Hoy lunes, 21.9.2015, es el Día Internacional de la Paz, según la ONU.
Lo grave y paradójico de este día de la Paz radica en que tiene lugar en medio de una crisis de refugiados sin precedentes.
La UE sigue dividida, disfuncional e incapaz de encontrar una solución eficaz y humana a esta situación de emergencia humanitaria.
Las nuevas alambradas, cierre de fronteras y la brutalidad policial de algunos países, son señales de una grave pérdida de humanidad, de irresponsabilidad política y de una falta de voluntad para acoger a los refugiados.
Mientras la UE se lo piensa para acoger unos 130.000 refugiados sirios, nos olvidamos de que más de 3 millones de sirios están refugiados en Líbano.
Lo que parecemos olvidar ante todo es que los refugiados sirios, como los de Irak y los que proceden del continente africano: Libia, Mali, Somalia, etc. huyen sobre todo de las guerras, la violencia y la falta de medios de vida.
También debemos preguntarnos en Europa y Occidente: ¿Por qué existe tanta pobreza, inseguridad y violencia en Oriente Medio y en el Comente Africano?
Mientras que los diferentes gobiernos dictatoriales en muchos países de África tienen su gran responsabilidad en provocar la emigración y exilio forzoso de tantas familias que se ven obligadas a abandonar sus tierras ancestrales, los gobiernos de la UE y EEUU, por su política económica y sus multinacionales, son los principales responsables de estas crisis migratorias y de las causas que las provocan.
Si en una crisis humanitaria de esta magnitud, los países de la UE no somos capaces de encontrar una solución urgente y eficaz para acoger a todos los refugiados que llegan a nuestras fronteras, ¿Cómo seremos capaces de sanar las raíces mismas: de la pobreza severa, la violencia y de la esclavitud, a las que sometemos a millones de personas por todo el globo?
Más que culpabilizar a nuestros gobiernos de la UE y de EEUU por su incapacidad y falta de integridad para su tarea de liderar responsablemente nuestras sociedades y nuestro mundo, sería conveniente que la sociedad civil, con todos sus profesionales, líderes y servicios, tomáramos nuestra propia responsabilidad, para promover relaciones humanas más justas y un empleo de recursos más solidario y justo, dentro del país y en el mundo.
Esperemos que esta crisis humanitaria de refugiados nos ayude a despertar y a comprometernos responsablemente en la acogida de los refugiados, así como en la promoción de políticas económicas más justas y solidarias.
