Por desgracia vivimos en una sociedad que demoniza al sexo, con algunos grupos religiosos tratandolos de malignos. Esta percepción equivocada propaga la ignorancia que envuelve al sexo frente a los keniatas, exponiendo a muchos a peligrosas enfermedades y a embarazos no deseados.
Muchos keniatas tienen una percepción negativa frente al sexo hasta tal punto que para algunos hablar sobre sexo es un tema tabú. Esto ha llevado a la paradójica situación que covierte a los keniatas en una sociedad más dispuesta a practicar el sexo que a hablar sobre él.
Como resultado, comprar preservativos, que se ha convertido en una declaración pública de que vas a tener relaciones sexuales, se ha vuelto una taréa herculea para jovenes y adultos. Los pocos valientes que se atreven a comprarlos, deambulan durante horas por los pasillos de las farmacias hasta que se se atreven a susurrar su petición al dependiente, segun nos cuentan el dueño de una farmacia.
Pero al menos los hombres, tras morderse la lengua, evitar contacto visual y aburrir al dependiente con historias, compran los contraceptivos. Las mujeres no pueden comprarlo, ni el masculino ni el femenino.
Hay una percepción dentro del público femenino que los preservativos son una «cosa de hombres», con lo cual no ven la necesidad de pasar por ese proceso vergonzoso. Aunque una mujer espere tener un encuentro esa misma noche, nunca llevará uno, dando por supuesto que el hombre lo tendrá.
Al ser preguntadas por la razones por las que no compran preservativos, algunas mujeres dicen que es debido a la verguenza y estigmatización social, tanto en quioscos, donde el vendedor les pondra mala cara, como en el supermercado, donde el resto de las personas que hacen cola la juzgaran por comprar contraceptivos.
Para resumir, los jovenes no compran preservativos porque tienen miedo de que les digan que son demasiado jovenes para comprarlos, mientras que las personas mayores tampoco los compran porque se creen demasiado mayores para practicar sexo, las mujeres por ser juzgadas como promiscuas y los hombres por ser vistos como raros, lo que esta poniendo en grave riesgo la salud de gran parte de la población de Kenia.
Mike Mswati
Fuente: EveWoman
[Traducción y edición, Fernando Martín]
[Fundación Sur]
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