Agathon Rwasa, político burundés: «No estoy en las instituciones para avalar las tesis del CNDD-FDD»

22/09/2016 | Entrevistas

agathon_rwasa-burundi.jpg ¿Cómo se siente hoy como nº2 de la Asamblea Nacional (AN)?

Yo prefiero más bien como ciudadano de Burundi. Es cierto que yo ocupo esta posición, pero tengo empatía por mis conciudadanos. La situación que atraviesa el Burundi es preocupante. El país se enfrenta a muchos retos, económicos, de seguridad, y especialmente el desafío de la aceptación de las instituciones por el pueblo de Burundi. Una situación que dura desde el año 2015, e incluso un poco antes, en relación a la dinámica de las elecciones. Es una crisis que ha estallado con la enésima candidatura del presidente Nkurunziza. Una candidatura que ha desatado una controversia, pero que era totalmente previsible.

¿Por qué?

Debido a la falta de claridad en la interpretación de la Constitución. Hay un artículo hecho a medida, el artículo 302, que es negativo para el pueblo de Burundi. Incluso si hubiera habido otra persona dirigiendo el país, la tentación no iba a faltar. El artículo 302 fue introducido en la Constitución a sabiendas por aquellos que querían jugar las prolongaciones.

Esta candidatura fue seguida de unas elecciones conflictivas, y que usted había decidido boicotear, sin embargo, ahora se integra en las instituciones que han salido de esas elecciones…

En política hay que saber siempre tomar decisiones, según las circunstancias. Mi decisión de estar en las instituciones no gustó a todo el mundo pero, en cualquier caso, cada uno es responsable de su propio destino. La cuestión es saber qué se hace en estas instituciones.

Usted había dicho en el momento que era para trabajar mejor por el país y proteger a sus militantes. ¿Es esto una realidad hoy?

Si comparamos la situación que han vivido los militantes de las FNL en 2010, y que viven ahora, hay una clara diferencia. Hay una ligera mejora porque la lógica de los administradores en el poder desde 2005 no permite a los ciudadanos de Burundi disfrutar de sus derechos y libertades. El ejemplo flagrante es la situación de los partidos políticos. Es como si hubiera una tendencia a un solo partido único de hecho, y casi todo el mundo sufre por ello. No se debe recibir un tratamiento de favor por participar en las instituciones.

Cuando la intención del poder es monopolizar todo, no hace ninguna excepción a menos que se acepte ser servil. Ahora bien, no es el servilismo lo que me llevó a la política, y esa es probablemente la razón por la qué me cuesta mucho convivir con algunos políticos.

Los comunicados de Aime Magera, que dice ser su portavoz, denuncian a menudo los abusos de poder, especialmente hacia sus militantes, mientras usted se encuentra en las instituciones. ¿No resulta paradójico?

El CNDD-FDD quiere mantenerse en el poder por todos los medios, y no puede soportar ninguna rivalidad. O se adhiere al partido, o se está callado. Los dirigentes del CNDD-FDD no son tolerantes con los demás, y eso desde su existencia en 1994. Hemos vivido situaciones trágicas. Se creía que esta actitud podría cambiar con el tiempo, pero nada cambia. Ellos no entienden que hay un formas de crear armonía respetando la diferencia de pensamientos y visiones para lograr una dinámica que pueda ayudar a Burundi.

¿Aime Magera es realmente su portavoz?

Ya es mayor y responsable de lo que dice o escribe. La cuestión es saber si lo que dice es verdadero o falso. Eso es todo lo que puedo comentar.

Hace algunos días, usted dijo que su vida está en peligro. ¿Sigue siendo así o se siente más seguro?

En Burundi nunca estamos completamente seguros. ¿Cuántas personas han sido asesinadas a plena luz del día sin que los responsables hayan sido detenidos? El crimen organizado está, sin duda, ahí y los criminales quizá se benefician de algún tipo de protección. Puede haber un momento de calma, pero no hay que dormirse sobre los laureles. Hay que estar siempre alerta con los ojos abiertos.

El Secretario General de la CNDD-FDD le ha acusado recientemente de mantener una milicia. ¿Es verdad?

En las intenciones políticas, siempre hay este tipo de acusaciones sin fundamento, pero que esconden un objetivo. Hace apenas dos o tres días, me enteré de un plan para hacerme daño. Su objetivo era cambiar la dirección del Parlamento. Se pretendería que el gobierno quisiera poner a la cabeza de todas las instituciones a miembros del CNDD-FDD procedentes de la guerrilla. Como no existe ninguna causa de la que se me pueda acusar, quieren atribuirme una historia sobre bandas armadas. Así que hay una agenda oculta y la situación puede ser insoportable en este país.

¿Sigue siendo todavía un opositor incluso estando dentro den las instituciones?

Soy un oponente. No estoy en las instituciones para tragar las tesis del CNDD-FDD. Defiendo la causa por la que siempre he luchado. La diferencia, tal vez es que hoy, yo estoy en la Asamblea Nacional (AN). Pero no sólo son oponentes los que están fuera de las instituciones. Hay personas que, cuando estaban en las instituciones y yo estaba fuera, no me estimaban y mucho menos ahora que han cambiado los papeles. Pero yo no soy la causa de su desgracia.

¿Cuál es su opinión sobre el reciente informe de la Comisión Nacional para el Diálogo Interburundés CNDI y la controversia que ha generado?

Hay pilares sobre los que se asienta Burundi, particularmente el Acuerdo de Arusha y la Constitución. No podemos abolir el acuerdo de Aruusha de la noche a la mañana. Puede evaluarse, pero la evaluación debe ser objetiva, no disimulada. Es un texto que ha tenido su efecto, que ha permitidó a los burundeses recuperarse tras un desgarro de una década. La constitución emana de este acuerdo, y puede no ser perfecta, pero no creo que plantee un problema, a menos que la gente la lea con otra agenda diferente. Si es necesario celebrar un referéndum, no se puede predecir su resultado. Mejor esperar que se lleve a cabo y los resultados podrían ser determinantes.

¿Qué opina sobre las consultas de la CNDI?

He participado parcialmente en algunas reuniones, pero sentí que había cierta manipulación. Personas, al parecer analfabetas, citaban de forma titubeante artículos de la Constitución a cambiar, hablaban de mandatos con contradicción. Creo que si la gente tiene que expresarse, el camino directo es el del referéndum. Pero creo que modificar la constitución o enterrar el Acuerdo de Arusha no es lo que va a resolver los problemas de Burundi. Es una manera de escapar de los problemas reales para enredarse en peleas inútiles.

¿Cree en el diálogo interburundes bajo la mediación de Benjamin Mkapa?

Hay que favorecerlo, sobre todo porque el diálogo de la CNDI asocia sólo a aquellos que están realmente dentro. Pero, sinceramente hablando, creo que estamos todavía muy lejos de realizar con éxito este diálogo porque hay posiciones encontradas entre las partes. Pienso que son los égocentrismos lo que llevan a este tipo de reacciones. Nadie es perfecto, cada uno tiene sus responsabilidades y debe desempeñar su papel. Debemos aceptarnos mutuamente para hacer tabla rasa de nuestras diferencias para el interés nacional. Y no guiarse por el «sal de aquí para que entre yo».

¿Cómo ve las relaciones entre Burundi y Ruanda?

Desde el comienzo de esta crisis, siempre he dicho que hay que recurrir a la diplomacia para resolverla. Ayer, los líderes de Ruanda y Burundi eran amigos, y la gente no contaba para nada. Se puede ir por la vía diplomática o, si necesario, por la mediación subregional. Los pobres ciudadanos burundeses han caído en Ruanda cuando iban a vender sus productos. Hace algún tiempo, las redes sociales hablaron de un ruandés que habría resultado gravemente herido por hombres de uniforme que hablaban Kirundi. Es urgente que la diplomacia se ponga en marcha y todavía no es demasiado tarde, ya que el pequeño campesino de Kabarore o de Busoni corre el riesgo de ser víctima de las relaciones entre nuestros dos países de los que depende su vida.

Edouard Madirisha

Iwacu

[Traducción, Jesús Esteibarlanda]

[Fundación Sur]

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