Qué bien le sienta la madurez acústica a Cheikh Lô, por Afribuku

13/10/2015 | Bitácora africana

Los artistas se pasan toda su vida buscando su propio camino, una manera de expresarse que les sitúe en el mundo, e incluso pasan por varias fases durante su carrera. Pocos tocados por la varita mágica de la constancia y la creatividad consiguen llegar a definir su visión artística de manera contundente y convincente. Existen muchos creadores cuyos fogonazos artísticos se limitan a un periodo de tiempo o un contexto concreto. Una chispa fulgurante que se apaga rápidamente. El caso que nos ocupa, el del senegalés de adopción Cheikh Lô y continuando con el símil, podríamos definirlo como una hoguera que se enciende poco a poco para paulatinamente arder imponente durante toda la noche.

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Hijo de padres senegaleses, Cheikh Lô nació en Bobo-Dioulasso, capital tradicional diula de Burkina Faso. Desde muy temprana edad, Cheikh tocaba la percusión y cantaba y pronto se enroló en la Orchestre Volta Jazz en donde aprendió los fundamentos de la música tradicional diula pero también de la congolesa y de la cubana que ejercerán una importante influencia en su futura vida musical. A finales de los 70 Lô se mudó a Senegal de donde su familia era originaria y en donde se pone en contacto con la ideología Baye Fall, rama mística sufí del Islam muridí que es comúnmente confundida con el rastafarismo. Pronto la experiencia acumulada le facilitó su entrada en lo que sería el germen del mbalax mientras que el soukouss, el makossa, el afrobeat y el reggae arrasaban en toda África. Toda esta batidora de ritmos y melodías se pegó como el zumo de mango al subconsciente del músico, que dio un paso adelante como músico de sesión para varios conjuntos marfileños.

Tras instalarse en París, Cheikh trabajó como reputado multinstrumentista de sesión para figuras de como el congoleño Papa Wemba hasta que en 1995 su compatriota y ya en ese momento consagrado Youssour N´Dour le ofrece producir su primer disco en solitario, “Ne La Thiass”. Este trabajo y su gira de presentación como telonero de N’Dour le ponen en el punto de mira del mundo entero. La mezcla de salsa, reggae, afrobeat, mbalax y pop africano que combina, se arraiga en “Bambay Gueej”, álbum bailable en el que la locura rítmica se acentúa, su personalidad se afirma y en el que una aún semidesconocida Oumou Sangaré hace su aparición como voz invitada.

Su siguiente disco, el sobreproducido “Lamp Fall” supone una cierta decepción para el propio artista. Lô decide regrabarlo con músicos brasileños en un recóndito “Senegal-Brésil” y tras la tibia acogida internacional, se recluye en Dakar donde realiza un retiro espiritual mientras continúa tocando con su propia banda en el circuito local.

Poco a poco Cheikh comienza a grabar nuevas canciones que formarán parte de su nuevo trabajo. Las maquetas son enviadas a Nick Gold, capo de World Circuit, sello en donde había grabado sus tres primeros álbumes y éste, dicen los rumores, se las devuelve para que regrabe toda la música, pero esta vez en clave acústica. “Jamm”, publicado en 2010, supone el gran éxito que Cheikh Lô necesitaba para renacer su carrera, pero aún más, para encontrar su sonido. La experiencia acústica, que tan bien funciona en los músicos de África Occidental, abrió a Cheikh Lô una sensibilidad que aunque ya se encontraba latente, no había terminado de explotar. Un misticismo relajante pero nada superficial que le encumbró, por fin, como uno de los grandes músicos de Senegal.

Tras la explosión de “Jamm” Cheikh Lô tenía una amarga papeleta entre sus manos: continuar creciendo como artista sin perder ese sonido tan especial y pausado que por fin había encontrado. El resultado se ha publicado cinco años después. “Balbalou” no se presenta como un digno sucesor de “Jamm”, sino como un trabajo muy completo en el que su autor no cesa de explorar su nueva faceta acústica. La música cubana sigue ahí en “Baissons les Armes” y el mbalax en “Leer Gui Fall” o en “Balbalou” pero siempre desde una instrumentación suave que insinúa más que exige. La voz de Cheikh Lô mejora con los años, su registro melódico se amplía siempre meciendo las canciones que escribe, siendo una parte misma inseparable de su música. Prueba de esto es “Doyal Naniou” en la que Oumou Sangaré vuelve a poner su voz a servicio de su amigo, rompiendo la estructura melódica de la canción con tenues resultados, pese a lo histriónico de su voz.

Cheikh se resiste a dejar de lado su pasado completamente, pero lo cierto es que el gran acierto de “Balbalou” es esa rama acústica que tan buen resultado le trajo en “Jamm”. El single de presentación “Degg Dui” con la colaboración de Flavia Coelho y Fixi, es un medio tiempo delicioso en el que Lô va picoteando una melodía de ensueño mientras los arreglos de acordeón nos evaden a lejanos cielos azules. “Bamba”, el tema que abre el álbum, nos entrega un Cheikh Lô seguro de sus virtudes y “Kouma Magni” una experimentación vocal que no tiene nada de anecdótica.

Pero si hay alguna canción que destacar en este trabajo es sin duda “Gemou Ma Ko”. Una joya atemporal en la que la voz, los arreglos y la guitarra se funden en una melodía de ensueño que ya encabeza lo mejor que nunca ha parido el senegalés de origen burkinés.

“Balbalou” en ocasiones sufre de cierta falta de cohesión como conjunto. Sus canciones quizás formen un mosaico en el que las costuras resaltan demasiado entre sí. Un gran disco con momentos estelares aunque con demasiados cortes de relleno que son probablemente los más cercanos a su pasado. Habrá que esperar pues que Cheikh Lô dé el salto definitivo (si así él lo cree, por supuesto) aceptando su madurez musical, fijando su camino. Lo mejor está por llegar y somos muchos los que nos relamemos ya con los aperitivos.

Los seguidores que se han ido bajando del carro poco a poco debido a la frenada acústica y sinuosa que Cheikh Lô imprime a sus nuevas obras acusándole de venderse al público internacional quizá nunca vuelvan a encontrar a ese caleidoscopio musical que les enamoró. Rokia Traoré cayó en la trampa de los productores extranjeros descafeinando su música, pero por el contrario parece que Cheikh Lô ha encontrado un registro en el que se encuentra cómodo y sereno. Su camino finalmente se ha iluminado mientras nos conduce a una suavidad y templanza de la que no queremos desprendernos.

Cheikh Lô feat. Flavia Coelho & Fixi – Degg Gui – Later… with Jools Holland – BBC Two

Original en : Afribuku

Autor

  • Afribuku pretende hacer descubrir y reflexionar sobre manifestaciones culturales africanas contemporáneas de interés, divulgándolas a través de esta página y de las redes sociales. En África existen numerosas propuestas artísticas de excelente calidad que permanecen ocultas a los ojos del mundo. Es necesario que todos aquellos que creemos en una visión más realista y honesta de África tratemos de que la comunidad iberoamericana se familiarice y comience a disfrutar de la gran diversidad que ofrece este continente.

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