Justicia ecológica del G20, para una eficaz cooperación con África.

30/06/2017 | Opinión

La política del G20 reduce la cuestión del desarrollo sostenible y del cambio climático, sobre todo en África, a un tema secundario, en sus planes financieros.
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El norte no reconoce la deuda ecológica que tiene con el sur del planeta. Si el G20 busca justicia ecológica y un desarrollo sostenible, lo primero que debe reconocer es la importancia de esta justicia ecológica.

La reciente decisión de Donald Trump de seguir contaminando la atmósfera de forma ilimitada es el ataque más claro a los pueblos africanos.

Los activistas de África y el G20 deben colaborar eficazmente para promover un crecimiento económico que sea ecológico al mismo tiempo.

Billones de personas sufren las consecuencias del cambio climático, particularmente en el hemisferio sur, y por tanto un consenso global es ahora imperativo para trabajar juntos por un desarrollo sostenible.

Los acuerdos internacionales existen, como el de “Paris Climate Change Agreament”, pero el compromiso es muy limitado, sin mencionar la irresponsabilidad de Trump.

El 17 de noviembre 2016, el G20 ratificó el Acuerdo de Paris, teniendo en cuenta el bienestar de los pueblos africanos. El Acuerdo busca limitar el calentamiento del planeta a 1.5 C.

Los países del G20 contribuyen el 70% de los gases emitidos y por tanto tienen la mayor responsabilidad. ¿Serán consecuentes en su próxima reunión de julio 2017 en Hanburgo?

La actual presidencia alemana del G20 trabaja para conseguir un mayor compromiso para integrar una mayor justicia ecológica en todos los proyectos financieros.

Los africanos dicen con razón: “Nosotros no estábamos en la fiesta, y no provocamos el desastre, y sin embargo nos obligan a pagar las consecuencias”.

Es pues indignante que ahora el G20 reduzca el tema del cambio climático a algo secundario, en sus relaciones financieras con África.

El G20 y las economías africanas deben equilibrar los beneficios y responsabilidades de todos sus acuerdos. Por ahora, el G20 tiene una gran deuda con África ecológica.

No basta con prometer 100 billones de dólares, a partir de 2020, como ayuda anual para mitigar las consecuencias del cambio climático. Los ministros de economía, reunidos el 12-13 de junio 2017, para preparar la agenda del G20 el 7-8 de julio 2017, deben dar prioridad al tema de la justicia ecológica.

En noviembre 2017, tendrá lugar la cumbre de «UNFCCC COP23» en Bonn sobre el cambio climático. La reducción de gases en 1.5 C es posible si hay compromiso.

Sera imposible desarrollar una justicia ecológica, por la que tanto sufren los pueblos africanos, si no integramos a las comunidades y en particular a las mujeres y a las víctimas del cambio climático, en las mesas de negociación.

La diplomacia global y el G20, para promover la justicia ecológica, esta fracasando estrepitosamente, por ahora.

La única solución realista radica en la participación activa y en la colaboración de las propias comunidades y personas que más sufren las consecuencias del cambio climático, para promover juntos una autentica justicia ecológica que es parte integral de todo desarrollo sostenible.

Maureen Sigauke. Pambazuka News. 8.6.2017

Fundación Sur.

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