En Guinea Ecuatorial, los más pobres siguen esperando su vivienda social

20/05/2019 | Crónicas y reportajes

malabo_plano.jpgMuchas personas que alguna vez vivieron en barrios pobres ahora viven en viviendas dignas, como aquí», afirma entusiasmado un senador de Guinea Ecuatorial, que vive en viviendas sociales en Buena Esperanza, un distrito de Malabo.

Paredes de yeso blanco y techos de chapa roja o azul llenan este distrito de la capital, cientos de pequeñas casas idénticas se suceden hasta donde alcanza la vista.

Estos modestos pero funcionales edificios se construyeron a principios de la década de 2010, cuando, con el alza de los precios del petróleo, el presidente Teodoro Obiang Nguema, en el poder desde 1979, prometió ofrecer a su población «viviendas sociales para todos». «.

Desde entonces, 8.611 unidades de vivienda social han surgido en este país con poco más de un millón de habitantes, según cifras del gobierno.

Pero mientras varios miles de personas se han beneficiado de un programa de propiedad de viviendas patrocinado por el gobierno, los requisitos para obtenerlas excluyen a los más pobres.

«Una persona con un ingreso de menos de 300.000 francos CFA (457 euros) no puede tomar una de estas casas», exclama Leandro Eneme, un comerciante de 42 años que vive en Buena Esperanza.

«Mire los autos que están dando vueltas», agrega, señalando los brillantes 4×4 que conducen entre las casas. «No hay nada pobre aquí».

Buena Esperanza, originalmente fue construida para reubicar a algunos de los habitantes de Nubili, el barrio más grande de Malabo, donde miles de ecuatoguineanos se acumulan en pequeñas chozas de hojalata.

Cuando se hizo el anuncio de la construcción de viviendas sociales provocó una ola de esperanza entre la población local que vio la posibilidad de escapar de las condiciones sanitarias deplorables, las epidemias y los frecuentes incendios en los barrios marginales.

Pero diez años después, la gran mayoría de los residentes de Nubili nunca se han mudado por falta de dinero.

Este es el caso de Elena Oye, una vendedora de alimentos, que todos los días trata de mantener a sus cuatro hijos.

«En ese momento, nos pidieron que pagáramos 1.5 millones de FCFA (2.287 euros) para tener una casa en Buena Esperanza», dice Elena

Un depósito al que se añade cada mes un pago de 72.500 francos (110 euros) repartidos en varios años para convertirse en propietario de la vivienda.

«Por falta de dinero, perdimos la vivienda, teníamos que comer primero», declara señalando que en los buenos meses, gana alrededor de 120.000 francos (182 euros).

En Guinea Ecuatorial, a pesar de tener uno de los ingresos per cápita más altos de África, la mayoría de la población sigue siendo pobre.

«Cuando la gente dejará de quejarse, en ningún país del mundo el gobierno ofrece viviendas gratuitas, el gobierno ha hecho lo mejor que puede al construir estas casas y reducir los precios», comentó a AFP Eugenio Nze Obiang, Ministro de Información y Portavoz del Gobierno.

Después de la subida de los precios del oro negro, la fuerte caída de los precios en 2014 ha sumido al país en una crisis económica, en la que hoy está luchando por emerger.

Las obras principales se han ralentizado considerablemente, la construcción de viviendas sociales se ha suspendido y la oferta se ha estrechado.

«Hoy los ricos compran estas casas para alquilarlas», declaró Engono Mbo, de 40 años, quien dejó de pedir vivienda. «Siempre son las mismas personas las que se benefician», acusa.

Con la crisis, muchos beneficiarios tampoco han podido cumplir con sus pagos mensuales.

Una situación que empujó al gobierno a principios de febrero a revisar las condiciones de adhesión a estas viviendas sociales.

La duración del crédito se ha prolongado, lo que reduce la cantidad de pagos mensuales.

«Esta es una muy buena noticia para mi familia», declaró Marisol Andeme Esono, una enfermera que vive en un apartamento de dos pisos en Malabo II, otra parte de la capital.

«Pagué 200.000 francos (304 euros) por mes por mi casa, el equivalente a mi salario, y cada vez es más difícil llegar a fin de mes».

De ahora en adelante, se requieren 70.000 francos CFA (106 euros), casi tres veces menos.

En Buena Esperanza, los pagos mensuales pasaron de 70.000 francos CFA a alrededor de 50.000 (76 euros).

Una suma aún demasiado alta para muchos ecuatoguineanos. «La vivienda social es para las clases media y alta», declaró el estudiante Estanislao Obiang.

Fuente: Slate Afrique

[Fundación Sur]


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