La violencia entre pastores y agricultores de Nigeria se intensificó, matando a más de 1.300 personas desde enero de 2018. El conflicto ha evolucionado a partir de reacciones espontáneas a las provocaciones y ahora existen ataques planificados más letales, particularmente en los estados de Benue, Adamawa, Nasarawa y Taraba.
¿Por qué sucedió esto?
Hay tres factores que han agravado el conflicto que dura desde hace décadas y que resulta de la degradación del medio ambiente en el Norte y la invasión de pastos del Cinturón Medio: 1 / ataques de las milicias 2 / mala respuesta del gobierno a las llamadas de socorro e incapacidad para castigar a los
ataques anteriores y 3 / nuevas leyes que prohíben el pastoreo abierto en los estados de Benue y Taraba.
¿Qué importancia tiene?
El conflicto entre agricultores y pastores se ha convertido en el mayor desafío de seguridad de Nigeria, ya que mata a más personas hoy que la insurgencia de Boko Haram. Ha desplazado a cientos de miles de personas y ha aumentado la polarización étnica, regional y religiosa. Amenaza ser aún más letal y podría afectar las próximas elecciones y socavar la estabilidad nacional.
¿Qué se debe hacer?
El gobierno federal debería proteger mejor a los pastores y agricultores, enjuiciar a los abusadores e implementar su plan nacional de procesamiento de ganado. Los gobiernos estatales deberían introducir prohibiciones de pastoreo en varias etapas. Los líderes comunales deben frenar la retórica incendiaria y fomentar el compromiso. Los socios internacionales deberían abogar por la rendición de cuentas y apoyar la reforma del sector ganadero.
Fuente: Afrik Com
[Fundación Sur]
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