Boko Haram ofrece intercambiar secuestradas por detenidos

9/07/2015 | Opinión

El grupo extremista de Boko Haram ha reivindicado la autoría del secuestro, perpetrado el pasado 14 de abril, de más de 200 niñas en una escuela de Chibok en el noreste de Nigeria. «Yo soy el que las secuestró y pronto habrá más ataques», comunicó Abubakar Shekau, el líder del grupo terrorista, en un vídeo difundido a un reducido grupo de periodistas.

Los extremistas ofrecen entregar a más de 200 niñas a cambio de la liberación de líderes militantes detenidos por el gobierno, comunicó un activista de derechos humanos. Según Fred Eno, un nigeriano apolítico que lleva más de un año negociando con Boko Haram, ´se ha abierto otra ventana de oportunidad´, ya que la iniciativa reabre una oferta hecha el año pasado al ex presidente Goodluck Jonathan. Sin tenerse claro si este intercambio será aceptado por el gobierno, el consejero presidencial Femi Adesina dijo el sábado que el gobierno de Nigeria ´no será hostil´ con las conversaciones con Boko Haram, ya que la mayoría de las guerras suelen terminar en negociaciones´.

Desde que las escolares cristianas fueron secuestradas el pasado 14 de abril, múltiples manifestaciones por parte de madres, intelectuales y ciudadanos se han producido en Nigeria y han exigido una respuesta más contundente por parte del Gobierno.

El secuestro liderado por Boko Haram, que en lenguas locales significa ´la educación no islámica es pecado´, ha conseguido tener el impacto que deseaba en la comunidad internacional, sembrando el terror. Como expresaba Hoffman, el profesor y escritor estadounidense, en su libro ´Inside Terrorism´, la noción del terror cobró todo su poder y validez, y si al terrorismo se le quita el sufijo ismo, se convierte en una emoción; terror. Esto es la naturaleza y objetivo de estos actores que buscan que la sociedad responda emocionalmente y no racionalmente a su violencia e intimidaciones.

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Aceptar estas negociaciones conlleva una polémica emocional y política, tanto a nivel nacional como individual, ya que la balanza de poderes no está tan clara al no saberse si es el Estado o el terrorista quien tiene supremacía en el país. Aceptar estas negociaciones podría verse como un símbolo de que el gobierno de Muhammadu Buhari comienza a claudicar ante la agenda de Boko Haram, ya que continuarían con esta estrategia de secuestro, que les estaría proporcionando los resultados que pretenden. Sin embargo, desde el punto de vista individualista y emocional de los familiares de las niñas secuestradas, el Estado tiene que proteger a los ciudadanos y para ellos, son las niñas quienes tienen que ser rescatadas.

Vencer a Boko Haram es muy complicado, ya que su éxito se debe a una estrategia de terrorismo premeditada, donde han enfocado su atención en un objetivo de género que produjo un número de víctimas que ágilmente se convirtió en un elemento simbólico para la sociedad cristiana (mayoritaria en Nigeria) y la comunidad internacional, donde la violencia sexual hacia la mujer como acto de guerra está muy sojuzgada.

Así es como el grupo terrorista de Boko Haram ha conseguido que se hable de negociaciones con el gobierno nigeriano.

Claudia Velilla Zuloaga

[Fundación Sur]

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