China es el destino principal de la madera exportada por Mozambique, con el 90% de la cuantía total. Hasta ahí, todo bien. Pero las cosas cambian cuando los estudios prueban que la mayor parte de esa madera es exportada ilegalmente.
¡Facturación rebajada! Eso es lo que pasa en el proceso de exportación de madera hacia China. “Los valores declarados como importación, de parte de China, son muy superiores a los declarados por el gobierno mozambiqueño como exportaciones”, concluye un estudio realizado bajo el patrocinio de la organización ambientalista World Wildlife Fund (WWF), publicado en 2014.
Ya hace años que se habla del pillaje de madera en nuestro país para alimentar el “negocio de China”, pero nadie consigue dar con los responsables de ese comercio ilegal. En junio de este año, el asunto fue reactivado por una de las administradoras del Banco de Mozambique, Joana Matsombe, durante unas jornadas científicas, promovidas por el Banco Central: “hablando de madera, recuerdo haber leído, en algún momento, un número que aparecía…, que indicaba que el volumen de madera que exportamos en ese mismo año no tenía nada que ver con lo que se había declarado aquí, lo que constituye una indicación clara de que el hecho de la subfacturación es algo que tenemos que tener en consideración”.
“Como resultado, Mozambique está perdiendo grandes cantidades desde 2004, ya que consta que la cantidad de madera exportada a China ilegalmente es 5.7 veces mayor que la cantidad declarada oficialmente por la Dirección Nacional de Tierras y Florestas”, dice el estudio antes citado, habiendo calculado las pérdidas de entradas en 17, 280 millones de meticas (equivalentes a unos 197 millones de euros al cambio actual), sólo en el periodo 2003-2013.
Pocos son los que se atreven a comentar sobre este asunto. Los propios autores de la investigación, promovida por la WWF, no quisieron pronunciarse. Nos pusimos en contacto igualmente con agentes técnicos aduaneros, pero cuando les dijimos que queríamos hacer un análisis de las razones de la subfacturación en la exportación de madera, se negaron categóricamente a responder.
Sin embargo, hablando bajo anonimato, un agente aduanero, bien informado en esta materia, dijo que no podía hablar abiertamente, porque hay altos dirigentes políticos, miembros del gobierno y antiguos combatientes envueltos en el asunto. Además indicó claramente que el que subfactura (declara cifras inferiores en la exportación) lo hace porque, así, el Estado acaba cobrando menos en las entradas fiscales, según el valor inferior declarado como exportación.
Dos instituciones públicas fundamentales están implicadas en la exportación de madera: los Servicios Provinciales de Florestas y Fauna Salvaje, que conceden las licencias a los madereros y/o a los transportistas, y las Aduanas de Mozambique. Aún no se ha conseguido saber cuál de estas dos instituciones está al origen del fraude, que está perjudicando al país.
El director nacional de Florestas, Xavier Sacambuera, atribuye las deficiencias a la desorganización del sector maderero durante muchos años. “Algunas de las razones básicas están relacionadas con la diferencia de cálculos en la cubicación. La otra es la diferencia en el concepto de carga, y por eso no puede ser probado de manera científica”.
Todo esto puede explicar el hecho de que el sector de florestas sólo contribuye con el 2% al Producto Interno Bruto de Mozambique (PIB).
O País Online
[Traducción, Jesús Zubiría]
[Fundación Sur]
