¿Y si Bourguiba tenía razón?

10/06/2016 | Opinión

El 5 de junio, víspera del comienzo del mes de Ramadán, que cae también este año en pleno verano, con días previsiblemente largos y calurosos, el Consejo Teológico Musulmán de Francia ha emitido una declaración permitiendo a los estudiantes no cumplir con el precepto del ayuno durante el período de los exámenes. Se les recomienda sin embargo que no olviden la importancia religiosa de dicho ayuno y recuperen más tarde los días de ayuno perdidos. Ya con anterioridad el Consejo Europeo de la Fatwa en 2015 y la Casa Egipcia de la Fatwa en 1952 habían emitido opiniones semejantes. ¿Cuántos estudiantes que estaban dispuestos a ayunar no lo harán debido a esa declaración?

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Tradicionalmente, para un buen musulmán es importante que todo lo que haga se haga de acuerdo con la legalidad religiosa. Y en este tiempo de internet y Facebook, las fatwas (opiniones jurídicas) se han multiplicado, haciéndose omnipresentes en todos los terrenos de lo cotidiano. De momento, la mayoría tienden al rigorismo, manera eficaz en todas las culturas, incluidas las de nuestra Europa contemporánea, de afirmar con fuerza la identidad colectiva. Pero esa misma multiplicidad está introduciendo una creciente, aunque todavía limitada, diversidad de opiniones.

Así por ejemplo en lo concerniente al ayuno el consenso lo hacían hasta ahora fatwas como la del jeque Ibn Baz (Abd al-Aziz ibn Abd Allah ibn Baaz, 1920-1999), Gran Mufti y presidente de los ulemas de Arabia Saudita: “¡Que Alá sea alabado! No está permitido a una persona mayor y responsable el que no observe el ayuno de Ramadán a causa de los exámenes. En efecto, estos no constituyen una excusa legal. Lo que más bien se debe hacer es ayunar, y si es difícil y penoso revisar durante el día, hacerlo de noche” (Fatawa Cheikh Ibn Baz, tome 4, p. 223). Pero ésta es la noticia aparecida en Yahoo-Francia el 9 de junio: “Ramadán (período anual de ayudo para los musulmanes) ha comenzado el 6 de junio y terminará hacia el 5 de julio. Ante los fuertes calores habituales en esta época y en un período de intensa actividad física durante la Euro, los jugadores de confesión musulmana de la selección francesa no practicarán el ayuno. La decisión ha sido tomada por Didier Deschamps y su staff, de acuerdo con los jugadores afectados, entre los cuales N’Golo Kanté, Paul Pogba, Bacary Sagna y Moussa Sissoko. Un acuerdo similar tuvo lugar durante la Copa del Mundo en 2014. Según el periódico L’Equipe algunos “azules” prevén recuperar los días de Ramadán más tarde durante el año.”

Es evidente que, por mucho que les pese a los políticos, suele ser la vida cotidiana la que hace que evolucionen las ideas y no al revés. ¿Conseguirán los futbolistas franceses lo que no pudieron políticos modernistas como Habib Burguiba, padre del Túnez contemporáneo?

Se suele presentar a Bourguiba como el gran benefactor de la mujer tunecina. Y es verdad que fue él quien hizo que se aprobaran esas leyes que han hecho de las tunecinas las mujeres más libres e independientes del mundo árabe. Pero una cierta actitud pro-femenina se daba entre los tunecinos ya antes de Burguiba y antes del mismo protectorado francés. En 1835 el bey (rey) de Túnez dio permiso a las religiosas Hermanas de San José para que fundaran la primera escuela para niñas. Se trataba de niñas pobres de origen maltés e italiano. Pero para obtener el permiso las hermanas tenían que comprometerse a crear en las afueras de la ciudad otra escuela para las niñas de la élite tunecina. Ciertamente que Burguiba quería promocionar a la mujer tunecina. Pero también, fiel a las raíces fenicias y navegantes de todo tunecino, sabía que el viento, la mentalidad social, le era favorable. Y supo aprovecharlo. No ocurrió lo mismo con el ayuno. En 1960, durante el mes de Ramadán, Habib Burguiba bebió públicamente ante la televisión un zumo de naranja, alegando que el ayuno incidía en la calidad del trabajo y que la del desarrollo económico era una auténtica jihad, una guerra santa durante la cual se puede suspender el ayuno. El imam de la República, Tahar Ben Achour se negó a avalar ese gesto, y todavía hoy muchos tunecinos no han perdonado aquel gesto al primer presidente de la república. ¿Comprenderán este año los musulmanes franceses el gesto de sus futbolistas?

Para justificar su opinión jurídica, el Consejo Teológico Musulmán de Francia cita dos versos del Corán en la sura 2, “La Vaca”. “Quien de vosotros esté presente ese mes, que ayune en él. Y quien esté enfermo o de viaje, un número igual de días. Dios quiere hacéroslo fácil y no difícil. ¡Completad el número señalado de días y ensalzad a Dios por haberos dirigido! Quizás, así seáis agradecidos” (La Vaca, verso 185). “Dios no pide nada a nadie más allá de sus posibilidades. Lo que uno haya hecho redundará en su propio bien o en su propio mal. ¡Señor! ¡No castigues nuestros olvidos o nuestras faltas! ¡Señor! ¡No nos impongas una carga como la que impusiste a quienes nos precedieron! ¡Señor! ¡No nos impongas más allá de nuestras fuerzas! ¡Y absuélvenos, perdónanos, apiádate de nosotros!” (La Vaca, verso 286).

Y lo que es muy interesante, el Consejo cita también a dos autores de Al Andalus, el murciano Ibn al-‘Arabi (1165-1240), “Este un gran cimiento de la religión y uno de los pilares del derecho musulmán. Que Él no nos ha cargado de un pesado fardo y que nada ha ordenado que sea difícil”. Y el granadino Ibn Juzay (1321-1357), “[A propósito de 2-286] Dios nos informa que suspende o anula todo lo que sea insufrible. Y así los sabios son unánimes en que de hecho nada hay de insoportable en el derecho musulmán”.

En Habib Bourguiba se observaban reacciones fenicias. Pero también se diría que por sus venas corría sangre andalusí…

Ramón Echeverría

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