Tanto si analizamos la política económica entre la Unión Europea y África, como si observamos la mentalidad y comportamiento de nuestra sociedad globalizada, podríamos concluir que una de las características más notables, se podría resumir en una actitud de “derechos sin deberes”, o de beneficios sin responsabilidades.
1. Analizando la política existente entre la Unión Europea (UE) y África (UA), ciertamente se puede constatar la idea de “ayuda por comercio”, o de beneficios sin responsabilidades.
África sigue con una participación insignificante en el comercio global, debido a condiciones desfavorables de mercado, falta de infraestructuras, etc.
El objetivo principal en las negociaciones comerciales entre la UE y la UA, están el acceso a los recursos y al mercado.
En 2012, los productos minerales alcanzaron el 68% de las importaciones europeas de los recursos africanos, mientras que las exportaciones de maquinaria desde la UE hacia África, solo llegó al 24%. Europa ha sido, desde la colonización, el destino de gran parte de las exportaciones de África.
La principales exportaciones de la UA a la UE, han sido: petróleo, minerales, productos agrícolas, pescado, etc. mientras que la UE exporta a la UA, los productos elaborados: alimentos procesados, vehículos, machinaría y productos farmacéuticos…
Está claro que EPA no contribuya a crear oportunidades de trabajo en África. La UE sigue con su política de ayuda a cambio de comercio.
No sorprende pues que muchos países africanos se inclinen ahora a otros países como China, India, Brasil, Rusia, que hoy invierten más en África.
China negocia de país a país, para aumentar las inversiones en muchos países africanos. Los productos chinos importados a África son más baratos que los europeos también. Los chinos favorecen la producción local, como la industria de zapatos en Etiopia “made in Etiopia”.(Clarke. 2013).
No basta la apertura de mercados, sino que es necesario un comercio interactivo. Se requiere además diversificar el comercio y las políticas económicas, para conseguir un desarrollo más sostenible, afirma el economista Daouda Cisse.
Los países africanos seguirán eligiendo países de otros continentes que estén dispuestos a entrar en un comercio más reciproco y beneficioso para todas las partes.
2. Derechos sin deberes para gobernantes, líderes sociales y ciudadanos.
Observando el comportamiento de muchos gobernantes en África y en otros continentes, podemos ver abusos de poder y de recursos, apropiándose de bienes que pertenecen a todos los ciudadanos.
África pierde unos 150.000 millones de dólares cada año a causa de la corrupción. De ellos, unos 50.000 millones se van directamente a paraísos fiscales.
Eso es acaparar los beneficios máximos, sin ninguna responsabilidad. Y además esta mentalidad y práctica ya parece la más normal y hasta pasa con impunidad.
Cuando las personas y los pueblos toman la responsabilidad en sus manos, llegan a superar la dictadura con una democracia real por el bien común, como lo han hecho ya en muchos países africanos: Burkina Faso, Gambia, Costa de Marfil, Togo, Zimbabue, etc.
Estos abusos ocurren cuando faltan principios éticos y valores humanos, de comportamiento responsable a nivel personal y social.
Una de las consecuencias de la globalización puede ser esta falta de referencias personales y sociales. En las Redes Sociales, todo parece valer y pasa sin referencias. Esta forma de comunicación y relaciones tiene la ventaja de una libertad casi absoluta, pero también muestra a veces una seria falta de respeto a la dignidad de los demás.
El desafío pues se centra en la responsabilidad personal y social de cada persona. Se trata de integrar el respeto de todos los derechos humanos en cada persona y sociedad, junto con la responsabilidad personal, social y profesional de todos, particularmente, de los líderes, para promover un desarrollo sostenible para los pueblos de África y del globo.
