectadas pueden ser identificadas y vinculadas a programas de prevención, cuidado y tratamiento’, afirma este estudio.

Los investigadores ahora proponen la integración de la prueba rápida del VIH en los tratamientos después del aborto; motivando así a las mujeres a que se sometan a esta prueba desde un primer momento y difundiendo un mensaje preventivo en los colegios de primaria, entre otros. Las pruebas de VIH de las mujeres que participaron en el estudio fueron realizadas por voluntarios.

Pacientes

Debido a que una mayoría, el 67’9% de las 137 pacientes del estudio aceptaron saber en qué estado se encontraban con respecto al virus del sida, los científicos creen que sería fácil que las mujeres realizaran esta prueba si se integrase en los tratamientos después del aborto.

‘La prueba rápida y voluntaria del VIH debería ser integrada en los tratamientos después del aborto ya que es aceptable y el elevado predominio del virus entre las pacientes que han recibido tratamiento después del aborto ofrece una oportunidad para vincularlas a programas de tratamiento’, dijeron los científicos mientras presentaban sus hallazgos en el foro de la asociación del este, centro y el sur de África de las sociedades de Obstetricia y Ginecología celebrado recientemente en Mombasa.

Sin embargo, lo que es aún más preocupante es que el 65% de estas mujeres no se había realizado una prueba de VIH antes. Y quizás practicaron sexo con hombres que también creían que no eran portadores del virus.

El estudio de indicador de sida de Kenia, realizado el año pasado, demostró que más de la mitad de las mujeres y el 75% de los hombres en Kenia no se habían hecho nunca la prueba del VIH.

Cuando el estudio se realizó sólo un 50% de los residentes en ciudades y un 29% de la población rural se habían hecho la prueba del VIH.

Muchas de estas personas están infectadas por el virus, y continúan infectando a otras personas ya que creen que no son portadores.

La otra drástica confirmación que ha descubierto este estudio es que la mayoría de los jóvenes practican sexo sin protección, exponiéndose a embarazos no deseados y a infectarse del VIH u otras infecciones virales.

Los médicos quieren que el gobierno impulse leyes sobre el aborto con el objetivo de que salven la vida de las mujeres que acuden a servicios ilegales. En la conferencia en Mombasa Omondi Ogutu, el presidente de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología, dijo que el gobierno debería ser capaz de gestionar el control del aborto más objetivamente, para mejorar la mortalidad materna.

‘La muerte de una mujer no debe ser considerada como una cifra, sino como un reflejo del fracaso del sistema sanitario que no puede asegurar que esa mujer viva más tiempo’, dijo el doctor Ogutu.

Ogutu dirigió un encuentro en el participaron ginecólogos y expertos en obstetricia en una conferencia para el este, centro y el sur de África.

Por ARTHUR OKWEMBA

Publicado en el Daily Nation, de Kenia, el 17 de abril de 2009.

Traducido por Thaidi Llamas, alumna del curso Especialista en Información Internacional y Países del Sur, para Fundación Sur.

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