La cesación de la condición de refugiado ruandés: Dos años después (Parte I)

14/10/2015 | Opinión

Veintiún años después del genocidio, y a pesar de una presentación muy positiva creada a nivel internacional sobre una nación que se cura de los efectos de la Guerra, muchos refugiados ruandeses son reacios a regresar a sus hogares por temor a ser perseguidos por el régimen actual. Después de que los que vivían en Zambia perdieron su reconocido estatus de refugiados, Kigali está llevando a cabo la repatriación forzada o la emisión de pasaportes de Ruanda. Ninguna de estas opciones es segura para las personas afectadas.

zambia.jpgDos años después de perder su condición de refugiados, los que habían sido refugiados ruandeses que huyeron de Ruanda entre 1959 y 1998 aún no han llegado a una conclusión satisfactoria en su búsqueda de la integración local. La solución duradera de la integración local, que dependía de la financiación internacional, les fue prometida en la reunión interministerial en Pretoria, Sudáfrica, el 18 de abril de 2013, dos meses antes de que perdieran su condición de refugiados en contra de su voluntad, el 30 de junio de 2013. En octubre del mismo año una delegación de Zambia se reunió en Ginebra con los donantes que prometieron apoyo para integrar a 4.000 de los 6.000 refugiados ruandeses.

Este desarrollo fue una reversión de la política del gobierno anterior que había insistido en la repatriación de la mayoría de los refugiados ruandeses. Se parecía a la política de integración de 10.000 de los 18.000 refugiados angoleños en Zambia que perdieron su condición de refugiados, un año antes. Hasta la fecha, 6.000 de ellos han sido aprobados, y han obtenido pasaportes del Gobierno de Angola, y 233 han recibido permisos de residencia que les permiten permanecer permanentemente en Zambia. El gobierno acordó recientemente dar permisos de residencia a los refugiados que han vivido en Zambia durante más de veinte años.

Para los que habían sido refugiados angoleños la repatriación es una opción posible, y en 2014, 1609 angoleños regresaron a casa. No parece ser una opción para lo que han sido refugiados ruandeses; sólo cuatro regresaron, y sólo 300 desde 2003, cuando la cláusula de cesación fue aprobada por primera vez. A diferencia de sus homólogos de Angola, la piedra de tropiezo para la integración de estos anteriormente refugiados ruandeses ha sido su renuencia a aceptar pasaportes del Gobierno ruandés como requisito previo para permisos de inmigración de Zambia. La posesión del pasaporte del Gobierno de Ruanda confirmaría que ya no existe un «temor bien fundado de persecución», y necesidad de protección internacional. Sería ponerlos bajo el control y la vigilancia por parte del gobierno del Frente Patriótico Ruandés, que podría negarse a renovar el pasaporte después de cinco años. La posesión de pasaportes les convertiría en migrantes ordinarios, con la posibilidad de volver a Ruanda, ya que poseen los pasaportes, prerrequisito necesario para su regreso.

En febrero de 2013, el gobierno había dado esperanzas de un paso positivo hacia adelante a través del Ministerio del Interior dando permisos de residencia ,sin que tuvieran pasaporte ruandés a 44 profesionales refugiados ruandeses y a personas de negocios que emplean mano de obra de Zambia, todos los cuales habían residido en Zambia durante muchos años. Sin embargo, el pequeño número implicado, y el paso de más de dos años desde entonces muestran que el gobierno de Zambia no está dispuesto a extender el mismo proceso.

Hubo aprehensión con motivo de una delegación de alto nivel del Gobierno de Zambia a Kigali el 23 de marzo de este año. La reunión tripartita de los gobiernos de Zambia, Ruanda y el ACNUR produjo un comunicado que daba un plazo de tres meses para sensibilizar a los que habían sido refugiados ruandeses para decidir ya sea repatriarse o adquirir pasaportes ruandeses que les permitan permanecer legalmente en Zambia. El Viceministro del Interior de Zambia amenazó con la deportación de aquellos que no obtuvieran en ese plazo el pasaporte del Gobierno de Ruanda. El comunicado culpó a la ‘línea dura’ por ‘desalentar a otros refugiados antiguos de acceder a soluciones duraderas «. Un documental de la visita fue transmitido varias veces en la televisión nacional de Zambia, apoyando la repatriación de esos refugiados ruandeses.

Sin embargo, el 8 de mayo, seis semanas más tarde, el Consejo de Ministros de Zambia anunció que Zambia ofrecería a los refugiados ruandeses antiguos “un estatuto alternativo «. El Ministro del Interior anunció que se establecería un proceso de selección, y los que no calificasen serían entregados al ACNUR. No se hacía mención de repatriación forzada. Esta declaración parecía indicar que el Gobierno de Zambia estaba escuchando a esos refugiados ruandeses en su renuencia a tomar pasaportes del Gobierno ruandés.

Esa renuencia se ve reforzada por su observación de los grandes esfuerzos del gobierno ruandés Tutsi para asegurar su repatriación de una u otra manera para tener a todos los refugiados hutus bajo su control. En la reunión de Pretoria , en Abril de 2013, el Gobierno del FPR se ofreció a proporcionar pasaportes, y siguió con la oferta en una delegación a Zambia inmediatamente después del cese de la condición de refugiado en junio y más tarde, en octubre de 2013, y más recientemente en la reunión tripartita en Kigali en marzo de este año . Permitir que los refugiados ruandeses que se niegan a tomar pasaportes del Gobierno de Ruanda vuelvan a la condición de refugiado bajo el ACNUR garantizaría su bienestar y seguridad en Zambia, especialmente si pueden tener libertad de movimiento y empleo.

John Osmers

* Rvdmo. John Osmers es Asistente obispo anglicano de Lusaka, Zambia. Email: john.osmers2000@gmail.com

Pambazuka

[Traducción, Jesús Esteibarlanda]

[Fundación Sur]

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