En Costa de Marfil, una emprendedora, llamada Solange N’Guessan, ha logrado que las esposas de los cultivadores de cacao lancen un negocio propio: la producción de jabón con los desechos del cacao en la fabricación de chocolate.
¿Se ha fabricado siempre este jabón?
Las mujeres de Costa de Marfil fabricaban un tipo de jabón, de artesanía tradicional y con medios rudimentarios, quemando las cortezas sobrantes del cacao y mezclando las cenizas con aceite de palma. Así se obtenía una especie de jabón de color marrón.
¿Qué novedad ha introducido Solange N’Guessan?
Solange N’Guessan, tras estudiar agronomía en distintos lugares del mundo gracias a una beca de la Fundación Rockefeller, decidió volver a su pueblo para ayudar a su gente. Costa de Marfil es la mayor productora de cacao del mundo, aunque la mayoría de la población sigue viviendo en la pobreza extrema. La pobreza afecta especialmente a las mujeres.
La primera novedad fue reunir a los pequeños cultivadores en cooperativas. Actualmente, dirige una Unión de Cooperativas formada por 18 grupos de agricultores Luego logró mecanizar el proceso para dar trabajo a las 5.000 mujeres de sus cooperativas. Finalmente quiso ampliar el mercado del jabón a toda la Costa de Marfil.
¿Cómo logró mecanizar esa industria tradicional?
Durante mucho tiempo intentó encontrar financiación sin lograrlo. Hasta que casualmente encontró en Suiza a un empresario italiano, Luigi Zaini, que, junto con su hermana decidieron ayudarla. Luigi Zaini dirigía una empresa dedicada al chocolate. Le proporcionó una prensa para producir aceite de palma y una batidora que les ahorrará remover a mano los ingredientes.
¿Qué diferencia introduce la mecanización en la producción de jabón?
El objetivo es pasar de la actual producción de 4.000 pastillas de jabón anuales a más de trescientas mil, lo cual proporcionará unos ingresos de 1.000 euros al año a cada trabajadora. En el contexto de estas aldeas rurales 1 000 euros anuales es una cifra muy interesante.
“Me gustaría, nos dice Luigi Zaini, que este proyecto se convirtiese en un modelo de desarrollo que se difundiese a toda Costa de Marfil… No es caridad ni simple beneficencia, sino más bien una alianza entre la gente del cacao y un productor de chocolate sensible a sus condiciones de vida”.
Bartolomé Burgos
[Fundación Sur]