“El viaje todavía está inacabado” en Somalia

3/07/2018 | Opinión

somalia_opinion.jpgEl actual estado de nuestra nación somalí se ha visto en varias ocasiones obstaculizado por la calidad de los trabajadores estatales. Estamos disgustados con ello y hemos incluso renunciado a la posibilidad de un buen gobierno. Por el contrario, nos gustaría honestamente tener vidas decentes y que nos llenen. El gobierno es una institución que debe trabajar por la mejora de su ciudadanía; para el gobierno, servir, es un medio no un fin. Por lo tanto, la naturaleza del gobierno viene del carácter de su gente. No es algo que puedas prestar, copiar y pegar. Desde la independencia en 1960, hemos caminado ciegamente e ido por la senda de la destrucción y la miseria. A pesar de nuestras altas expectativas bajo la visión romántica de la independencia y las promesas de un gran futuro, hemos sido incapaces de administrar una institución que se comporta más bien cómo una corporación. Sin embargo, no podemos solamente culpar al gobierno sin reflexionar en nuestros roles como individuos. Hemos prestado toda nuestra atención en reparar lo externo mientras que hemos negado los componentes internos y espirituales. Por lo tanto, no podemos producir un sistema maduro y exitoso que tenga nuestras características más locales. En lugar de ello, hemos entretenido empresas extranjeras y entidades cosméticas las cuales han fallado a la hora de cumplir con nuestras expectativas sociales.

No puedo discutir con el sabor primitivo de nuestra sociedad igualitaria. Este sabor, posee algún ingrediente negativo sobre la jerarquía vertical u horizontal sobre la cual las sociedades modernas tienen que prosperar. Además, se ha convertido en una noción verosímil para nuestro profundamente arraigado e indisputable derecho, a medida que los individuos promueven su propio interés individual, que es bueno para uno mismo; sin embargo, es perjudicial para el bienestar general de la sociedad cohesionada. Esto finalmente destruiría al individuo debido a su falta de armonía y naturaleza con la estructura del sistema. Requiere una investigación científica completa. De lo contrario, deberíamos permanecer y desarrollar nuestra verdad principal del nomadismo. Las naciones crecen y caen, pero esto no se debe a lo que se enfrentan, sino a como sus líderes navegan entre los peligros a los que todas las sociedades inevitablemente tienen que hacer frente. Ante la falta de tales líderes, la sociedad se desmoronará como la nuestra dando resultados desagradables.

Permanece así entre nosotros el constante esfuerzo de mantener la visión romántica de la vida mientras nos vemos rodeados de violencia e incertidumbre. Además, la pobreza que ha afectado a nuestras personas más queridas en Somalia nos ha hecho aún más vulnerables. Me entristece escuchar la desesperación de los miembros de mi familia o respetados amigos llamando o pidiendo unos cuantos dólares para alimentar a su familia. Dicho esto, no es su culpa ya que las condiciones en nuestro país nos han hecho desafortunados y dependientes de la limosna de otros. Esto es una situación desagradable. Por supuesto, a ellos les gustaría tener independencia económica, libertad personal y prestigio social.

Aunque nuestro no país ha sido afortunado desde el comienzo de todos los tiempos, la situación ha empeorado exponencialmente. Sin embargo, nos regocijamos mientras enumeramos los paraísos perdidos de las playas de Batalaale en Berbera, el concierto poético y sensacional en el teatro de Hargeisa, las buenas vistas y la brisa fresca de la playa de Lido en Mogadiscio y las escenas de amor en Janaale, a las cuales la guerra ha puesto fin. Desafortunadamente, la diversión duró lo mismo que un abrir y cerrar de ojos. La pobreza crea incertidumbre, la cual como resultado crea estrés, degrada la dignidad y lleva a la gente a vincularse con la violencia. Aún así, en lugar de tratar la epidemia de la pobreza, nos hemos conformado con ignorarla. Nuestros líderes tras la guerra civil nunca han hablado sobre esta cultura de la holgazanería y el egoísmo. En cambio, ellos han motivado el agnosticismo político, buscando solamente falsa lealtad. Bajo tales circunstancias, ¿qué oportunidad tienen nuestros niños a parte de una miserable, oscura y nefasta existencia? Me sentí culpable por las espantosas atrocidades que recayeron sobre nosotros y nos llevaron a la caída de nuestra sociedad. Como resultado, muchos de nosotros reflexionamos poco sobre el exuberante júbilo de las vidas que llevamos.

Abdiwahid Abdullah

Columbus, OH – abdiwahid_abdullahi@hotmail.com

Fuente: Hiiran Online

[Traducción, Alejandro Álvarez Ramírez]

[Fundación Sur]


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