La Política de Kiir para los disidentes Dinka: Acabar con la controversia, matando

Con un presidente Dinka en Sudán del Sur, un país marcado por asesinatos étnicos selectivos, pasa fácilmente desapercibido que el objetivo del régimen de Kiir sean nacionales Dinkas opositores a su mandato. Mucha gente fuera de la esfera de Jieng (Dinka) no son conscientes de que sus hermanos deben hacer frente a la misma situación que el resto del país. Del mismo modo que los círculos internos traman y desatan la violencia contra varias comunidades étnicas contrarias al gobierno de Kiir, los propios Dinka que se oponen al mandato de Kiir sufren otro desolador calvario por parte del régimen de Juba. De hecho, para algunos de nosotros, nacionales Dinka, armados con bolígrafos para oponernos al mal gobierno del régimen, también ha sido una mala experiencia. No estábamos a salvo y hemos tenido que pasar meses y años huyendo para proteger nuestras preciadas vidas, teniendo que abandonar el país en extrañas circunstancias. El presidente Kiir y sus círculos internos de seguridad equiparan la oposición de otros Dinka hacia él con la traición hacia toda la comunidad étnica Dinka y esto, de acuerdo con él y sus círculos, supone la muerte ejecutada por infames “hombres armados desconocidos”. Lo que significa que cualquier Dinka que se rebele contra el mal gobierno de Kiir es asesinado inmediatamente, antes de que sus críticas cobren más fuerza.

Los infames “hombres armados desconocidos” aterran al país con incontables asesinatos y los secuestros a disidentes no pasan desapercibidos en el ámbito del J1, (State House). Llevan a cabo una política del J1. Muchos disidentes han sido víctimas de este grupo como un sector de la extensa comunidad Dinka, gimiendo en silencio bajo el yugo del miedo hacia una “amenaza aun mayor a su supervivencia”; incluso se coacciona a la prensa censurada para que no informe de los asesinatos extrajudiciales dentro del país.

A través de su aparato propagandístico, el régimen ha promulgado entre los miembros de la comunidad Dinka que dicha comunidad se encuentra bajo la amenaza existencial de ser aniquilada por las fuerzas internas apoyadas por el mundo exterior, aunque esta afirmación no puede confirmarse. Pese a que el régimen sabe que su mensaje sobre la aniquilación inminente de la comunidad Dinka es falso, sigue desinformando a la confiada comunidad con el propósito de asegurar el apoyo de las víctimas de dicha amenaza – ¡enfrentar a las comunidades entre ellas mismas para conseguir la meta del régimen de prolongar su estancia en el poder!

Las desapariciones forzadas y los secuestros orquestados por los círculos internos del régimen tienen lugar contra los disidentes independientemente de su etnia y posiblemente sin que el resto del mundo escuche muchos más detalles al respecto. Solo se informa sobre personalidades destacadas detenidas y torturadas o asesinadas. Algunos ejemplos de Dinkas víctimas del régimen, que se hayan hecho públicos, fueron: los asesinatos del conocido escritor Isaiah Abraham, del activista Deng Bol Miyen, de tres hermanos asesinados recientemente a sangre fría en Juba, la pena de muerte para el Ministro de Asuntos Exteriores de Sudán del Sur, quien no estaba de acuerdo con el Presidente Kiir, el rapto, tortura e intento de asesinato del líder de la sociedad civil, Deng Athuai Mawiir, etc.

Para empezar con el primero de los ejemplos citados arriba, el asesinato de Isaiah Abraham, un hombre Dinka de Bor, recae correcta y enteramente en la Unidad de Seguridad del Presidente Kiir, quien lo mató por rebelarse contra el mal gobierno. Un importante número de expertos extranjeros (FBI), que entonces se ofrecieron a colaborar con la investigación, dejó al país sumido en la decepción ya que el régimen frustraba cada intento por señalar al líder del homicidio.

Uno de los hombres del aparato de Seguridad adverso a este asesinato extrajudicial sin sentido, Wan Dit, rindió testimonio escribiendo en southsudannation.com, atestiguando que fue el gobierno quien mató a Isaiah Diing Abraham Chan Awuol, aka Isaiah Abraham, por sus escritos. Wan Dit escribió un revelador artículo en el que indicaba que “sacaron a Isaiah Diing de su casa, lo hicieron sentarse y le dispararon en la cabeza. Lo asesinó otro Dinka, gente de su tribu”. Tristemente, Isaiah no hizo nada incorrecto como para merecer la muerte más que criticar el mal gobierno. En lugar de corregir la corrupción, el régimen eliminó la voz de la razón armada simplemente con papel y bolígrafo. Tal y como habréis leído en el enlace de arriba, algunos ciudadanos han sido asesinados y sepultados en el complejo del patio trasero de la Seguridad Presidencial aka Tiger units Compound.

En segundo lugar, en febrero de 2018, el Presidente Kiir expresó públicamente que hubiera preferido que muriera su Ministro de Asuntos exteriores, Deng Alor, en duelo por la pérdida de su hermano, en lugar de su hermano, quien falleció por muerte natural. Sus deseos expresos (que muriera Deng Alor) no solo enfatizaron el odio de Kiir contra algunos sectores dentro de las divisiones políticas del país, sino que también puso de manifiesto su elección preferida como método de resolución del conflicto (acabar con la controversia matando). Quizás la situación en la que el hermano de Deng, entonces embajador de Sudán del Sur en Etiopía, se mostraba neutral con respecto a las divisiones políticas mientras que su hermano, Deng, se oponía al mandato de Kiir y tomó partido del lado de los líderes del SPLM, habría requerido una solución política en lugar del deseo de acabar con la vida del mismo.

Al comienzo de las escisiones políticas en el seno del imperante liderazgo del Movimiento de Liberación Popular de Sudán (SPLM) en 2013, Deng Alor fue acusado de golpe de Estado contra la administración de Kiir y se le arrestó junto a otros diez líderes políticos del SPLM. Deng y sus colegas fueron puestos en libertad mediante la intervención de la Troika y la región (IGAD) pero se les obligó a exiliarse en Kenia. Aunque el fallo se basa en las alegaciones infundadas sobre el golpe de estado, el rencor infinito contra los exdetenidos, grupo al que Deng pertenece no ha cesado . Tampoco se han librado sus aliados.

Deng fue nombrado Ministro de Exteriores después de que los partidos en conflicto alcanzasen un consenso en 2016 sobre el acuerdo de paz de 2015. Dicho acuerdo designa unas cuotas de poder en el gobierno a los antiguos presos político del SPLM (los líderes del SPLM) y todos los partidos signatarios del Acuerdo de Paz, respectivamente. El Acuerdo de Paz también otorga a los partidos el derecho de designar a su representantes en el Gobierno, puesto para el que Deng fue nombrado por su grupo y debidamente designado como Ministro de Exteriores mediante un Decreto Presidencial.

Como ya deben saber muchas élites en el país, el precio a pagar por discrepar con el Presidente Kiir de Sudán del Sur, al menos bajo su punto de vista, es la persecución y en la mayoría de los casos la muerte a manos de hombres armados desconocidos sin importar su origen étnico. Teniendo en mente esta realidad y rescatando las palabras de Kiir por lo que representan, Deng partió hacia la vecina Kenia y anunció que no volvería a Sudán del Sur hasta que no se negocie un claro consenso sobre el Acuerdo de Paz en Addis Ababa, Etiopia. Quizás, quién sabe, Deng Alor podría haber sido una víctima más de los Círculos de Seguridad internos de Kiir de no haber sido por su renombre y fama a nivel internacional o si no hubiera conocido el camino que lo conducía a salir del país pronto, antes de que los hombres armados desconocidos de Kiir lo pudieran atrapar.

Deng Alor contó en un periódico árabe en Juba que el Presidente Kiir le dijo en dos ocasiones que prefería que hubiera muerto él en lugar de su hermano. Citaron a Deng, “Él [Kiir] me dijo en la oficina y en la iglesia que si Dios preguntara a la gente y me hubiera preguntado a mi, le habría dicho que te llevara a ti. Dijo esto tras la muerte del Embajador Kuol Alor” (el hermano de Deng). Una declaración tan mezquina de parte del Presidente Kiir refleja su odio directo a cualquier Dinka que se atreva a desafiarlo o a mostrar desaprobación por su régimen. Pueden imaginarse lo difícil que es para un Dinka alzar la voz en contra del régimen establecido en Juba. De hecho, un Dinka contrario al régimen pone en peligro su vida si continúa viviendo en el país.

En tercer lugar, en noviembre de 2017, a un hombre Dinka de 37 años, Deng Bol Miyen, le dispararon provocándole la muerte por el hecho de ser amigo íntimo de un antiguo Jefe del Ejército, a quien el Presidente Kiir despidió. Miyen, según se ha informado, tenía una estrecha relación con el general Paul Malong Awan, efectivamente proclamaba la liberación de las personas acusadas o detenidas por ser cercanas o por relacionarse con un Jefe destituido del SPLA. El señor Miyen fue asesinado el 24 a las 6 de la tarde en Juba, tras recibir una llamada telefónica que lo invitaba a ser testigo de la liberación de los detenidos. Sin saberlo, se adentró en la trampa y al poco descubrió que lo habían engañado, pero ya era demasiado tarde para reaccionar, le dispararon al llegar. Miyen no es el único Dinka asesinado por oponerse a las reglas de Kiir. Hay muchos otros cuyas muertes no han llegado a los oídos de los medios o no han captado la atención del público. El régimen de Juba ha optado por asesinar a cualquiera que de su opinión contraria al mal gobierno incluida la voz (periodista) que informa sobre estos asesinatos.

En cuarto lugar, justo el pasado mes de enero de 2018, tres hermanos Dinka de Aweil, fueron sacados por la fuerza de sus casas por la noche en Juba, trasladados a un lugar lejano y finalmente asesinados a sangre fría por unos hombres armados desconocidos y el régimen culpó del homicidio a los pobres de los IDPs que buscaban refugio en el campamento de los IDPs. Puede que el régimen se aproveche de este contexto para lograr su propósito de enfrentar a unas tribus con creando conflictos inter-comunales mientras se quita la máscara para llevar a cabo cacerías públicas o para enriquecerse con impunidad.

El reciente asesinato de los tres hermanos, llamados Deng Mour Deng Kuach, Kon Mour Deng Kuach y Ayuel Muor Deng Kuach, hace preocuparse a cualquier mente razonable. Hay que tener en cuenta que el homicidio tuvo lugar cuando el régimen obligaba a desaparecer a posibles disidentes. En fin, no solo es inseguro para un Dinka hablar en contra de la corrupción o del régimen en Juba sino que la decisión de unirse a la oposición constituida, en su mayoría, por otros grupos étnicos contrarios al régimen puede ser fatal. El Doctor Dhieu Mathok Wol, Ministro de Minería, fue sorprendido en el hotel donde residía la mayoría de sus colegas por aquel entonces, después las fuerzas gubernamentales se llevaron a Riek fuera de Juba y lo maltrataron simplemente porque era un Dinka que no debió haberse unido a la oposición liderada por Riek Machar.

Por último, pero no por ello menos importante, un Líder de la Sociedad Civil, Deng Athuai Mawiir, un Dinka de Warrrap State de donde Kiir es natural, ha sobrevivido a dos atentados. Lo secuestraron, torturaron, ataron, metieron en una bolsa y lo dejaron en el bosque para que muriera de manera dolorosa, pero por la gracia de Dios, los patrulleros lo rescataron. La vida de Deng casi fue arrebatada por el mero hecho de haber declarado públicamente en contra de la corrupción en el país. En agosto de 2014 Mawiir fue atacado de nuevo y recibió dos disparos al salir de la oficina. Durante el asalto, una bala penetró en su piel, pero sobrevivió. A finales del año pasado alguien puso sobre aviso a Mawiir acerca de otro intento de asesinato, así que se ocultó. No he vuelto a tener noticias suyas desde entonces, espero que esté bien.

Al margen de la condición de precedente, no debe malinterpretarse que el régimen en Juba es Dinka, aunque también haya maltratado a nacionales Dinka.

Wol Deng Atak

Fuente: Sudan Tribune

[Traducción, Marta Sánchez Capel]

[Fundación Sur]

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