Imo (Nigeria) Nuestro Gobernador nos Llama Gente Pobre

30/06/2015 | Opinión

Las personas de Imo están muriendo de hambre en las manos del Gobernador Rochas Okorocha. Pero como una figura extraña de otro planeta, él no parece preocuparse en lo absoluto del enorme problema. Cada una de sus acciones demuestro su falta de respeto por el pueblo que gobierna, y su gran subestimación del nivel de conciencia política que ellos han alcanzado. No le ha pagado a los pensionados durante 18 meses mientras que a los sirvientes civiles les debe 9 meses de salarios pero cuando nos quejamos y le dijimos que deje de mostrarnos fotografías suyas dentro de un jet privado y que nos pague nuestros salarios, ¿qué hizo? Nos llamó gente pobre que le envidia. Sí, hablando con SharaTV el sábado, Okorocha dijo que odia la pobreza, agregando que cualquiera que critique a un propietario de un jet privado como él era una persona pobre. Todos ustedes pueden ver la clase de hombre que tenemos como gobernador del estado de Imo. Nuestro gobernador llama a sus ciudadanos gente pobre. ¡Oh Dios mío!

Si la entrevista con SaharaTV el sábado fue un intento de “limpiar la imagen” de Okorocha por los reporteros del Sahara, entonces en mi opinión Sowore debió de reembolsarle a Rocha cualquier cantidad de dinero que le haya pagado en avance por el proyecto. Los reporteros del Sahara puede que hayan hecho más daño a su cliente que algún bien dejándolo más sucio de lo que lo conocieron. Al llamarle gente pobre a las personas de Imo Okorocha nos ha revelado que no tiene nada más que desprecio por cualquier que trabaje para poder vivir. Entre más duro se trabaje para vivir, más despreciable pareces para él. Para él entonces cualquiera que no sea millonario es patético. Para él cualquiera que obtenga su dinero por medios sospechosos, o que es un mago en el arte de robar y mentir, deberá ser celebrado como héroe, victorioso, y merecedor de alabanza.

Ciertamente, hasta que un líder decente y patriótico emerja en Nigeria, Okorocha nunca será obligado a explicar las fuentes de su riqueza, o cómo más de N130 billones fondos del consejo de naira desaparecieron ni cómo fue que obtuvo su mansión de N1 billón en el estado de Spibat ni muchas más cosas. Lo que todo esto va a demostrar, es que en Nigeria, es probablemente, más seguro y beneficioso ser un criminal que un hombre pobre – lo que es bastante triste realmente.

Alguien le podría decir a nuestro gobernador que lo que pedimos es que nos paguen nuestros salarios mensuales. Imo es un desastre. Inclusive la educación gratuita que se anuncia en todo lado es un desastre. Sufrimos el fracaso del gobierno capitalista y anti pobres para financiar adecuadamente la educación. La situación desde los niveles primario hasta el terciario en Imo han continuado deteriorándose con ninguna visión de fin a la decadencia. Ejemplos de esta decadencia incluye: el colapso de estructuras como de edificios de escuelas públicas, clases sobre cargadas causando que algunos estudiante de Imo tengan que sentarse y estudiar en el suelo, laboratorios mal equipados en donde muchos se han tenido que convertir en aulas, convirtiendo la enseñanza de ciencias no existente en Imo, ausencia completa de bibliotecas y falta de libros necesarios, falta de profesores, etc.

Hoy día en Imo a un declive de matrículas de alumnos en las escuelas primarias públicas haciendo que muchos padres entreguen la educación de sus hijos a propietarios privados que su único y verdadero interés es ganar dinero y no tienen vacantes, comparado con los cientos que están buscando buena educación. Qué tal el desempleo masivo dentro de los desertores escolares y graduados – una situación horrible que no da confianza ni interés a estudios honestos. No seas un espectador. Un espectador es o un cobarde o un traidor. Si usted está de acuerdo con los puntos expresados anteriormente entonces únase a nosotros inmediatamente o contáctese con nosotros. Si luchamos podemos ganar, sino perdemos. La lucha continúa. Imo debe de ser mejor.

Fuente: African Herald Express. / Por: Kenneth Uwadi. / Traducción: Carolina Ruiz.

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