Teodoro Nguema Obiang Mangué representa a su padre Teodoro Obiang Nguema e interviene en su nombre ante la Asamblea General de las Naciones Unidas

17/10/2015 | Opinión

El Frente de Oposición Democrática (FOD) de Guinea Ecuatorial, que conforman los partidos políticos Convergencia para la Democracia Social (CPDS), Fuerza Demócrata Republicana (FDR) y Unión Popular (UP), hace una valoración política de la designación de Teodoro Nguema Obiang Mangué para intervenir en nombre y representación de su padre, el Presidente Teodoro Obiang Nguema, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.

Aparte de ilegal y despótica, el FOD considera políticamente negativa, indignante y vergonzosa esta decisión para la imagen de nuestro país. En efecto, el cargo de Segundo Vicepresidente de la República que ostenta el señor Nguema Obiang, cargo nacido de la mente nepotista de su padre, no existe en la Constitución de nuestro país, Guinea Ecuatorial. La verdadera razón es que, en contra de toda legalidad y del interés de la República, el Presidente Obiang quiere forzar una sucesión dinástica en el país. El señor Nguema Obiang, además de alto miembro del Gobierno, es empresario y propietario de la mayoría de las empresas de explotación forestal que esquilman los bosques de nuestro país causando una deforestación sin precedentes y la consiguiente degradación del medio ambiente. Por ser hijo de su padre, el señor Nguema Obiang utiliza los fondos del Estado, sin limitación alguna, para sus extravagantes y onerosos caprichos personales, razón por la que se ha convertido en un personaje cuestionado judicialmente en varios países por malversación de fondos públicos de Guinea Ecuatorial. Aunque esta situación es claramente reveladora del tipo de régimen que dirige el país, no deja de ser hiriente que sea este personaje el que hable en nombre de todos los que nos sentimos orgullosos de ser guineanos.

En relación con sus intervenciones con ocasión de la Reunión de Alto Nivel sobre la Agenda Post 2015 y durante el debate general de la septuagésima Sesión Ordinaria, los días 26 y 30 de septiembre respectivamente, que hemos seguido con bastante atención, estas reproducen el discurso demagógico y ambivalente a que nos tiene acostumbrado nuestro Gobierno: de cara a la galería se presenta como el alumno que mejor cumple las tareas encomendadas por las Naciones Unidas, a la vez que maquilla la realidad cotidiana que vivimos en carne y hueso dentro del país y endurece su maquinaria de represión.

El Segundo Vicepresidente, seguramente en referencia a otras personas, dice: “parece que hoy impera la ley del más fuerte y del más astuto, situación que normalmente provoca las rebeldías…” Sin embargo, parece darse cuenta que está precisamente describiendo la situación que está provocando su propio Gobierno en Guinea Ecuatorial. Se atreve a decir que en Guinea Ecuatorial se está implementando “una Gobernanza que garantiza la representación y participación de los ciudadanos”, cuando se sabe que la soberanía de los guineanos está secuestrada. En Guinea Ecuatorial, no se celebran elecciones inclusivas y transparentes, por lo que no se puede hablar de representación y participación de los ciudadanos; tampoco se legalizan los partidos políticos como lo estipulan las leyes y los acuerdos adoptados en las negociaciones gobierno-oposición; hay confinamientos políticos; el Gobierno acosa sin tregua a aquellos partidos legalizados críticos con su forma de gestión, y su aspiración es retornar al partido único.

¿Cómo se puede hablar, en la Guinea Ecuatorial actual, de “la mejora de las finanzas públicas traducida en un aumento de las exportaciones y la reducción del costo de los servicios de telecomunicaciones”, cuando el Estado acumula una enorme deuda frente a sus acreedores internos, cuando sabemos que la producción del petróleo, principal producto de exportación está bajando y la producción para la exportación en los otros sectores es prácticamente nula, si exceptuamos el sector maderero? Cuando los costos de los servicios de telecomunicaciones de nuestro país están entre los más caros del mundo, se nos habla de reducción de tarifas.

Las estadísticas presentadas por el representante del presidente Obiang son difícilmente creíbles. El Gobierno debería explicar a la comunidad nacional e internacional cómo y de dónde han sacado sus cifras. Asegura haber “logrado la reducción en más de un 50 por ciento del número de personas que viven bajo el umbral de pobreza”, pero ningún conocedor de la realidad de Guinea Ecuatorial podría pretender que dicho objetivo haya sido alcanzado cuando la miseria se percibe y crece a diario en todos los rincones del país, cuando los míseros salarios que garantiza el Gobierno no garantizan la estabilidad económica de ninguna familia, cuando varios padres suspenden la escolarización de sus hijos por falta de medios y porque los costes de las matrículas se han disparado, cuando la economía del país está conociendo un descenso irrecuperable desde 2010, cuando estamos asistiendo al despido de miles y miles de trabajadores por la insolvencia del Estado que ha cesado de pagar a las empresas, y cuando no hay una base diversificada de producción de alimentos que garantice precios asequibles para la población de bajos ingresos.

Pretender haber logrado “la reducción en más de un 50 por ciento de la mortalidad infantil; la reducción en un 81 por ciento de la mortalidad materna y la mejora de los servicios e infraes-tructuras sanitarias y su accesibilidad” es sencillamente un insulto a la dignidad de los pobres guineanos que sucumben cotidianamente a patologías banales y evitables, a la falta de atención y de equipamiento en los hospitales públicos, a la proliferación y venta generalizada de falsos medi-camentos, así como al recurso masivo de la población a las curanderías tradicionales. No se puede pretender eso en un país donde llegan a morir bebés en incubadoras por falta de suministro eléc-trico.

Y qué decir de la enseñanza pública en un país en el que las personas formadas, profesores como alumnos y cuadros formados, son consideradas como un peligro para la perpetuación de la dictadura. La calidad de la educación es la última preocupación del Gobierno; se enaltece la mediocridad; a pesar del apogeo de las infraestructuras que se focaliza en la construcción de edificaciones inservibles para la población, no se construyen centros educativos públicos ni se forma a docentes.

Este es el triste y real panorama que viven los habitantes de Guinea Ecuatorial y que el representante del Presidente Obiang Nguema se ha abstenido de exponer a la comunidad internacional reunida en la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Malabo, 15 de octubre de 2015

FRENTE DE OPOSICIÓN DEMOCRÁTICA (FOD)

CPDS – UP – FDR

LA DIRECTIVA DEL F.O.D.

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