Entendiendo el problemita…, por Rafael Muñoz Abad

4/12/2015 | Bitácora africana

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El concepto cartesiano de la guerra murió en el 11S y con ello reveló que la nueva amenaza sería difícil de neutralizar bajo el manual heredado de la Guerra fría. Las invasiones de Afganistán e Irak, las lecciones no aprendidas en Somalia, la chapuza libia y un cajón desastre en el que se mezclan la rivalidad chií-suní, el wahabismo saudí, que los talibanes son aquellos muyahidines que la CIA armó para derrotar a los soviéticos y que la paz es muy cara, confluyen en la actual amenaza yihadista.

Los atentados de Bamako y Paris confirman que la ideología integrista es global y sólo la inversión en inteligencia de campo y seguridad representa una solución efectiva que no definitiva. Con el terrorismo no se negocia. El Sahel es un cinturón de inseguridad donde se libra una guerra de perfil bajo entre tropas francesas y grupos itinerantes ligados a Al Qaeda y el Estado islámico. Todo muy cerca de España. ¿Cómo de preocupante es la situación? España es un objetivo secundario en lo mediático; en otras palabras, se prefiere golpear antes en Londres o Paris; pero ya nos ha tocado a todos. En Canarias se ha confiado la seguridad al azaroso factor del aislamiento geográfico con el agravante que [históricamente] el control de sus fronteras marítimas ha sido descuidado. Inadmisible. Quizás aquí nunca nos pase nada por nuestra discreción mediática y por qué en medio mundo nos tienen por una provincia de algún país africano.
El panorama es alarmante. Marruecos es un aliado primordial y perderle en manos del integrismo sería un riesgo inaceptable. Argelia y Túnez atraviesan un velado conflicto interior luchando contra la metástasis de ideología islamista que se extiende en el blanco anonimato de sus callejuelas, aldeas y susurros de mezquitas. The African report cita ya en 3000 los tunecinos que han cruzado a la vecina Libia para incorporarse a células integristas.

Entendiendo este problemita…Nos enfrentamos a una ecuación repleta de variables ligadas a los intereses de Washington y el lobby del petróleo; ¿pero quién quiere reconocer que la solución militar es temporal?; que el problema es socio-político y que aún se va a derramar más sangre en muchos lugares inesperados.

CENTRO DE ESTUDIOS AFRICANOS DE LA ULL

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Autor

  • Doctor en Marina Civil.

    Cuando por primera vez llegué a Ciudad del Cabo supe que era el sitio y se cerró así el círculo abierto una tarde de los setenta frente a un desgastado atlas de Reader´s Digest. El por qué está de más y todo pasó a un segundo plano. África suele elegir de la misma manera que un gato o los libros nos escogen; no entra en tus cálculos. Con un doctorado en evolución e historia de la navegación me gano la vida como profesor asociado de la Universidad de la Laguna y desde el año 2003 trabajando como controlador. Piloto de la marina mercante, con frecuencia echo de falta la mar y su soledad en sus guardias de inalcanzable horizonte azul. De trabajar para Salvamento Marítimo aprendí a respetar el coraje de los que en un cayuco, dejando atrás semanas de zarandeo en ese otro océano de arena que es el Sahel, ven por primera vez la mar en Dakar o Nuadibú rumbo a El Dorado de los papeles europeos y su incierto destino. Angola, Costa de Marfil, Ghana, Mauritania, Senegal…pero sobre todo Sudáfrica y Namibia, son las que llenan mis acuarelas africanas. En su momento en forma de estudios y trabajo y después por mero vagabundeo, la conexión emocional con África austral es demasiado no mundana para intentar osar explicarla. El africanista nace y no se hace aunque pueda intentarlo y, si bien no sé nada de África, sí que aprendí más sentado en un café de Luanda viendo la gente pasar que bajo las decenas de libros que cogen polvo en mi biblioteca… sé dónde me voy a morir pero también lo saben la brisa de El Cabo de Buena Esperanza o el silencio del Namib.

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