“Todo el mundo no puede ser propietario”. Entrevista con el consejero de ONU-HABITAT

14/04/2009 | Entrevistas

Burkinabe. Josep Guiévo, es el Consejero Principal de la oficina regional del Programa de Naciones Unidas sobre Asentamientos Humanos (ONU-HABITAT) para África y los países árabes. Del 16 al 20 se marzo de 2009 se reunió con los suyos en el marco de una misión ejecutada por esta organización de la ONU con base en Nairobi (Kenia) y, por supuesto, nos quiso conceder una entrevista para responder a preguntas acerca de su ámbito de competencia, sobre todo acerca de HABITAT.

¿Cuál es el objetivo de su estancia en Burkina?

Estoy aquí para llevar a cabo un seguimiento de algunos de los proyectos que realizamos en Burkina. En cuanto a mí, mi cometido era hacer el balance de los proyectos con las autoridades así como con los colaboradores, tanto del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo como con otros. Comprobé que la gente está comprometida con el desarrollo de este país; sin embargo, todavía queda mucho por hacer por ambas partes para armonizar las políticas y las estrategias, ya que los retos son enormes con respecto a los medios tan escasos de los que disponemos.

Estamos avanzando bien y hay buenas perspectivas en lo que respecta a la cooperación con Burkina. Además, tendremos la oportunidad de profundizar en todas estas cuestiones durante el consejo de administración cuyo principal tema será la financiación de la vivienda; y es que, incluso cuando se posee una parcela de tierra, hay problemas de medios para construirla. Hay lugares donde se conceden créditos a cincuenta años. La gente paga la vivienda y, a veces, son sus hijos los que la terminan de pagar.

Desgraciadamente, aquí no hay mecanismos sobre recursos de larga duración. Sin embargo en Europa o en otros lados, las personas tienen créditos de treinta a cuarenta años. Es cierto que aquí la esperanza de vida no es muy larga así que serán otros los problemas si los mecanismos de financiación no son siempre los apropiados. No todo el mundo tiene acceso a ellos. Sería aconsejable pensar, por ejemplo, en las cooperativas o en otros mecanismos que faciliten el acceso a la financiación para mejorarlas.

Por cierto, ¿de qué se ocupa ONU-HABITAT?

Es la agencia de las Naciones Unidas encargada de los asentamientos humanos, con base en Nairobi (Kenia). Su objetivo es, principalmente, ofrecer apoyo a los gobiernos nacionales y locales para la formación y la puesta en marcha de estrategias y políticas en materia de vivienda, desarrollo urbano, acceso a los servicios urbanos mínimos y mejora de la vivienda existente. Fue creada en 1978 y ONU-HABITAT es uno de los pocos organismos que hay junto al Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente, cuya sede está en África.


¿De qué forma puede beneficiarse de esta organización un país como Burkina?

Tanto Burkina como todos los países pueden beneficiarse mucho de ONU-HABITAT en lo que concierne al soporte técnico y la elaboración de estrategias y políticas. Me alegra decirles que estamos en países como Benín y Senegal.

Esto demuestra hasta qué punto queremos reforzar la larga cooperación que hemos mantenido con Burkina, sobre todo desde el Programa Cissin, cuando ONU-HABITAT era conocida por el “Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos”.

Era la primera maniobra de restructuración. Más tarde tuvimos otros programas de intervención, como el Programa de Centros Secundarios en Gaoua, Fada y Leo. Esto dio lugar a lo que después se llamó “Programa de las diez ciudades medias”, que se desarrolló para más tarde convertirse en lo que hoy conocemos con el nombre de “Asentamientos Populares Municipales para el Desarrollo”.

De la misma forma, colaboramos con Burkina en lo que se refiere a la elaboración de una política en materias locales a través de LOCOMAT, en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Además, se ha colaborado con Burkina en la elaboración de políticas estratégicas de desarrollo urbano en Ouagadougou, todavía en vías de ejecución.

Asimismo, puedo destacar el Programa de Lucha Contra la Pobreza a través del cual, y conjuntamente con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, hemos respaldado un estudio sobre la pobreza urbana. También hay otros programas que realizamos aquí, como el Programa de Agua para las Ciudades Africanas. Es un programa importante que incluye el apoyo a la construcción de letrinas, la instalación de agua en los colegios, la reducción del consumo abusivo de agua, la educación para el saneamiento y la utilización racional del agua.

También hemos ofrecido nuestro apoyo al Programa de Acceso a los Servicios Básicos Urbanos en Bobo, con vistas a mejorar la situación del saneamiento de agua potable en los barrios desfavorecidos de Bobo-Dioulasso.

¿ONU-HABITAT ayuda a las personas para que tengan una vivienda?

¡Sí, en la medida en que ayudamos a los países a elaborar políticas y estrategias! Un aspecto positivo ha sido la mejora de los barrios en Cissin con la creación de lo que denominamos “la restructuración de los barrios” en la comunidad de Ouagadougou.

Sin embargo, acuérdese que ONU-HABITAT no es una estructura de financiación sino un apoyo técnico para la elaboración y la puesta en marcha de políticas así como para fortalecer de las capacidades nacionales y locales.

¿Qué piensa sobre la situación de la vivienda en Burkina?

Creo que la situación de la vivienda en Burkina no es dramática. Es cierto que hay necesidades que no están cubiertas pero si comparamos Burkina con otros países africanos estos tienen barrios chabolistas, mientras Burkina tiene los llamados barrios de viviendas espontáneas; en esas zonas hay una falta importantísima de equipos de acceso, servicio de recogida de basuras así como inundaciones en las temporadas de lluvia; pero la situación no es crítica.

No obstante, es preciso mejorar la calidad de vida, ayudar a la gente a tener tierras acondicionadas para la construcción de sus viviendas, a constituir mecanismos de financiación que permitan a las personas tener acceso a créditos para que puedan construir. Sé que actualmente hay políticas públicas destinadas a la construcción de viviendas.

Leí en los periódicos información sobre la operación en curso “10.000 viviendas”. Son iniciativas públicas interesantes pero creo que hace falta ir más allá para favorecer la creación de cooperativas de viviendas y de viviendas de alquiler, algo que se olvida a menudo, especialmente en Burkina y en otros países africanos.

Es verdad que la gente tiende a pensar que hace falta ser el propietario absoluto. Siento decir que no todo el mundo puede ser propietario y por diversas razones, no sólo porque no hay terreno suficiente para satisfacer a todo el mundo sino también porque la gente no tiene suficientes ingresos para ser propietarios.

¿Quiere decir que algunas personas están condenadas a pasar toda su vida viviendo de alquiler?

Es una perogrullada decir que nadie podrá ser propietario y no es sólo en Burkina, por todo el mundo hay algunas personas que están condenadas a vivir de alquiler toda su vida. Desde mi punto de vista, ser propietario es un objetivo individual que el estado y los municipios no pueden satisfacer.

A fin de cuentas, lo más importante es proporcionar una vivienda digna y el problema no es estar de alquiler sino estar en la calle, sin hogar. Es por esto que es preciso promover el alquiler de viviendas dignas y no los célibatériums, tal como los conocemos en Burkina.

¿Podría hacer algún comentario sobre las urbanizaciones y las ciudades que crecen de año en año?

En mi opinión, creo que la dispersión de las ciudades es un fenómeno mundial, no es algo que pase sólo en Burkina. En la actualidad y a nivel mundial, la población que vivía en la ciudad en 1970 era un 30% y ahora ha aumentando a un 50%. En vistas a 2030, habrá un 60% de personas viviendo en la ciudad.

Como no hay políticas ni programas que fomenten la producción ni de terrenos ni de viviendas suficientes, hay una dispersión enorme, también ligado frecuentemente a la especulación.

Me acuerdo que en Burkina, entre 1983 y 1993, se tenían que haber construido alrededor de 12.000 parcelas que satisficieran con creces la demanda de viviendas y de terrenos, desgraciadamente eso no bastó debido tanto a los problemas de especulación como al éxodo rural y al crecimiento de la población urbana.

Esto explica la dispersión, pero también está el hecho de que la gente no construye a la alza. El hecho de que cada uno quiera estar en su propia casa genera una producción enorme de terrenos. También es necesario revisar un cierto número de elementos, empezando por regularizar los barrios que se están construyendo e intentar de no se dispersen, sobre todo porque el acondicionamiento cuesta caro al estado.

Existe una densificación debido a la reducción de la superficie de las parcelas, a lo que la gente opone casi siempre así como una densificación a la alza; así pues, algunas políticas y estrategias podrían ayudar a resolver estos problemas porque cuando más se dispersan las ciudades, más tenemos que invertir para llevar agua, electricidad, las personas se alejan de sus lugares de trabajo y esto conlleva un aumento en la producción de energía que además degrada el medioambiente.

Hace falta parar la dispersión desmesurada de la ciudad. Una de las medidas para hacer frente a este problema es la reducción del tamaño de las parcelas o la construcción a la alza. Está claro que muchos no lo apreciarán.

Pero mientras queríamos la parcelación de Nonsin, no la ONU-HABITAT sino Burkina, mientras discutimos las dimensiones de las parcelas, los habitantes se quejaron porque 250 o 300 m2 no eran suficientes para ellos. Hicimos fotografías aéreas y se comprobó que las casas no llegaban a los 80m2.

Así, podemos reducir las superficies de las parcelas sin perturbar la vida social. Puede parcelar toda Burkina pero qué hay que hacer una vez que sabemos que la población crece mientras los recursos de la tierra están congelados.

El tema de la gestión racional del espacio es crucial. Esto suscita el interés tanto de las autoridades como de la población que debe sensibilizarse para cambiar el comportamiento con respecto a este tema, ya que todas estas dispersiones no responden siempre a una necesidad real de vivienda. También hay una parte que muestra la especulación entorno al tema y para la cual no tengo solución.

Entrevista realizada por Hamidou Ouédraogo

Publicada en L’Observateur Paalga, de Burkina Faso, el 26 de marzo de 2009.


Traducida por Raquel Barrajón, alumna de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid Traducción /Interpretación, colaboradora en la traducción de algunos artículos.

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