Autora: Ruth Fernández Sanabria
En la unión está la fuerza. También en la obra de Mwangi Hutter, un dúo artístico que combina no sólo escultura, pintura, video, fotografía y performance sino también las identidades formadas por las experiencias personales y las raíces keniana y alemana de sus integrantes. Juntos dan lugar a una dualidad común, su propio concepto de multiculturalidad.
Ingrid Mwangi nació en Nairobi. Robert Hutter en Ludwigshafen. Ella de madre alemana y padre keniano, justo al contrario que los hijos que comparte esta pareja que se conoció en 1998, cuando ambos estudiaban arte. Desde 2005 forman Mwangi Hutter, un “sólo artista”, como ellos mismos se definen en su web, una “entidad de personalidad de doble género y multicultural”, según explican a The Stranger. Como en una relación sana, su arte está formado tanto por los individuos que la componen como por el vínculo que los une, dando paso a unas creaciones que, mediante la interrelación, les sirven de técnica de autoconocimiento.
Fotografía de la performance ‘Cloth to cover every stone’, de Mwangi Hutter.
Para ello suelen recurrir al desnudo, físico y emocional. Descubren sus miedos y esperanzas personales para afrontarlas juntos a través de las artes visuales. Así lo muestran en su última exhibición ‘Innocent of Black and White’, presente en el espacio de arte Kunstverein Ludwigshafen hasta el 15 de abril, en la que reúnen una selección de su obra (como es habitual en las exposiciones de este sello artístico) para reflexionar sobre las cambiantes realidades sociales y el modo en el que las experimentan. Todo ello a través de diferentes técnicas: “El vídeo ofrece la oportunidad de repensar y reevaluar los fragmentos de ‘realidad’ que se han grabado, así como la posibilidad de crear un mundo que funcione de manera diferente, por ejemplo, con respecto al paso del tiempo. Un trabajo fotográfico tiene la cualidad de congelar el momento y permitir que la historia se desarrolle a partir de un solo cuadro o una combinación de varias imágenes. La instalación nos brinda la oportunidad de combinar vehículos de significado y sumergir al espectador en diferentes impresiones sensoriales dentro del espacio que los contiene, por ejemplo, vídeo, sonido, texto escrito y objetos. En general, es emocionante no tener que limitarse a usar diferentes medios, sino tener toda una gama de medios para trabajar”, declaran Mwangi Hutter a Studio International.
Definitivamente, esta dualidad artística ve en los límites un reto. “Estamos discutiendo las barreras, los conceptos, los constructos que crean nuestra identidad. Estamos sugiriendo que la idea de diferentes géneros y antecedentes personales puede superarse completamente dentro de esta unidad. Estamos trabajando como un solo cuerpo, un organismo”, explican a la Asociación Cultural Vídeo Brasil. Una búsqueda de la identidad que se retrata en ‘Nothing solid’, un vídeo en el que se representa el peinado como una encarnación del tiempo, la memoria y la experiencia. En él la propietaria del cabello, su hija, se deshace de sus rastas que, sin embargo, no desaparecen sino que quedan en el aire, atadas a unos globos.
En tanto que exploradores de lo propio, Mwangi Hutter recurre continuamente a los cuerpos. Ellos son sus lienzos sobre los que profundizar para hallar esa esencia individual de cada uno, tal y como se manifiesta claramente en la exposición ‘Living in your heart’, de la Galería Burster (Berlín), en la que partir de su caja de resonancia creada con fotografías, vídeos y pinturas hacen visible el rastro en el individuo de las experiencias vividas.La introducción, nudo y desenlace de su historia, es lo que ellos llaman la huella dactilar y definen textualmente de este modo: “Huella dactilar para huella digital dejamos nuestras huellas como un símbolo de nuestro mapa interior. seguir esto un día nos conducirá a nuestra propia esencia. si pudiéramos contar nuestra historia sin palabras, sonido o imágenes, lo haríamos, pero por el momento, eso es imposible. de hecho, todavía no conocemos nuestra historia. la dibujamos en nuestras pinturas, la descubrimos en nuestros vídeos y sonidos, tomamos fotografías, para que sean visibles. solo tenemos una idea de lo que podría ser, pero sin continuar nuestro viaje, nunca hubiéramos empezado a descubrir qué descubrir”.
Una búsqueda del desarrollo individual que Mwangi Hutter no conciben si no es en colectivo. Es aquí donde entra con fuerza su concepto de la unidad, altamente evidenciado en la muestra ‘Falling in Love, Again’, de la Galería Mariane Ibrahim (Seattle). En ella expresan sus construcciones del yo con un abrazo en blanco y negro que parece fundir ambas mitades, ambas identidades, sin que por ello cada una deje de tener su protagonismo. Simplemente conviven. Y es belleza.
Original en: Wiriko