El fundamentalismo religioso y la desaparición de las culturas, religiones y tradiciones africanas

7/11/2016 | Opinión

El creciente conservadurismo religioso y el fundamentalismo están destruyendo y borrando la rica diversidad de culturas, religiones y tradiciones del continente africano. Esta tendencia contrasta con la forma en que los negros en Brasil tratan de preservar su patrimonio.

Recientemente, un pastor en el estado de Ogun, en el suroeste de Nigeria, fue encontrado tratando de destruir santuarios de deidades tradicionales. Aunque los hechos completos aún no han salido a la luz, este incidente es uno más de ese tipo de ataques en ese país y en todo el continente.

Aunque la espiritualidad y las prácticas tradicionales africanas, por un lado, y el cristianismo o el islam, por el otro, coexistieron en el pasado, estos días se encuentran en una oposición cada vez más marcada. En un contexto de creciente fundamentalismo religioso, las religiones tradicionales son atacadas por estar atrasadas y ser blasfemas.
bahianas.jpg
A principios de este mes, estuve en Bahía, Brasil, asistiendo a la 13ª edición de un foro organizado por la Asociación para los Derechos de la Mujer en el Desarrollo (AWID). Realizado cada cuatro años, el foro reúne a activistas feministas de todo el mundo. El aumento del fundamentalismo religioso y su impacto en la cultura fue uno de los temas clave de las discusiones a las que asistí.

Ruptura entre cultura y religión

La religión está siendo utilizada, mal utilizada, para justificar las violaciones de los derechos humanos. Históricamente se ha utilizado a las mujeres como un campo de batalla para ganar y mantener el poder. En los últimos años, también hemos visto una retórica homofóbica mucho más virulenta, con el mismo objetivo. Sin embargo, lo que a menudo falta en la mayoría de los análisis de la religión y su papel en el continente, es su impacto en la cultura misma.

Muchas veces escuchamos que los derechos de las mujeres y la homosexualidad van contra el estilo de vida africano. No sólo no existe un solo «estilo de vida africano», sino que estas opiniones hacen un mal servicio a la cultura, ignorando las ricas historias de liderazgo y poder de las mujeres, dejando aparte la atracción y el deseo heterosexual.

El discurso popular considera la cultura y la religión como sinónimas, estáticas e inmutables. Además, esta cultura y esta religión no reconocen la realidad de que son dos entidades diferentes y este discurso, a su vez, también ignora que tanto el cristianismo como el islam, en el continente, son producto de la conquista, de la colonización y de la conversión forzosa; de este modo, las dos religiones han desplazado las culturas, las religiones y las tradiciones existentes y esto es algo que sigue ocurriendo.

Eliminar la diversidad cultural en favor de la «única religión verdadera»

En el foro, muchos participantes hablaron de la devaluación y la pérdida de identidades y tradiciones culturales. También hablaron de ser empujados a identificarse sólo con identidades religiosas, con exclusión de las identidades étnicas, nacionales, lingüísticas y de otro tipo, y la religión se está interpretando de manera cada vez más estrecha en todas las creencias. Los militantes de Libia y Malí que destruyeron las tumbas centenarias de santos sufíes, dañaron mezquitas y prohibieron la música, a pesar del lugar central que la música ocupa en la vida cultural maliense, son posiblemente el ejemplo más visible de esta tendencia en África. Sin embargo, son parte de un espectro de lo que está sucediendo en todo el continente.jefe_religioso.jpg

Lo que a menudo falta en la mayoría de los análisis de la religión en el continente es su impacto en la cultura misma.

Fatou Sow de “Women Living Under Muslim Laws” (mujeres que viven bajo las leyes musulmanas), habló de cómo el cristianismo y el islam habían estado previamente profundamente arraigados dentro de las religiones tradicionales en Senegal, pero que esto había cambiado. Vinculó el surgimiento del fundamentalismo con la exportación de discursos wahhabistas muy conservadores de Arabia Saudita y la confusión del “yo” con la identidad religiosa. «Hemos estado interpretando el Islam de diferentes maneras, de acuerdo con nuestras prácticas culturales. Ser musulmán es sólo una de las mil partes de mi identidad, pero de la noche a la mañana empecé a ser categorizada sólo como musulmana y como parte únicamente de la comunidad musulmana», contó.

Otra oradora también habló de cómo el wahhabismo había transformado completa y rápidamente el islam en África. Se refería a fotografías de su abuela en bikini en la costa de Somalia y la reacción que esto tendría hoy. Señaló que son las personas de fe musulmana, en su mayoría mujeres, las que fueron atacadas por desviarse de las restricciones importadas a sus países, mientras que simultáneamente eran vistas como terroristas potenciales por las autoridades.

Preservación de las culturas africanas en América del Sur

Todo esto contrasta con la forma en que las culturas africanas se siguen desarrollando en otras partes. En los días posteriores al foro, varios de nosotros decidimos explorar el estado de Bahía, donde recalaron más de un tercio de los esclavos traídos de África. La religión candomblé, mezcla de religiones yorubas, bantúes y fon, se encuentra mezclada con el catolicismo y las tradiciones indígenas americanas.
mujeres_rezando.jpg
A pesar de los intentos de la Iglesia Católica de convertir y perseguir a los seguidores del Candomblé, muchos de los que habían sido esclavizados oraron a sus propios dioses cuando estaban solos o con los demás. Ocultaron sus símbolos sagrados dentro de las figuras de los santos católicos y crearon grupos católicos negros para la adoración del candomblé y para planear revueltas. Una secta vinculada al Islam eligió el viernes como el día para adorar a sus dioses.

La persecución sólo se detuvo sólo en la década de 1970, después de lo cual muchos de los que deseaban recuperar la cultura que la esclavitud les había quitado se unieron. En Salvador, capital del estado de Bahía, la misa semanal se lleva a cabo los miércoles en la «iglesia negra» en el centro de la ciudad. Después de la misa, hay una fiesta callejera en honor del orixá Ogun. El Museu Afro-Brasileiro muestra tallas de madera, cerámica y obras de arte con iconografía africana. Una sala exhibe 27 paneles de madera que representan los orixás del Candomblé con sus animales y armas.

Es difícil pensar en divinidades africanas que se exhiban en museos, sean festejadas en la calle o atraigan seguidores en muchos países africanos. Lo que vi en Salvador es un testimonio inspirador del poder de las culturas para sobrevivir a pesar de los intentos de acabar con ellas. Si bien debemos luchar contra los intentos de los fundamentalistas de crear una cultura y una religión globalizadas, también debemos celebrar esta continuación de las culturas africanas en las Américas.

Chitra Nagarajan: activista y escritora que trabaja para promover y proteger los derechos humanos y construir la paz. Vive y trabaja en Maiduguri, en el noreste de Nigeria.

thisisafrica.me

Fundación Sur

Autor

Más artículos de Administrador-Webmaster
Cine africano, por Bartolomé Burgos

Cine africano, por Bartolomé Burgos

  Desde películas premiadas internacionalmente, como la sudafricana “La sabiduría del pulpo”, que ganó el Oscar al mejor documental extranjero...