Esta semana nos brinda dos eventos relevantes para la vida de nuestro planeta y por tanto para la calidad de vida de la Humanidad, particularmente en los países más empobrecidos, como son los de África.
El 17 de junio es el Día mundial contra la desertización y la seguía.
La desertificación consiste en una degradación persistente de los ecosistemas de las tierras secas producida por las variaciones climáticas y la actividad del hombre. Está presente en todos los continentes y afecta al medio de vida de millones de personas, entre los que se encuentran buena parte de los pobres que viven en las tierras secas.
Las tierras secas, que suponen un 41% de la superficie terrestre del planeta, albergaban en el año 2000 a un tercio de la población humana, es decir, 2.000 millones de personas.
Los servicios de los ecosistemas son los beneficios que el hombre obtiene del medioambiente, por ejemplo: cosechas, alimentos, agua, aire, sol, vegetación, madera, animales, etc. En las tierras secas, la producción de estos servicios que proporcionan los ecosistemas está limitada por la escasez de agua, por el uso intensivo de los servicios y por el cambio climático. Las zonas más vulnerables a la desertificación son las tierras secas subsaharianas y centroasiáticas.
Aproximadamente entre el 10 y el 20% de las tierras secas se encuentran ya degradadas y, de no tomarse medidas al respecto, la desertificación pondrá en peligro futuros avances en el bienestar humano y posiblemente hará perder el bienestar ganado en algunas regiones. Por todo ello, la desertificación es en la actualidad uno de los mayores desafíos medioambientales y un obstáculo de primer orden a la hora de satisfacer las necesidades básicas de la humanidad en las tierras secas.
Esta realidad nos ayuda a ser más conscientes sobre la necesidad del uso responsable de los bienes que la naturaleza nos brinda cada día: agua, alimentos, montes, aire, sol y luna, etc.
El día 18 de junio 2015, se publicará el nuevo documento del papa Francisco sobre el medioambiente, con el título: “Laudato si” (Alabado seas), en referencia al Cántico de las Criaturas de san Francisco de Asís.
El papa Francisco ha hablado con frecuencia sobre la urgente necesidad de cuidar mejor nuestro Planeta. Es famosa su frase citando a un anciano que un día le dijo: “Dios perdona siempre, los hombres a veces, la Tierra no perdona nunca”.
Ha querido publicar este importante documento antes del Cumbre sobre el clima de Paris prevista en diciembre 2015.
El papa ha criticado a los empresarios del petróleo y a las multinacionales que buscan solo el lucro. Aboga por que los países más ricos sean más responsables de proteger el medioambiente y de encontrar soluciones al cambio climático. Es evidente que les falta voluntad política y compromiso social por el Bien Común.
“Los países más ricos, los que más se han beneficiado de los combustibles fósiles, de las tierras fértiles y de los minerales, están moralmente obligados a encontrar soluciones al cambio climático y a proteger el medioambiente y la vida humana”, especialmente entre los pueblos africanos que más sufren las consecuencias de dicha explotación medioambiental.
Este nuevo documento “Laudato si” será un análisis profundo de la realidad medioambiental y seguro que propondrá criterios y líneas de acción para cuidar más responsablemente de nuestra casa común: nuestro Planeta Tierra, pensando no solamente en los pueblos de nuestra generación que más sufren la escasez de agua y alimentos, sino también en las generaciones futuras
