Los estudiantes congoleños deben aprender la democracia en la escuela

10/03/2017 | Crónicas y reportajes

En un país dividido y debilitado por la corrupción, una red de escuelas ha decidido educar a sus estudiantes de manera diferente.

«Ellos aprenden como si estuvieran en su vida corriente. Entonces hablan, hablan, hablan… «describe Justin Kakule Muhindo, profesor de Inglés en el instituto Majengo de Goma, en la República Democrática del Congo. Durante su curso, los estudiantes practican el inglés en grupos y en parejas. Tratan de utilizar los términos interrogativos, «¿ los por qué» en Inglés. El profesor pasa a través de las filas. El ambiente es un poco ruidoso, pero refleja sobre todo una atmosfera de estudio.

escuela_rdc.jpgLas lecciones de este tipo son raras en el Congo. En muchas aulas de clase africanas la enseñanza está dominada por la transmisión de conocimientos de una manera magistral. Se considera al maestro como el que sabe y al alumno como el que no sabe. La enseñanza se reduce a comunicados que da el profesor que los estudiantes escuchan, integran y aprenden de memoria para aprobar el examen. Sin embargo, este sistema no produce ni buenos resultados, ni que los alumnos puedan valerse con lo que han aprendido en la escuela. Por otra parte, este modo de enseñanza genera un sistema en el que cada uno trabaja sólo para sí mismo y compite con los demás, lo que posteriormente empuja a desarrollar en cada uno un enfoque individualista de la sociedad.

En las provincias del Norte y Sur Kivu en la República Democrática del Congo (RDC), zonas amenazadas de conflictos armados desde hace décadas, la coordinación de » escuelas concertadas » de la Comunidad Bautista en África Central (CBCA) ha decidido formar sus maestros de forma diferente.

En la RDC, casi el 80% de los estudiantes están en los centros concertados que son técnicamente escuelas públicas, pero gestionadas por una u otra de las cuatro iglesias que han firmado el acuerdo escolar con el ministerio de educación: la Iglesia Católica, la Iglesia de Cristo en el Congo (que incluye la mayoría de las iglesias protestantes), la iglesia Kimbanguista y la comunidad islámica.

Una pedagogía de reconciliación.

Desde 2001, la CBCA, apoyada por la organización de la cooperación de la iglesia protestante en Alemania, Pain pour le Monde, (Pan para el Mundo) organiza cursos de formación continua en pedagogía activa y participativa que ponen al alumno en el centro.

Según el coordinador de las escuelas de la CBCA, Jean Kasereka Lutswamba, esta pedagogía que promueve el intercambio y la comunicación «es el camino obligado para cambiar hacia la democracia, hacia la tolerancia, la resolución de conflictos.» Y agregó: «Necesitamos esta pedagogía que nos reconcilia.»

¿Cómo puede esta pedagogía interferir en las clases, organizadas para cursos a impartir de manera magistral? Y ¿cómo puede tener un impacto en la realización personal y en las relaciones sociales fuera de la escuela?

El documental” Ensiger autrement en Afrique : la formación a la pedagogía activa y participativa en la RDC” de Sarah Fichtner y Parate Yaméogo intenta responder a estas preguntas siguiendo un curso práctico celebrado en Goma del 24 de octubre al 12 de noviembre de 2016.

El documental muestra las prácticas clave de la formación y da la palabra a los que forman (expertos / educadores / formadores), así como a aquellos que siguen la formación (maestros y estudiantes) a fin de provocar un debate sobre la aplicación de pedagogías innovadoras en África y su potencial para una acción pública más amplia.

Aprender a compartir

El contenido de la formación de la CBCA es como un puzle con diferentes temas en comunicación, metodología, psicología, psicopedagogía.

Se invita a los participantes a comprender que el aprendizaje es mucho más interesante cuando el alumno participa activamente en la lección y tiene la oportunidad de expresar sus propias reflexiones cuando participa en trabajos de grupo y juegos de rol.

El aporte teórico está así vinculado a la experiencia práctica, reduciendo la brecha entre la teoría y la práctica que amenaza a muchos programas de formación en el África Subsahariana. Los participantes experimentan la sensación de hacer frente a varios tipos de educación: (expositivos / lección, interrogativos, activos y participativos). Se enfrentan a muchos juegos de rol en los que los participantes asumen el papel de sus alumnos para captar sus puntos de vista. A continuación, los participantes están invitados a hablar de sus sentimientos, expresando su ira, frustración y resignación mediante la creación de un foro para algo nuevo.

Aprenden así a aplicar diferentes procedimientos de trabajo en grupo, que preparan también en equipos. El aprendizaje de estos procedimientos se basa en la convicción de que los estudiantes aprenden mejor cuando interactúan con sus compañeros y aprenden unos de otros. Entrevistados en el documental después de sus clases de inglés, confirman:

«El método que el profesor utiliza […] que permite que otros hablen; Que hablen también las personas que son tímidas, las que no saben expresarse, que muestren su opinión para que todos podamos entendernos! Oímos hablar a cada uno. Lo que expresa es lo que es».

Los maestros así capacitados tienen la tarea de hacer hablar a todos los estudiantes, de fomentar la discusión y la expresión de opiniones diferentes, que es fundamental para una sociedad democrática, igualitaria y plural.

Sarah Fichtner

* Sarah Fichtner, socioantropóloga / Investigadora, Ciencias Po Burdeos

Slate Afrique

[Traducción, Jesús Esteibarlanda]

[Fundación Sur]


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