La economía de África se mantiene gracias a un ejército de camioneros que van de aquí para allá sin parar, conduciendo los vehículos que enlazan los puertos con el interior, a veces por malas carreteras y pistas.
En estas condiciones ¿a qué obstáculos se enfrentan?
Los hay de varios tipos. El primero sería sobrevivir al tráfico, esto lleva consigo vivir en la cabina del camión, día y noche. Conduciendo de día y durmiendo de noche en la cabina, para ahorrarse el precio de un motel. Transportar un contenedor desde una ciudad portuaria hasta un país del interior puede suponer toda una semana en la carretera. Además los sangrientos accidentes de tráfico son una imagen normal en las carreteras o pistas africanas.
En numerosos países africanos las carreteras se ven asediadas por ladrones armados. Así que el segundo obstáculo es evitar que te roben. Los robos en carretera son una auténtica amenaza para los camioneros de África, especialmente en las áreas de difícil acceso.
¿Cómo les afectan los procedimientos transfronterizos y controles burocráticos?
Ese es otro tipo de obstáculo al que se enfrentan diariamente. Con frecuencia un documento que falta retrasa el viaje durante días en una ciudad fronteriza, en donde hay que esperar a que se obtenga el dicho documento. Durante días el camionero espera sin nada especial que hacer, a la cola de una fila interminable de camiones. Y luego están los sobornos que tienen que pagar a la policía de tráfico, en casi todos los países; aunque en algunos países la policía es más exigente que en otros. Si se niegan a pagar el soborno, se exponen a perder horas y a tener que pagar una multa por alguna trasgresión real o figurada. Durante un largo viaje habrá que pagar sobornos repetidamente.
En estas condiciones el transporte de mercancías se encarece.
Así es. Esperar y esperar es la ocupación más frecuente de los camioneros africanos. Esperar en las fronteras, esperar cuando la policía de tráfico decide hacerles la vida difícil, esperar atascados en un barrizal a que algún otro camionero les ayude a salir. Cuando en un país hay conflictos y violencia, surgen esperas suplementarias. Yo he conocido, en Sudan del Sur, casos de camioneros somalíes, que esperaban seis meses en alguna ciudad donde había llevado mercancía, a que se organizara un convoy militar al que unirse para volver a su punto de partida.
Todos estos retrasos encarecen el transporte y el comercio. Se calcula que el precio del transporte de una tonelada de mercancía se reduciría en un 23% si las horas de viaje y los costes adicionales se redujesen al mínimo.