La respuesta del Reino Unido al dictamen de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) no ha sido una sorpresa, pues los británicos se niegan a aceptar que el archipiélago de Chagos es parte del territorio mauriciano.
El ministro de Estado para Europa y las Américas de Reino Unido, Sir Alan Duncan, mostró de nuevo la hipocresía británica al decir que el Reino Unido respeta a la CIJ. Esta declaración la realizó en el Parlamento británico el pasado 30 de abril a raíz de la decisión que tomó la Corte Internacional de Justicia el 25 de febrero sobre las consecuencias legales de la separación del archipiélago de Chagos de Mauricio en 1965. Duncan expresó su disconformidad ya que “la Corte no debería considerar disputas bilaterales sin el consentimiento de ambos estados implicados”, mientras que Mauricio presentó su caso a la Corte como uno de los procesos de descolonización pendientes de completar por el Reino Unido y no como una disputa bilateral. La argumentación de Mauricio fue aceptada por la CIJ como base para permitir el procedimiento del caso.
Pero no es el Reino Unido quien debe estar disconforme, sino justo lo contrario, tal como se expone en el comunicado de nuestro gobierno tras la declaración de Sir Duncan: “El gobierno de Mauricio está profundamente decepcionado por la postura adoptada por el Reino Unido a raíz de la opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia, a pesar de su compromiso declarado de respetar el estado de derecho internacional y los derechos humanos fundamentales”.
El «compromiso declarado», en nuestra opinión, no es más que pura hipocresía, como mencionamos anteriormente. Y el comunicado del gobierno señala acertadamente que la acción del Reino Unido “es una afrenta al estado de derecho, al continente africano y a las Naciones Unidas», ya que la Corte Internacional de Justicia ha declarado claramente que el archipiélago de Chagos es parte integral del territorio de la República de Mauricio y esa es una situación legal que no puede ser cuestionada bajo las normas y principios del derecho internacional. El Reino Unido no puede tener, ni tiene, soberanía sobre el archipiélago de Chagos.
Por lo tanto, «el Gobierno de Mauricio no escatimará esfuerzos para completar el proceso de descolonización de Mauricio. En este sentido, Mauricio, junto con otros países, presentará poco antes de la Asamblea General de las Naciones Unidas un proyecto de resolución para la implementación de la Opinión Consultiva».
Sin duda, volveremos a obtener suficiente apoyo para presentar una resolución de este tipo, pero el hecho es que incluso si la ONU la aprueba, es poco probable que el Reino Unido la respete y continúe con su desprecio y falta de respeto por cualquier decisión de la ONU donde satisface sus intereses, al mismo tiempo que siguen afirmando su autoridad moral en la defensa de los derechos humanos en general.
Por T.P. Saran
Fuente: Mauritius Times
[Traducción y edición, Javier Ramos López]
[Fundación Sur]
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