El periódico zambiano The Observer informó el lunes 19 de febrero que el presidente del país, Edgar Lungu, había advertido al pueblo de la República Democrática del Congo (RDC) que la amistad entre los dos países dependía de que el actual presidente Joseph Kabila pudiera postularse para un nuevo mandato, a pesar este hubiera finalizado en el 2016. Lungu emitió su advertencia en State House durante la visita de dos días de Kabila a Zambia, desafiando a muchos congoleños.
El presidente de Zambia comunicó que Kabila «era un muy buen presidente, que era amado por más del 60% de los congoleños», y, agregó, que los miembros de la oposición «no deberían infringir los derechos de la mayoría que «confían aún» en Kabila para seguir gobernando».
Lungu, quien ha sido acusado por opositores políticos en su país de ser autocrático y de estar detrás del arresto de opositores políticos, incluido el líder de la oposición Hakainde Hichilema, quien fue detenido el año pasado por cargos de traición que luego fueron retirados, parece nadar contra la corriente del consenso de acabar con la gobernanza de Kabila.
La República Democrática del Congo se ha visto sacudida por la violencia y los disturbios, que incluyen una sangrienta represión de las fuerzas de seguridad contra los opositores políticos.
Gran parte de este descontento se atribuye a la negativa de Kabila a dimitir y su repetido retraso de las nuevas elecciones a pesar de un acuerdo de paz mediado por la Iglesia Católica que definió su salida en 2017.
Lungu aconsejó además a los extranjeros que no interfieran con asuntos internos en Congo y Zambia. «Estas personas (países occidentales) deben desistir de interferir en nuestros asuntos internos, si nuestra gente quiere que permanezcamos en el cargo más allá del límite constitucional, esa es nuestra elección y por lo tanto, nadie debe intervenir», indicó Lungu.
Fuente: The Citizen
[Traducción, Muriel Balda Aspiazu]
[Fundación Sur]
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