Es hora de que los exámenes midan todo el sistema educativo, no solo a los estudiantes

27/11/2018 | Opinión

alumnos_africa_.jpgEs temporada de exámenes para las escuelas primarias y secundarias en Ruanda y muchos otros países africanos. Durante este tiempo, se evaluará a los estudiantes el conocimiento que supuestamente han adquirido en los últimos años. Aquellos estudiantes que pasen la prueba serán certificados como preparados para pasar al siguiente nivel. Y por otro lado, los alumnos que no consigan pasar las pruebas obligatorias, verán su camino bloqueado hacia un futuro decente.

En Ruanda, la temporada de exámenes se extiende desde noviembre a enero, cuando se publican los resultados. No hace falta decir que los tres meses son un período de ansiedad para todos los interesados y hay una razón simple para esto: el miedo al fracaso. Es menos el miedo al fracaso en los exámenes sino el miedo de acabar con las posibilidades de un buen futuro. El temor y la presión son tan fuertes que algunos estudiantes todavía sueñan con ese periodo muchas décadas después, incluso las personas que llegaron al más alto nivel académico. Por lo tanto, para los estudiantes, los exámenes ofrecen el derecho a pasar de un nivel de educación al siguiente y, en última instancia, al éxito en la vida.

En muchos casos el objetivo principal es el éxito y la adquisición de conocimiento es sólo una herramienta secundaria. Para alcanzar el éxito esperado, los padres invierten mucho en la educación de sus hijos, de manera que aquellos con los medios suficientes envían a sus hijos a las mejores escuelas. Sin embargo, otros padres con menos capacidades económicas tienen que ver como es el estado el que proporciona la educación a sus hijos.

Las escuelas también tienen un gran interés en el desempeño de sus estudiantes y los llevan a límites muy por encima de su capacidades. Quieren que el público vea los resultados de los exámenes como prueba de su efectividad, y en el mercado en el que se ha convertido la educación, este es un anuncio cada vez más útil.

La presión para producir buenos resultados es por lo tanto muy alta. De ahí la ansiedad y la razón por la que algunos llegarán a cualquier cosa para influir en el resultado, incluso por medios ilegales o injustos. Por eso los gobiernos gastan mucho dinero para proteger la integridad de los exámenes.

En enero saldrán los resultados y la larga espera habrá terminado. Algunos se regocijarán; sus temores habrán sido infundados después de todo. Otros llorarán; Sus peores temores habrán sucedido.

Joseph Rwagatare

Fuente: Newtimes.co.rw

[Traducción, Judit Serra Ballester]

[Fundación Sur]


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