Beethoven era negro y otras leyendas urbanas de la diáspora africana

19/09/2016 | Crónicas y reportajes

Los rumores, a menudo inexactos, se transmiten a través de Internet tratando de hacer justicia a los africanos y afroamericanos olvidados por la historia.

¿Lo sabías? Ludwig van Beethoven era mestizo. Nacido en Bonn en 1770, el gran compositor alemán tenía orígenes flamencos, entre ellos su madre. Pero Flandes fue ocupado por el Reino de España hasta principios del siglo XVIII. Y como el Reino de España había invadido el territorio moro en la Península Ibérica hacía un siglo, es probable que la madre de Beethoven tuviera raíces africanas. Por otra parte, su biógrafa Fransiska Giannatasio del Río le describe con «nariz ancha, boca algo plana y bastante amplia, con los ojos saltones y la piel morena».

Esta leyenda de «Beethoven Negro» ha existido durante siglos sin ninguna prueba o fundamento. Los padres de Beethoven eran flamencos y el compositor tenía la tez morena, pero no hay rastro de una posible ascendencia africana (a diferencia de Alejandro Dumas, por ejemplo). Pero esto no ha impedido a muchos autores retomar la historia, hasta hoy, explica Nicholas Rinehart, en una publicación de la Universidad de Harvard. «El mito de la etnia oculta de Beethoven persiste en la cultura contemporánea», escribió y se utiliza para revalorizar la historia de los negros y de los africanos a menudo pasada por alto. También encontramos comparaciones extrañas, como comparar el corte de pelo de Beethoven con el estilo afro o caer en anacronismos musicales. «Tratar de demostrar una relación entre la Sonata Waldstein y el reggae es un puro disparate, nada más», afirma Nicholas Rinehart.

«Los genios negros» o la abigarrada lista de inventores negros

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La teoría de los orígenes negros de Beethoven está lejos de ser la única leyenda urbana que circula en Internet y, especialmente, en las redes de la comunidad negra en el mundo. Por ejemplo, la famosa lista de inventores negros olvidados deliberadamente, y que es simplemente un “cortar y pegar” de las páginas originales. Es difícil rastrear el origen de esta lista de más de 100 personalidades (la mayor parte afroamericanas), incluso si se recurre al libro de Otha Richard Sullivan, “Black Stars”: african inventors (1998). Algunos inventos de la lista se han comprobado, como la contribución de Norbert Rillieux, ingeniero criollo de Luisiana, a la mejora de la producción de azúcar a través de un proceso de evaporación revolucionaria en 1845, pero otras informaciones son completamente incorrectas.
Así por ejemplo, no puede considerarse a Lewis Howard Latimer estrictamente como el inventor de la «bombilla eléctrica» por una simple razón: el prototipo existía desde hacía dos años, cuando el presentó su patente en 1881. Pero gracias a su trabajo en el filamento de carbono dentro de la bombilla, se podría haber integrado al equipo de investigación de Thomas Edison, y ser de gran ayuda para él. Pero la lista se equivoca ya que confunde la creación de un nuevo objeto con su desarrollo técnico, un error común. «99,9% de las patentes son sólo mejoras de lo ya existente», como recordó María Bellis, experta en invenciones, en un post en About.com. De ahí que entendamos el problema cuando la lista se refiere en particular a la invención de la nevera, el inodoro, o el tren en 1892.

«Para algunas personas, es muy satisfactorio creer»

Socialmente, la prominencia de científicos e inventores negros significa mucho. «Hubo un largo período en el que se ignoraron las contribuciones de los negros y algunos inventores blancos se adjudicaron el mérito», asegura Patricia Turner, Vice Rectora de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). Granville T. Woods, uno de los ingenieros afroamericanos más prolíficos (más de cincuenta patentes en mecánica y telefonía, en particular), tuvo que luchar dos veces en la corte para obtener la legitimidad de sus patentes.

Fue necesario esperar hasta el nacimiento de los estudios afro-americanos después de la década de los 60 para que la investigación recayera sobre ellos (negros) y la confianza académica creciera. «Para algunas personas, es muy satisfactorio poder creer, asegura Patricia Turner. Se le da más crédito a alguien que no tiene una educación académica, pero que defiende una causa». Este fenómeno, llamado “sesgo de confirmación”, es bien conocido por los detractores de Internet. Una información estará sesgada según se acerque o no a las ideas preconcebidas del receptor. En el ámbito “blanco”, es fácil burlarse de estos errores pero esta lista puede engañar al africano al cual se le llevó a creer que todas las causas de su fracaso eran por culpa del racismo blanco», escribe L’Occident, blog de extrema derecha.

Los supremacistas blancos denuncian, a menudo, la confusión sobre el físico negro Henry Sampson, inventor de una célula gamma eléctrica (gamma electric cell) para la producción de energía a partir de fuentes de radiación, y no del primer teléfono móvil.

Por su parte, el sitio web “La Désencyclopédie” tiene una sección reservada especialmente para el «mélanophantie” que significa proclamar que alguien es negro sin pruebas.

¿Qué pruebas se necesitan?
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Por supuesto, también sería un error suponer que ningún inventor negro o africano ha marcado la historia. El Dr. Charles de Drew (pionero en la conservación de la sangre en 1940, citado por el historiador Howard Zinn en Une Histoire populaire des États-Unis), Benjamin Banneker (astrónomo y creador de uno de los primeros relojes mecánicos de madera en los EE.UU.), o George Washington Carver (agrónomo y descubridor de como explotar mejor los cacahuetes para diversificar su uso) son ejemplos. Incluso hoy en día, muchos inventores africanos contribuyen a la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías, como Thérèse Izay, ingeniera chino-congoleña en el campo de la robótica.

«Las leyendas existen en todas las comunidades étnicas», señala Patricia Turner. En los EE.UU., la comunidad judía o irlandesa también tienen sus teorías. «La verdadera pregunta es: ¿cuánta evidencia se necesita para creer?», se cuestiona Gary Fine, sociólogo especialista en rumores. Antes de Barack Obama, el rumor afirmaba que los presidentes Abraham Lincoln y Warren Harding eran negros. «La única evidencia es que cuando Harding era pequeño, la gente le llamaba» Nig «(nigger, negro en Inglés). Pero se necesita mucho más para hacer según que afirmaciones», concluye Gary Fine. Especialmente cuando se revisten con un mensaje político o en un contexto emocional fuerte. Dicen, por ejemplo, que en el tiempo de la esclavitud, algunos negros utilizaban sus mantas para comunicarse y huir. «Es una historia muy fuerte, la gente dice que eran unos valientes, señala Patricia Turner. Pero no tenemos ninguna evidencia histórica al respecto”, lo que no ha impedido al rumor convertirse, con el tiempo, en una historia creíble.

kassataya.com (Mauritania)

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