Comunicado de Alfredo Okenve ante la concesión del Premio Franco-Alemán de Derechos Humanos y Estado de Derecho 2018

Buenos días.

Como ya sabéis muchos, los gobiernos de Francia y Alemania me han otorgado el Premio Franco-Alemán de Derechos Humanos y Estado de Derecho 2018, junto a otras catorce eminentes personalidades del Mundo, entre ellas tres grandes mujeres intelectuales subsaharianas, a quienes honro especialmente y me llenan de orgullo.

He tardado en pronunciarme personalmente, porque, aparte de las pequeñas limitaciones físicas (ojos y mano derecha) que arrastro hasta estos días desde mi brutal ataque en Bata, no terminaba de creérmelo. Que yo, un casi insignificante guineoecuatoriano de a pie, ninguneado y apaleado en todos los aspectos a nivel nacional, sea merecedor de tan alta distinción internacional, por países de rigurosa catadura. Pienso que hay más de un guineano, dentro o fuera del país, que lo merecería más que yo, en el empeño por dignificar la vida de los habitantes de nuestro querido país, tan vilipendiado por y en la historia. Por eso, ACEPTO tal reconocimiento, que según me han dicho, por mi trayectoria en la promoción de la dignidad del ser humano ligado a Guinea Ecuatorial.

Es un reconocimiento que comparto con los compañeros de CEID_GE, de la incipiente sociedad civil guineana y con todos aquellos defensores de derechos humanos que trabajan o intentamos trabajar en países como los nuestros, con una recalcitrante historia plagada de ‘desdignificacion’ a las personas humanas y a la vez de nula significancia internacional por su tamaño e interés. Todo ser humano es único; el maltrato inhumano infligido a un guineano, un africano o negro conlleva el mismo daño intrínseco que el de un español, un europeo o blanco.

Felicitaciones a los guineanos de bien y muchas gracias a los dos gobiernos y países.

Me siento entusiasmado.

Alfredo Okenve

[Fundación Sur]

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