Una publicación desvela los intereses políticos del dictador para involucrarse en una causa ajena
¿Por qué a principio de los años sesenta Francisco Franco decidió acoger al criminal de guerra Moses Tshombe en Madrid y ayudarle en su lucha por desestabilizar la República Democrática del Congo con armas, dinero y mercenarios? Era una historia que quedaba muy lejos de las fronteras españolas pero que le reportó al dictador grandes ganancias políticas.
El 30 de junio de 1960, el llamado Congo belga conseguía la independencia. Patrice Lumumba del Movimiento Nacional Congoleño, tras ganar las elecciones legislativas, era proclamado primer ministro, y Joseph Kasavubu, del partido Abako, presidente. En el discurso pronunciado ante el rey de Bélgica y otros altos mandatarios en la ceremonia de traspaso de poderes, Lumumba dejó claro su deseo de romper con el pasado colonial del nuevo país. Algo que no gustó en las capitales europeas, ni tampoco en Washington, que mantenía fuertes intereses económicos en el país.
Pocos días después, la provincia más rica de la República Democrática del Congo, Katanga, decidía independizarse. Su líder era Moses Tshombe y contaba con el apoyo de la Unión Minera (consorcio de las mineras que operaban en la zona) y varios países europeos como Bélgica y Francia, además de Estados Unidos.
Desde Washington llegó la orden de eliminar a Lumumba que estaba entorpeciendo los intereses de las compañías estadounidenses en la zona. Estados Unidos maniobró con Kasavubu y el jefe del ejército, nombrado por Lumumba, Joseph Mobutu. El enfrentamiento llevó a la destitución del primer ministro que se vio obligado a huir. Finalmente, fue capturado, con ayuda de agentes de la CIA, y conducido a Katanga donde fue entregado a Tshombe, que lo torturó y ejecutó.
Una vez eliminado Lumumba, la independencia de Katanga ya no interesaba. Las fuerzas de la ONU y el ejército tomaron la provincia en enero de 1963 y su presidente, Tshombe, se vio obligado a huir. Tras pasar por Francia y Bélgica apareció en Madrid en junio, donde vivió bajo la protección de Franco mientras instigaba para desestabilizar su país con la ilusión de llegar a ser presidente. El primer exilio de Tshombe en España duró hasta 1964, cuando regresó a su país como primer ministro. Una de sus medidas estrella durante ese mandato fue la expulsión de todos los congoleños de Brazzaville. En 1966, Mobuto, que había expulsado del poder a Kasavubu, acusó a Tshombe de traición y este tuvo que huir refugiándose de nuevo en España, donde residió hasta su secuestro en 1967 y posterior muerte en 1969.
Estados Unidos es el que pide a Franco que acoja a Tshombe y le trate bien
En Cuando Franco fue a la guerra del Congo, editado por La Caída, su autor, Agustín Velloso Santisteban, desvela los motivos de la estancia de Tshombe en España, y la ayuda que recibió de Franco y su régimen. Hablamos con él.
Pregunta. ¿Por qué Tshombe llega a España la primera vez?
Respuesta. Tshombe sale para España cuando ha fracasado su intento de independencia, más que independencia que es una idea muy bonita, lo que él quería era apoderarse del Congo a partir de Katanga, la provincia más rica, para luego dar un salto a la presidencia. Él aspiraba a ser presidente de todo el Congo pero como no podía porque Lumumba era muy querido y había sido elegido democráticamente como primer ministro, tuvo que deshacerse primero de los competidores, particularmente de Lumumba, en cuya muerte él tuvo una participación muy activa. Una vez desaparecido Lumumba intentó hacerse con el control del Congo con esta secesión apoyado por grandes empresas mineras y países como Estados Unidos y Bélgica. Finalmente no consiguió lo que quería y tuvo que salir del país.
P. ¿Por qué España y no otro país?
R. El más interesado en Congo era Estados Unidos. En España estaba Franco, que en ese momento no era bienvenido en Europa pero que estaba dispuesto a hacer lo que fuera con tal de tener el apoyo de Estados Unidos. Eso significaba apoyo económico, militar… todo. Es Estados Unidos el que pide a Franco que acoja a Tshombe y le trate bien. Franco no le hacía el favor a Tshombe, se lo hacía a Estados Unidos.
P. Una vez en España se le dio un trato de persona muy importante, con guardaespaldas de la policía nacional, se codea con la alta sociedad española…
R. Digamos que eso es la guinda del asunto. Lo que no se ve, lo que está por debajo es más serio. España como estado contribuye a la labor subversiva, ilegal de Tshombe para seguir desestabilizando el Congo. Es apoyado con armas, con financiación, con apoyo político, con apoyo de la prensa, de parte de la Iglesia y con material y logística de todo tipo. Tshombe aquí recibe armamento, material militar como todoterrenos del ejército español y otros pertrechos militares y apoyo político muy importante. Basta con leer el ABC y el Arriba, y otros diarios de la época, para ver que Tshombe es tratado como un señor rico que viene a curarse la vista a la clínica Barraquer, que va a los toros… No, eso es solo la guinda que le ponen.
P. ¿Quién le apoya?
R. Contribuyen con él las más altas personalidades militares, por ejemplo el director de Plazas y Provincias africanas, José Luis Díaz de Villegas, que fue Jefe del Estado Mayor de la División Azul y mano derecha de Franco en este caso. Franco no gestiona directamente este asunto, lo delega en Díaz de Villegas. También recibe apoyo de una llamada Junta Española proliberación de Tshombe formada por procuradores en Cortes, miembros del Movimiento Nacional, miembros de la Acción Católica, de la Sociedad Católica de Propagandistas… El más señalado es Blas Piñar. También acude un sector de la Iglesia, entre ellos el primer abad del Monasterio del Valle de los Caídos.
VIDA COTIDIANA
En el libro Cuando Franco fue a la guerra del Congo se recogen varios mensajes de los servicios secretos españoles que seguían al criminal de guerra congolés Tshombe y que muestran su rutina. Por ejemplo, uno firmado el 12 de junio de 1967 dice:
“Se pone en conocimiento que el día 3 del actual, se hospedó en el Hotel del Mar una joven súbdita belga, la que, según se dice, no es más que una de las muchas “mujeres” de que dispone para su solaz el ex dirigente congoleño Moisés Tshombe. Según comentarios recogidos, parece ser que todas las veces que proyecta viaje a Palma de Mallorca, es precedido con dos o tres días de anticipación a su llegada, por dos o tres individuas que ocupan la habitación que dicho señor de color reserva ex profeso en dicho hotel. También se dice que gasta una gran cantidad de dinero con sus extraordinarias expansiones, a las que muestra una desmedida afición, manifestándose como un excepcional juerguista, según se desprende de la elección de sus concubinas, todas ellas muy jóvenes, de porte extravagante y de acusadas líneas”.
La revista Ebony, en un artículo de agosto de 1964 titulado El escondite español de Tshombe, relata:
“En su oficina recibe a periodistas y a partidarios suyos de varios países del mundo. Durante su estancia en España mantiene un equipo de quince personas que incluye un ayudante, cuatro secretarias y un cocinero español. Además, cuatro policías de seguridad custodian su oficina y un guardaespaldas le sigue, una atención de Franco, el dictador de España. Hasta que Tshombe no volvió (al Congo) algunos españoles no se dieron cuenta de que habían sido los anfitriones de un hombre clave en un conflicto que amenaza con envolver a todo un continente en la guerra”.
P. En 1964, el presidente Joseph Kasavubu le nombra primer ministro. Y él regresa a Kinshasa.
R. Sí vuelve al Congo en 1964. Esta vez regresa a España como primer ministro y visita a Franco en El Pardo. Pero ya no vuelve a su país porque Mobutu, que ha tomado el poder, le acusa de traición y quiere deshacerse de él. Aquí entra de nuevo Estados Unidos que jugaba con varios candidatos a dirigir Congo tras la eliminación de Lumumba: Kasavubu, Tshombe y Mobutu. Finalmente ven que Mobutu les interesa más y dejan caer a los otros dos y, consecuentemente, Franco deja caer a Tshombe, que ya no interesa a Estados Unidos.
P. Otra de las revelaciones de este libro es la presencia de mercenarios españoles en el Congo.
R. Hubo varios reemplazos, algunos fueron en el 1963 y otros en el 1965 y 1966 hasta que Mobuto los detiene y mata a algunos de ellos. Eran militares en activo en España, incluso algún capellán castrense. Había desde tropa y sargentos hasta capitanes. Se dan de baja en el ejército para poder salir tranquilamente pero, a pesar de ello, se llevan la bandera rojigualda. La mayor parte de los mercenarios eran belgas, sudafricanos o cubanos de Miami. Y como todos los mercenarios, no tienen bandera. Sin embargo, los españoles tenían a gala sacar la bandera española cuando iban en acción de combate.
P. ¿Qué pasa con los mercenarios españoles que consiguen regresar?
R. No hay rastro de ellos.
P. ¿Qué papel juega la Junta Española proliberación de Tshombe?
R. La gente que la forma es de mucha categoría, hermanos de ministros, presidentes de grandes empresas, religiosos y, sobre todo, hay, al menos, dos nombrados por Franco como procuradores en Cortes y miembros importantes del Movimiento Nacional. Personas que tenían acceso a Franco, por lo que estaba al corriente de todo lo que sucedía con respecto a Tshombe. Además, hay todo un servicio de espías en torno a él, solo que eran muy chapuceros y eso que eran agentes del Estado Mayor, no cualquier policía.
P. ¿Cuál es el interés de estas personas cuando hablamos de un señor que no tiene nada que ver con España?
R. Esta gente habla de anticomunismo y de la expansión del catolicismo. Pero a pesara de ese discurso, su verdadera intención era puramente hacer negocios. Por ejemplo, entre los participantes estaba el hermano del ministro de la Marina, Luis Nieto Antúnez, que tenía participaciones en Sofico que fue una empresa quebrada y que constituyó uno de los grandes escándalos del franquismo. Esos señores tenían mucho interés en colocar sus empresas por si se producía la victoria de Tshombe poder hacer negocios en el país.
P. Tras la segunda llegada de Tshombe a Madrid, el gobierno de Zaire y Mobutu, piden a España su extradición y amenaza con cortar relaciones diplomáticas.
R. En Congo están muy enfadados porque conocen los crímenes que ha cometido allí.
P. España ignora estas peticiones y amenazas, ¿por qué?
R. Lo ignora porque recibe instrucciones de Estados Unidos. Franco deja caer a Tshombe en el 67 porque en aquel momento ya no era útil para Estados Unidos y quieren deshacerse de él. Cuando Mobutu se asienta en el poder Tshombe ya no le sirve a Washington y deciden eliminarlo. Hay un intento fallido de asesinato en Madrid y luego un secuestro en un avión. De hecho, la nave en la que volaba de Palma de Mallorca a Menorca es secuestrada y derivada a Argelia, a pesar de que iban policías españoles en ella. Al llegar a Argel, Tshombe es encarcelado y los policías devueltos a España.
P. ¿Qué tipo de avión era ese?
R. El avión era de bandera inglesa, al igual que la tripulación. Esta cuestión se llevó al Parlamento británico, pero aquí en España había dos bandos con respecto al asunto. Los militares por un lado que querían juzgar al que organizó el secuestro, un ayudante de Tshombe de nombre Francis Bodeman. Lo juzgó un tribunal militar en Mallorca y lo condenó a más de 20 años, pero un ministro recomendaba que se actuase suavemente porque si hablaba hacía polvo al Gobierno español. De hecho, pasa muy poco tiempo en la cárcel, muy pronto es puesto en libertad.
P. Toda esta información es muy opaca, los datos no se encuentran fácilmente, ¿por qué?
R. Han pasado 50 años de estos acontecimientos y la información sobre el asunto Tshombe sigue siendo confidencial. Hemos conseguido sacar lo básico, pero hay mucho más a lo que no llegamos. Además, los testigos de la época no quieren hablar o son muy difíciles de encontrar, si todavía están vivos.
Cuando Franco fue a la guerra del Congo se presenta hoy 13 de junio en Madrid las 19:00, en las Escuelas Pías, c/ Tribulete 14
Original en : Blogs de El País – África no es un país
– Agustín Velloso publicó en los Cuadernos de Fundación Sur como anticipo a esta obra «España comparsa del imperialismo estadounidense o en el Congo Belga «