«La esclavitud no es algo de otros tiempos»

25/02/2019 | Editorial

20190225efs-web.mp3



No podemos lavarnos las manos si no queremos ser cómplices de estos crímenes contra la humanidad.

Recordando a Josefina Bakhita, la esclava sudanesa que llegó a ser libre, el Papa Francisco denuncia que «no podemos ignorar que hoy hay esclavitud en el mundo, tanto o más quizás que antes». Por eso, nos invita a comprometernos,, «por la acogida generosa de las víctimas de la trata de personas, de la prostitución forzada, de la migración forzosa, y de la violencia”.

El tráfico de personas, y de personas vulnerables, es una de las realidades más trágicas y crueles, que somos capaces de cometer los humanos, o así llamados. Utilizamos los talentos que hemos recibido para causar daño, violencia y muerte a otras personas semejantes.

La otra cara de estas crueles esclavitudes que infringimos y seguimos imponiendo a tantas mujeres y personas vulnerables, particularmente en África, es: que ya no nos afecta, ni a gran parte de nuestros líderes, ni a buena parte de nuestra sociedad.

Las situaciones más inhumanas y crueles de tantas familias africanas, que seguimos causando desde el hemisferio norte, con la complicidad de líderes corruptos locales, no parecen ya ni afectarnos, o conmovernos. Parece como se anduviéramos siempre cubiertos con paraguas, de forma que ya no sentimos el dolor de los demás, ni nos conmueven sus alegrías.

Las noticias más trágicas de tantas personas descartadas y torturadas, nos resbalan, con frecuencia.

La liberación y superación de esta apatía y desinterés por el sufrimiento de los demás, nos debe empujar a un compromiso real y comunitario, para trabajar, cada uno en su ámbito diario, por la dignidad e igualdad, de todas las personas.

Hace tiempo leí un libro con el título de: “I am ok, you are ok” de Thomas A. Harris, que afirmaba cómo, solo podemos estar bien personalmente, si la otra persona está bien también. Lo experimentamos en nuestras familias y comunidades cada día. Mientras existan familias y pueblos descartados y marginados, no podremos gozar de auténtica solidaridad y paz duradera.

Nunca hemos tenido tantos medios, poder y ciencia a nuestro alcance, y sin embargo, nunca hemos castigado a tantas personas a la esclavitud, o destruido el planeta, como lo estamos haciendo hoy.

Pero estos males son causados y por tanto pueden ser superados, por manos humanas. El día que lo queramos, lo conseguiremos.

Autor

Más artículos de Administrador-Webmaster