El Congreso Nacional Africano deberá rehacerse y reorganizarse para poder sobrevivir

21/09/2016 | Opinión

La inmutable ley de la selección natural requiere la adaptación continua de las especies en un entorno hostil y variable para sobrevivir, y esta ley es igualmente aplicable al mundo de las organizaciones y las empresas. El entorno, complejo y variable, en el que hoy en día se desarrollan las organizaciones es más dinámico, diverso e interconexo que nunca. No sólo eso sino que debido a sus características, se ha vuelto intrínsecamente impredecible. Aquellas organizaciones que no saben leer correctamente lo que les rodea, no son capaces de diseñar la estrategia adecuada o no desarrollan las habilidades necesarias son las que acaban desapareciendo o perdiendo el poder.

anc_logo.pngLo que suele suceder en un ecosistema grande y complejo como en el que se desarrollan las organizaciones es que cualquier cambio o interacción que se produzca a cualquier nivel puede producir un cambio que repercuta en todo el sistema en su conjunto. La masacre de Marikana, de la que surgió la EFF (Economic Freedom Fighters), tuvo un impacto terrible en nuestro sistema político y tuvo unos efectos colaterales (protestas estudiantiles, etc) por una parte, totalmente predecibles, pero por otra, omitidos e ignorados por nuestra clase política.
Los resultados de las elecciones locales de 2016 han demostrado la naturaleza impredecible de este ecosistema político-institucional tan grande y complejo como es el de Suráfrica. Un partido político es un subsistema dentro de uno mucho mayor que existe básicamente para mantener y ganar poder alimentándose de sus votantes. Jamás se deben subestimar las elecciones ni se debe dar por hecho sus resultados porque ante un entorno tan cambiante y complicado, cualquier acontecimiento puede hacer variar el resultado y convertirlo en negativo. Es precisamente lo que le ha sucedido al Congreso Nacional Africano (ANC) en estas pasadas elecciones.

Las pasadas elecciones locales reflejaron la percepción del conjunto de la ciudadanía respecto a la imagen que cada partido ha mostrado durante la campaña electoral. Para una organización, el éxito radica en la conexión emocional que logre establecer entre el público y lo que ofrezca. Es la función de los líderes de la organización ser capaces de leer los resultados y saber si los valores que han intentado transmitir a la ciudadanía han llegado o no para poder mejorar o reenfocar su posición.

Para el ANC, el resultado electoral plantea dos cuestiones fundamentales: por un lado, si el mandato que la ciudadanía dejó en el parlamento en 1994 ha sido entendido por parte del partido; y por otro, si las políticas y estrategias del partido en estos años han ido dirigidas a aplicar esa voluntad del pueblo. Además, cabe pensar que la ciudadanía ha tenido en cuenta el liderazgo del partido en los últimos años. Las elecciones han servido para transmitir el descontento y las graves deficiencias que ha presentado el partido en estas cuestiones. Sobre ello escribí este artículo en 2015 .

Como ya dije después del debate del estado de la nación y después de analizar los resultados electorales, recordaré una vez más la teoría que desarrolló Frantz Fanon después de la liberación de Suráfrica. La liberación y el sacrificio del pueblo surafricano no hubiera valido de nada si ésta hubiese servido tan sólo para reemplazar a un grupo dominante por otro y para seguir excluyendo y marginando a quienes desde la colonización fueron esclavizados y maltratados, los que el propio Fanon llamó los “condenados de la tierra”, aquellos que iniciaron la lucha para romper el yugo de los colonos. Esta reflexión no sólo fue vital en su momento, sino que lo sigue siendo hoy en día si tenemos en cuenta la trayectoria del país y de su clase dirigente los últimos 20 años.

En relación a esta cuestión, debemos ser conscientes de lo visionaria que fue la teoría de Fanon. Las recientes evidencias están demostrando que los movimientos de liberación se han ido transformando en su opuesto, tomando su forma y aplicando prácticas y formas propias de sus antiguos opresores. La estrategia socioeconómica neocolonial que los dirigentes de los países independizados han adoptado desde su liberación ha ido degenerando en un patrón de comportamiento opresor y en un sistema corrupto que progresivamente ha ido limitando la libertad de expresión, así como otros derechos humanos, y además ha seguido marginando a los más pobres. ¡Absolutamente visionario!

Después de 1994, el African National Congress se vio de alguna manera forzado a adoptar estas políticas neocoloniales (sobre todo de carácter económico) por el Banco Mundia y el Fondo Monetario Internacional y con ello fuimos interiorizando valores occidentales tales como el egoísmo individual y la creación de riqueza. A decir verdad, algunos ya predecíamos el resultado de estas políticas que no es otro que ostentar el envidiable primer puesto en ser la sociedad más desigual del mundo.
La realidad de la Suráfrica liberada ha revelado la incapacidad del estado para prestar los servicios sociales necesarios para integrar a la clase más pobre, básicamente por las frecuentes protestas de los funcionarios que los prestan. Algunas investigaciones han concluido que las protestas aumentan en tiempos de elecciones, por un lado para tener más ruido mediático y lograr entrar en la agenda política; y por otro, para demandar más participación democrática ya que los dirigentes políticos no cuentan con este sector para consultar las medidas políticas ni escuchar sus peticiones. Además, están muy descontentos con sus representantes, que hacen más caso a las órdenes del partido para mantener su posición que a sus propios representados.

En definitiva, los resultados electorales son un claro toque de atención para el ANC que tiene que entender que ha perdido la conexión emocional con sus votantes y que los valores centrales que han defendido los dirigentes políticos no han cumplido las expectativas de su electorado. Además, han demostrado un cierto grado de limitación intelectual o quizás demasiada arrogancia para comprender y prestar atención a las nuevas demandas que surgen en un contexto demográfico de cambio continuo en el complejo sistema social en el que existen.

El momento que vivimos requiere una seria reflexión por parte de los surafricanos. Sin embargo, algo así tan sólo tendrá sentido si nos planteamos las preguntas adecuadas. El vicepresidente Cyril Ramaphosa declaró que el ANC volvería a hablar con las bases para entender su rechazo en estas elecciones. Pero el problema central es la falta de voluntad política para afrontar ese rechazo y hacer un cambio.
Para ello, las excusas de siempre hacen un flaco favor al partido. Sin duda, lo que necesita el ANC es un gran y valiente esfuerzo para restructurarse, reinventarse y reposicionarse políticamente para lograr cambiar el rumbo y volver a conectar con el pueblo surafricano que les apoyó después de la liberación del país. Si esto no sucede, las elecciones de 2019 pueden convertirse en una verdadera amenaza existencial para el histórico partido hasta ahora imbatible de Suráfrica.

Thabang Motsohi

*Thabang cuenta con más de 20 años de experiencia como Executive Manager y Leader Strategy Consultant. Está enfocado a ayudar a las organizaciones a diseñar sus estrategias y ayudarles a reposicionarse en el mercado en el que operan para crear, mantener o mejorar su ventaja competitiva. Se graduó en la University of Botswana, Lesotho and Swaziland y cuenta con el Harcard Senior Executive Programme.

Thought Leader (Mail and Guardian)

[Traducción, Tiziana Parra]

[Fundación Sur]

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