Afrodescendientes latinoamericanos y caribeños en el 2015, por Omer Freixa

12/02/2016 | Bitácora africana

Un balance del progreso para las comunidades afrodescendientes en 2015, inicio del Decenio Internacional de los Afrodescendientes. Algunas consideraciones de actualidad.

Sin apoyo oficial, el Segundo Coloquio Internacional de Afrodescendientes (25-29 de noviembre) concluyó en Oaxaca (México) como el mayor evento del 2015 en materia de afrodescendientes para América Latina y el Caribe. La ocasión da la oportunidad para recapitular los progresos logrados este año en materia legislativa y de mejoría de la situación de las poblaciones afrodescendientes de la región.

Algunos datos destacados

Los afrodescendientes en América Latina y el Caribe rondan ya los 150 millones de individuos, entre el 15.6% y el 30% de la composición demográfica del territorio habitado por casi 635 millones de latinoamericanos y caribeños, según CEPAL. Las cifras reportadas por Naciones Unidas, Unicef y la organización..afrouruguaya Organizaciones Mundo Negro no bajan de 80 millones. En Brasil, el país que lidera la región en cantidad de afrodescendientes, el porcentaje oficial es 45%, seguido por Cuba (35%), Colombia (11%) y Ecuador (5%). La ronda de censos nacionales del año 2000 en ocho países arrojó la cifra más precisa: 84.8 millones, de ellos 75.8 brasileños. Colombia (4.3 millones), Cuba (3.9 millones) y Ecuador (0.6 millones) van detrás, por delante de Costa Rica, Honduras, Nicaragua y Guatemala, donde la presencia afro no alcanza siquiera el 2%. El problema estriba en que hacia el 2000 estaban pendientes aún censos de afrodescendientes en varios países con apreciable cuota como Venezuela y Uruguay, junto a otros de menor cuantía como Argentina y Bolivia. Así y todo, la estimable presencia afro en América Latina y el Caribe es producto del legado de la compleja historia de la región que, en época colonial, cimentó (y luego mantuvo con éxito) una sociedad surgida de tres raíces: europea, originaria y afro. De este trío, el último componente ha tenido más problemas de visibilidad por motivos de discriminación y racismo. Asimismo,las..poblaciones afrodescendientes son las que se encuentran hoy bajo peores niveles en los indicadores socioeconómicos. Por ejemplo, según datos de la CEPAL, el 76% de la población afrocolombiana estaba en condición de pobreza hacia 2004; en 2006 lo estaban el 44.8% en Brasil y el 58.5% en Ecuador.afrodescendientes. La situación más complicada se reveló hacia 2001 en Nicaragua con 87.6% de sus afrodescendientes bajo la pobreza.

Tras finalizar el período colonial, las poblaciones afrodescendientes estuvieron marginadas e invisibilizadas por mucho tiempo en virtud del estigma de la esclavitud. Si bien al correr del tiempo sobrevino la abolición gradual, en algunos casos, como el colombiano, la medida fue superflua: al momento de la emancipación legal (1851) quedaban pocos esclavos. En otros casos la abolición se postergó: Paraguay (1869), Puerto Rico (1873), Cuba (1886) y el más tardío, Brasil (1888). Pero en todo caso, la abolición formal no implicó que desapareciera el estigma. Las élites que construyeron los Estados-nación durante la segunda mitad del siglo XIX tomaron como referencia el modelo europeo e imprimieron el sello blanco en las repúblicas nacientes. La operación fue de buen grado exitosa y, en los casos más extremos, como Argentina y Uruguay, se llegaron a perfilar naciones de blancura indiscutible. En la primera se habló de la desaparición del afroargentino, mientras que la segunda fue denominada la Suiza de Sudamérica como concreción exitosa del modelo de nación a la usanza europea. La población afrouruguaya quedó silenciada y marginada, a pesar de haber sido muy notable su presencia en época colonial. Las élites, en conclusión, o bien discriminaron a sus poblaciones negras o, en los casos más extremos, las silenciaron y negaron la forma más descarada de racismo, como sucedió en Argentina, Chile, Paraguay, México y Costa Rica.


Dinámica organizativa

En la década de 1980 se dieron los primeros intentos sistemáticos de reivindicar lo afro y la formación a nivel local de las primeras organizaciones, pero no fue hasta la década siguiente cuando afloraron movimientos importantes a nivel regional en torno al intento de visibilización de las poblaciones afrodescendientes, la lucha contra el racismo y la búsqueda de mejoras dentro de las diversas configuraciones nacionales. Estas nobles intenciones fueron alentadas por la fundación de las primeras redes transnacionales de afrodescendientes en América Latina, como, entre otras, la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas y Caribeñas, que data de 1992 en República Dominicana, y la Continental de Organizaciones Afro, creada en Uruguay en 1994. Tres factores dan cuenta del cambio de paradigma a partir de los años 90. Las condiciones planetarias se modificaron sustancialmente al terminar la Guerra Fría y cobrar auge nuevos movimientos sociales, como el zapatismo en Chiapas de la mano del Subcomandante Marcos, hacia 1994. El enfoque multicultural debutó y fue adoptado por varios países de la región en constituciones multiétnicas. El caso más importante y pionero fue Colombia (1991), que también revisó la política de tierras con la Ley de Comunidades Negras (1993) dispuesta por la constitución de 1991. Le siguieron México (1992) y Argentina (1994), más tarde Ecuador y Venezuela, y así hasta llegar a los últimos: Bolivia (2009) y Costa Rica (2014). Brasil y Argentina habían sido pioneros en 1988 con sus leyes contra la discriminación racial, aunque Nicaragua había incluido ya a los afrodescendientes en los derechos colectivos otorgados por su constitución (1987) a las comunidades indígenas de la costa atlántica. La revisión crítica del “Descubrimiento de América”, en ocasión de su V Centenario (1992), replanteó el lugar de los europeos en la construcción de las Américas y animó la búsqueda del justo lugar de las minorías étnicas en la configuración histórica.

Todos estos factores propiciaron repensar la denominada “tercera raíz” en América Latina y el Caribe. Fueron disparadores eficaces y su directriz continuó en el siglo XXI. Un hecho decisivo fue la celebración de la Tercera Conferencia Mundial de las Naciones Unidas contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las formas conexas de Intolerancia (Durban, Sudáfrica, 2001).

Participaron varios dirigentes de los grupos afrodescendientes de América y esto ayudó a emplear un término hasta el momento casi sin difusión: afrodescendiente. En opinión de un reconocido activista afrouruguayo, “fuimos siendo negros y volvimos afrodescendientes”. El Plan de Acción emanado de la conferencia reconoció a los afrodescendientes como grupo específico y víctima del sistema, discriminado hoy tras haber sido esclavizado en el pasado. La declaración final tachó de delitos de lesa humanidad a la trata y a la esclavitud.

El colectivo se apropió del término afrodescendiente como una muy útil herramienta de lucha y reivindicación, dejando de lado la categoría “negro” como etiqueta peyorativa de época colonial, lastrada por la esclavitud y entendida hoy como insulto en muchos contextos. Por mucho, el impacto y el mayor éxito de la agenda de Durban se dieron en América Latina y el Caribe antes que en otras regiones del planeta. Esto se vio reflejado en la adopción de medidas de acción afirmativa para las comunidades afro en varios países.

La acción afirmativa es compleja y diversa, con distintos grados de avance. El racismo y la reversión de las condiciones de pobreza de buena parte del grupo es un desafío habitual para las autoridades nacionales y activistas del movimiento afrodescendiente. Algunos países, como Brasil, Colombia, Ecuador y Costa Rica, han llevado a cabo agendas cargadas de progresos con notable mejoría de la condición jurídica de sus poblaciones afro. En otros como Venezuela, Perú, Uruguay y Argentina, los progresos no son tan nítidos, y en un tercer conjunto quedan los países más rezagados: México, Chile, Paraguay y Cuba.

Desde 2003 se han convocado tres Encuentros de Parlamentarios Afrodescendientes de las Américas y el Caribe. El último se celebró en 2005 y tuvo a Costa Rica como sede. En éste el recién constituido Parlamento Negro de las Américas fundó una red fundamental: la de los Legisladores Afrodescendientes. El movimiento organizado afrodescendiente se anotó una gran victoria simbólica al ser declarado 2011 Año Internacional de los Afrodescendientes (Resolución N° 64/169 de la Asamblea General de Naciones Unidas). A partir de 2015, en virtud del Plan de Acción de Durban y con miras a reforzar la protección y promoción de los derechos de los afrodescendientes, Naciones Unidas ha sancionado el comienzo del Decenio Internacional de los Afrodescendientes (Resolución N° 68/237).

Mirada crítica

Si el lanzamiento del Decenio referido pudiera auspiciar el comienzo de un verdadero cambio en pos de la acción afirmativa estatal, la panorámica regional de 2015 se destaca por la heterogeneidad en noticias y realidades nacionales. El Foro Mundial del Decenio Afrodescendiente y los Derechos Humanos debía llevarse a cabo en Malabo (Guinea Ecuatorial) en noviembre, pero fue prorrogado a mediados de enero. Entretanto, en paralelo a la 70ª sesión de la Asamblea General de Naciones Unidas, se celebró (sin tantas cámaras) en septiembre la Cumbre de Líderes Afrodescendientes en el barrio de Harlem, a la que asistió el presidente venezolano Nicolás Maduro, quien finalizó su intervención con que incluirá objetivos aprobados allí en el plan de su gobierno. Entre los eventos regionales sobresalió a fines de junio la Primera Cumbre Latinoamericana de Lideresas Afrodescendientes (Managua, Nicaragua), cuya declaración final solicitó la inclusión social de las mujeres afrodescendientes. Sobre el plano cultural se concretó en Arica (Chile), el esfuerzo regional de quince países por salvaguardar el Patrimonio Afrodescendiente de América Latina, con la producción de documentales sobre música y danza que serán distribuidos a partir de marzo de 2016. También en el plano cultural, la Unesco, a comienzos de diciembre, declaró a la marimba patrimonio inmaterial de la humanidad y los cantos y bailes tradicionales del Pacífico Sur colombiano y de Esmeraldas (Ecuador), así como al vallenato colombiano. Una materia delicada para los afrodescendientes son las “afroreparaciones”. Tal vez lo más destacado fue el llamado a la justicia reforzado con la llegada del Decenio Internacional y el ánimo de indemnizar a los descendientes de esclavos por 500 años de esclavitud y oprobio. La campaña del CARICOM se promovió desde 2013 y ocupó buena parte de este año, sin gran éxito, aunque se auguran nuevas oportunidades con las dos cumbres mundiales en el Caribe (2016) y Europa (2017).

Avances más visibles

Quizá Ecuador sea el país donde mayor avance de la acción afirmativa hubo en 2015. En 2008 la constitución declaró a los afrodescendientes como pueblo, que el censo (2010) estimaría en 7.2% entre 14 millones. En 2010 entró en vigor un Plan Plurinacional contra el Racismo y la Discriminación y para 2012 tuvo lugar en Guayaquil el Primer Congreso del Pueblo Afroecuatoriano. La novedad más importante este año se dio a comienzos de octubre. En víspera de celebrarse el Día Nacional del Afroecuatoriano, el Congreso anunció que contenidos sobre afrodescendientes se incorporarían a partir de 2016 en los planes de estudio. Un mes más tarde, en una reunión de 150 representantes del movimiento, surgió la iniciativa de Ley Orgánica del Pueblo Afroecuatoriano y de un Observatorio para medir la eficacia de las medidas en el Decenio Internacional. La primera concejala afroecuatoriana, Bárbara Lara, fue elegida en marzo y esto entraña un paso fundamental en un país en donde siete de cada diez mujeres de esa categoría étnica sufren violencia de género. Bolivia es el único Estado de la región donde los afrodescendientes son mencionados en el texto constitucional. Se registraron 16,329 en el censo (2012) y contenidos afro pasaron a los planes de estudio abril de 2014. En febrero de 2015 se informó que el Estado implementará once currículos docentes regionalizados, entre ellos el del pueblo afroboliviano. Bolivia suscribió ya las Convenciones Interamericanas contra el Racismo y la Discriminación Racial, y contra Toda Forma de Discriminación e Intolerancia.afrobolivianos

Más rezagado que Ecuador y Bolivia, Uruguay advirtió en el censo (2012) que 255 mil habitantes se reconocían a sí mismos como afrodescendientes (8.1% de la población). Al conmemorarse tres décadas del fin de la dictadura militar, el 8 de octubre, arrancó el Decenio Internacional de los Afrodescendientes, con la misión de promover la inclusión social de unos 300 mil que habitan hoy en el país, con el 22% de ellos afectados por la pobreza. Ese mismo mes se promovió un proyecto de ley para declarar de interés público la investigación histórica, cultural, antropológica de los afrouruguayos. Uno afrouruguaya ingresó al Parlamento a comienzo de año. Ubicada en estadio intermedio del avance organizativo y la acción afirmativa, Venezuela dio pasos en 2015 para validar la memoria histórica. Se trasladaron al Panteón Nacional de Caracas los restos mortales de Pedro Camejo, más conocido como Negro Primero, reconocido héroe de la guerra de la independencia. Así se conmemoró, el 24 de junio, otro aniversario de la batalla de Carabobo, que dio la independencia al país en 1821. En octubre se trasladaron también hacia allí los restos de Juana Ramírez, la Avanzadora, heroína de la misma gesta. Ambos traslados se llevaron a cabo con toda la pompa ceremonial. Detrás de los Estados Unidos y Brasil, Colombia posee la población afrodescendiente más grande del hemisferio: entre sus 40 millones de habitantes se contabilizaron 4.3 millones (10.61%) en el censo de 2005. Otras estimaciones arrojan 10.5 millones. El 76% de esta población afro se concentra en el Pacífico y el Caribe. Semejante peso demográfico justifica que se haya avanzado significativamente en la atención a los afrocolombianos desde 1991.

Lo más mediático este año tuvo lugar a mediados de octubre. Se decidió quitar de la pantalla al emblemático soldado Micolta, protagonizado por un actor que se pintaba de negro en el popular programa televisivo Sábados Felices (Caracol TV). La comunidad afrocolombiana y algunas ONGs habían denunciado por racista a este personaje en el tradicional papel bufonesco del negro. Tras un intenso debate, se acordó que el show continuara pero, en lugar de imitar a un afro, el actor se pintará el rostro con los colores de la bandera colombiana. Desde el 12 de octubre las comunidades afrocolombianas (instituidas desde 1993) serán consultadas para las iniciativas legislativas y administrativas en relación al conflicto interno más largo de la historia colombiana, que entre 1958 y 2012 ha cobrado más de 200 mil víctimas y desplazado a unos 300 mil anuales desde el 2000. El presidente Juan Manuel Santos anunció el sistema de consulta previa a través de su cuenta de Twitter. En noviembre se titularon en el suroeste 188 mil hectáreas, que comprenden a más de 15 mil afrocolombianos, en un litigio que data de 1999. La justicia nacional ha pedido disculpas por la lentitud en los trámites por denuncias de discriminación: de 188 asentadas por afrocolombianos desde 2013, se ha dictado condena en un solo caso. En septiembre se avanzó hacia el proyecto de ley para el censo detallado de las poblaciones afro de Colombia. En Costa Rica el movimiento afro hizo importantes progresos en los últimos años y en 2014 se declaró el Estado multiétnico, que engloba unos 350 mil afros (8% de la población). Para 2015 se sumaban dos nuevas marcas desde la acción afirmativa. En enero el activista afrocostarricense Quince Duncan fue designado Comisionado de Asuntos de la Afrodescendencia de la Presidencia de la República. Duncan lleva a cabo una prolífica e intensa labor como representante del colectivo inserto en la dinámica estatal. A fines de octubre presentó el Plan Nacional de Reconocimiento, Justicia y Desarrollo de las y los Afrodescendientes (2015-2018), con el objetivo fundamental de aliviar las complicaciones económicas que padece su grupo, así como prevenir e intervenir en casos de discriminación racial. El Estado tico debió censurar por contenido racista el clásico libro infantil Cocorí, que reprodujo estereotipos y causó mucha irritación al comparar un niño afro con un mono. Se pidió dar baja el libro y cancelar la representación musical de la obra. Esta iniciativa de dos congresistas afrocostarricenses dio pie a amenazas racistas, pero al menos el caso sirvió para visibilizar un poco más la preocupación por el racismo estructural en Costa Rica, que reina también en toda la región.


Avance relativo, limitado o nulo

Perú presenta un grado no muy avanzado de cumplimiento de las múltiples demandas de los afroperuanos. El último censo (2007) no incluyó la variable de afrodescendencia y así es difícil conocer la situación socioeconómica del grupo, aunque la última Encuesta de Hogares (2004) calculó que este colectivo está integrado por unas 900 mil personas (representan 2%-3% de los 31 millones de habitantes). La noticia más auspiciosa del 2015 fue un estudio del Ministerio de Cultura que sirvió para alumbrar mayores datos y constatar que, pese a ciertas mejoras desde el 2004, los afroperuanos continúan postergados en varios indicadores. El estudio se publicó en julio e indica que la discriminación racial persiste y que el 37% de los afroperuanos percibe remuneración por debajo de la línea de pobreza.
En junio el precitado ministerio premió con el título Personalidad Meritoria de la Cultura a tres líderes afroperuanos. A fines de octubre se aprobó la Política Nacional para la Transversalización del Enfoque Intercultural, que es una iniciativa pensada especialmente para las comunidades originarias y afroperuanas. A fines de noviembre se dio la primera sentencia favorable a una afroperuana víctima de discriminación racial en un caso que data de 2012. México es la nación de lengua hispana más poblada de la región (unos 120 millones) y reniega de su raíz africana. Siempre se ha pensado como país mestizo, al punto que hasta no hace mucho tiempo adeudaba un gran tema pendiente: censar a los afromexicanos. Estos últimos, si bien para el imaginario son invisibles, no obstante su presencia es destacada en Oaxaca y Guerrero, donde cuentan hasta con reconocimiento jurídico. Según estimaciones del incipiente movimiento afro, habría unos 5 millones de afrodescendientes en tierra mexicana. Finalmente, la Encuesta Intercensal 2015, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), cumplió un objetivo primordial del activismo afromexicano, al censar a 1.4 millones de afromexicanos a comienzos de diciembre, como fuera anunciado meses antes. Ahora resta conocer estadísticas socio-económicas de ellos. El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), que celebró dicho censo, en febrero había difundido la primera campaña dedicada a afromexicanos. “Soy afro, me reconozco y cuento”, con el fin de reconocer a las poblaciones afrodescendientes del país y promover sus derechos. Durante todo el año se habló de la necesidad de censarlos y de una reforma desde el Senado para reconocer la existencia de este grupo, tarea cumplida hace pocas semanas. De algún modo Argentina recuerda la situación mexicana por la invisibilidad del afroargentino. En octubre de 2010 los afrodescendientes fueron censados por primera vez, poco más de un lustro antes que en México.afromexicano Los afroargentinos auto-reconocidos saben ya cuántos son: 149.053, aunque las estimaciones de activistas rondan los 2 millones. No hubo grandes noticias este año sobre avances en materia legislativa. El 8 de noviembre, en ocasión del Día Nacional de los Afroargentinos y de la Cultura Afro, que se celebra desde 2013, se propuso elevar a la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, a propuesta conjunta de organizaciones afro, el decálogo “Tratamiento mediático respetuoso y responsable de la diversidad étnico-cultural en los medios audiovisuales”, con diez sugerencias para denunciar contenido discriminatorio. En Centroamérica, Honduras, sede de la Primera Cumbre Mundial de los Afrodescendientes (2011), merece una mención especial, puesto que el gobierno aprobó en septiembre, tras más de dos años de trabajo y en proceso de consulta nacional, la Política contra el Racismo y la Discriminación Racial para el Desarrollo Integral de los Pueblos Indígenas y Afrohondureños. Asimismo invirtió 1.14 millones de dólares en distintas iniciativas de desarrollo de comunidades indígenas y afrohondureñas. Panamá se destacó en octubre por la intención oficial, acompañada por agrupaciones afropanameñas, de eliminar la discriminación racial y asegurar la inclusión total de los afropanameños a la vista del Decenio Internacional de los Afrodescendientes. También se realizará un inventario del patrimonio cultural inmaterial, que incluye lo afro.
En una serie de países la cuestión afro se encuentra muy aletargada. Paraguay y Chile son ejemplos, aunque en este último un censo (2014) en Arica indicó la presencia de 8.415 afrochilenos. Ambos países tienen población afro minoritaria, invisibilizada y nunca censada. Cuba se encuentra en situación similar, aunque la presencia afro es más visible. Las estadísticas oficiales revelan apenas 9% de afrocubanos en 11 millones de habitantes. La normalización de las relaciones con Estados Unidos no ha traído mejoras visibles en las condiciones de los afrodescendientes cubanos. Continúa prevaleciendo el discurso instaurado desde el inicio de la Revolución, que establece que en Cuba no hay discriminación racial. Y en República Dominicana lo más destacado de 2015 ha sido, lamentablemente, la crisis migratoria con los vecinos haitianos, sin avances en acción afirmativa para la población afrodominicana.

Publicado en:

http://www.cubaintegra.org/identidades-no7.html#/ (ver páginas 55-61)

Autor

  • Historiador y escritor argentino. Profesor y licenciado por la Universidad de Buenos Aires. Africanista, su línea de investigación son las temáticas afro en el Río de la Plata e historia de África central.

    Interesado en los conflictos mundiales contemporáneos. Magíster en Diversidad Cultural con especialización en estudios afroamericanos por la Universidad Nacional Tres de Febrero (UNTREF).

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