Mientras que la juventud y la creación de empleo serán el enfoque principal de la cumbre de la Unión Africana (UA) / Unión Europea (UE), otros temas, como la crisis migratoria de Libia, la resignación forzada, aunque incruenta, de Robert Mugabe, la migración y un buen gobierno-riesgo que eclipsa este crucial evento de dos días.
Además, el futuro de la juventud africana sigue siendo un tema de suma importancia en un continente cuya población se prevé que llegará a los 2.500 millones en 2050. África está preparada para convertirse en el continente más joven de todos los continentes. Los jóvenes son la mayor riqueza de África, pero su potencial podría convertirse en una gran fuente de preocupación si los objetivos de desarrollo no se cumplen por completo. Los jóvenes africanos necesitan educación y capacitación para poder acceder plenamente al mercado de trabajo y tomar el control de su propio destino, incluso a través de la participación política.
La cumbre debe aprovechar las formas multilaterales de cooperación distintas de las disponibles hasta el momento. En este contexto, cabe señalar que el Fondo Europeo de Desarrollo, una herramienta crucial para la cooperación, perderá el 15 por ciento de su presupuesto como resultado del Brexit.
En términos de inversión directa, mientras que la Unión Europea todavía proporciona la mayor parte en África, China se ha convertido en un jugador importante. Para otras áreas del mundo, encontrar formas innovadoras de promover la inversión directa se ha vuelto más relevante y urgente que en el pasado.
Si bien el desarrollo en África sigue siendo un desafío social, de seguridad y económico, el potencial de asociación con áreas más desarrolladas, como los países miembros de la Unión Europea, es real. Varios países africanos han experimentado un crecimiento impresionante durante más de una década. Mientras que la República Centroafricana, desgarrada por el conflicto, se está quedando rezagada, los países de África occidental y oriental están en el camino hacia la prosperidad y el crecimiento. El analfabetismo está disminuyendo en la mayoría de los países. Ruanda, Benín y Ghana han logrado establecer sistemas educativos efectivos. La cooperación en estos frentes casi ha desaparecido entre la UE y la UA. Hay muy pocas escuelas de misiones europeas y pocas becas para estudiantes. Hay muy poco interés en el campo de la formación profesional. Sin embargo, el futuro de la juventud de África depende en gran medida de la calidad de sus sistemas educativos.
La gobernabilidad sigue siendo un problema. La élite a menudo cosecha los beneficios del crecimiento en detrimento de los desfavorecidos, lo que obstaculiza los esfuerzos para luchar contra la pobreza. Pero una cosa está clara: los países en el buen camino son aquellos que garantizan la estabilidad a través de un sistema político coherente e inclusivo.
Terrorismo: un problema crucial
Esas cuestiones deberían considerarse en el contexto de la lucha contra el terrorismo, especialmente en las regiones bajo el control de Boko Haram, así como en otros países del Sahel que albergan un mosaico de grupos terroristas: al-Mourabitoun, Ansar Dine, Al Qaeda en el El Magreb Islámico (AQMI) y el Estado Islámico del Gran Sahara. Todos están vinculados a las principales redes de tráfico de armas, drogas y personas.
Una estrategia viable contra Boko Haram tendría como objetivo principal permitir a los países de la región, a saber, Nigeria, Chad, Camerún, Níger y Benin, unir sus esfuerzos para luchar contra el terrorismo bajo el paraguas de una coalición. La Unión Europea ha anunciado un paquete de ayuda de 50 millones de euros. Pero la promesa de financiación, realizada en 2016, aún no se ha materializado, debido a cuestiones burocráticas, ya que las leyes de la UE exigen que los fondos se distribuyan por igual a los países miembros de la CEDEAO. Mientras tanto, Chad, que debía dedicar 5.000 hombres a las operaciones de la coalición, y ha organizado las intervenciones necesarias en los países vecinos, ahora es muy reacio a continuar, porque no tiene los medios para tales compromisos.
Los Estados Unidos han intervenido discretamente en todas las regiones afectadas por el flagelo del terrorismo. En Níger llamó la atención sobre la presencia operacional de las fuerzas estadounidenses, presentes desde principios de la década de 2000. Según los informes, hay 1.700 «asesores» que brindan servicios de capacitación e inteligencia, mientras que los drones realizan «redadas selectivas».
Mientras tanto, Francia ha decidido abordar la amenaza planteada por Boko Haram unilateralmente, debido a la falta de apoyo internacional. El grupo ha explotado el vacío para hacerse un hueco en el Sahel, particularmente en el desierto de Níger, un país importante y una fuente casi exclusiva de uranio para Areva y la industria nuclear francesa.
Otros actores están presentes también. Marruecos, que suministra a Níger equipamiento militar, se involucra vigorosamente en el frente de inteligencia. El reino también ofrece, como parte de una estrategia global, capacitación a los imanes en el Instituto Mohammed VI, para contrarrestar el extremismo en África y en los países europeos con una importante población de inmigrantes musulmanes.
El problema, sin embargo, radica en un enfoque multinacional que es por completo fragmentario. El riesgo de que los combatientes extranjeros lleguen a África desde Siria e Iraq es real. Es necesario que las estrategias en toda la región se consoliden políticamente para que coincidan con el nivel de cooperación de inteligencia, que ha sido más efectivo.
El otro desafío, difícil de abordar, es la necesidad de que los Estados-nación soberanos afirmen su control sobre los territorios que deben controlar. Libia y Somalia son dos ejemplos conmovedores.
Estos temas están en el corazón de la agenda de la Cumbre de Abiiyán y serán el tema de discusiones bilaterales y multilaterales.
La Unión Europea no es monolítica en la cuestión africana, por razones históricas, sino también por los intereses inmediatos de los Estados miembros. Si el tema de la migración es ampliamente compartido, el contraterrorismo y el desarrollo tienden a no generar el mismo compromiso. Las políticas seguidas aún no han demostrado ser coherentes o efectivas.
Fuente: The National Interest
[Traducción: Muriel Balda Aspiazu]
[Fundación Sur]
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