Congo R.D.: Los abusos sexuales, generalizados entre las oleadas de deportadas desde Angola

23/12/2008 | Crónicas y reportajes

Kinshasa, 11 de junio de 2008. (IRIN). La mayoría de las mujeres que llegan a diferentes partes de la provincia de Kasai Occidental, en la República Democrática del Congo, entre la nueva oleada de cerca de 27.000 deportadas de Angola, han sufrido abusos sexuales, según informa un trabajador sanitario local.

“Hay mucha gente herida y el 80 % de las mujeres [que han llegado] han sido violadas”, declara Pierre Didi Mpata, un doctor y director de un centro de salud local, gestionado por las ONG, en el pueblo de Kamako. La población está situada en la frontera congoleña con Angola.

Según Kemal Saiki, el portavoz de la Misión de Naciones Unidas en el Congo R. D., MONUC, unos 22.230 ciudadanos congoleños enviados de vuelta desde Angola, entre finales de mayo y el 9 de junio, están entre Kahungua y Tembo, a 95 kilómetros de la frontera con Angola.

“El número sigue creciendo”, asegura, añadiendo que los expulsados de Angola carecen de los alimentos más básicos y de mantas. “No tienen nada y están exhaustos tras su largo viaje a pie”.

Otros 5.000 más están ahora situados en Kamako, también en la provincia de Kasai Occidental, declara.

Entre la gente de la que se ha abusado sexualmente está Carolina Lomelo (nombre inventado), madre de dos niños. Lomelo habla con dificultad mientras es atendida en el centro de salud.

“Cinco oficiales de policía angoleña me pegaron dejándome gravemente herida y me violaron cuando nos echaron por la fuerza”, cuenta. Lomelo volvió a la República Democrática del Congo hace cinco días de Angola. Ssegún Mpata, Lomelo apenas puede mantenerse en pie porque tiene una infección transmitida sexualmente. Además está embarazada de seis meses.

“Corre el peligro de abortar debido a la infección de gonorrea que ha contraído”, asegura Mpata.

Lomelo, que estaba recibiendo formación para ser enfermera, cuenta que había ido a Angola desde su ciudad natal, Lodja, en la provincia central de Kasai Oriental, para buscar a su hermano.

Hay otras pacientes que están esperando ser operadas en el centro de salud, después de haber sufrido heridas internas causadas por violencia sexual, según Mpata. “Es un milagro que hayan sobrevivido”, afirma.

Los que han vuelto viven en iglesias y escuelas, donde el abastecimiento de los productos más básicos es inadecuado, asegura Mpata. Han llegado a la República Democrática del Congo después de haber caminado por lo menos 100 kilómetros.

El 5 de diciembre de 2007, Médicos Sin Fronteras, denunció lo que describía como “la utilización dominante y sistemática de la violación y la violencia sexual por parte del ejército angoleño, durante la expulsión de los migrantes congoleños que trabajaban en las minas de diamantes en la provincia de Angola de Lunda Norte”.

Previamente, otras expulsiones en masa habían sido detenidas por un acuerdo entre los dos países.

Las autoridades angoleñas empezaron a expulsar a los inmigrantes ilegales del país en diciembre de 2003, su objetivo principal eran los trabajadores en sus minas de diamantes, cerca de la frontera con el Congo R. D.

(IRIN, 11-06-2008)

El autor, Eddiy Isango, ha recibido por este reportaje el “premio al mejor reportaje sobre salud”, de los Premios de Periodismo por el Desarrollo, organizado por la oficina del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo, el pasado 16 de diciembre.

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