La vida en una cuidad pirata de Somalia

4/11/2008 | Crónicas y reportajes

Cuando el mundo conoce noticias sobre otro barco tomado por los piratas en la región somalí de Puntland, empiezan a suceder cosas extrañas.

Se produce una gran estampida hacia el puerto de Eyl, donde las bien armadas bandas de piratas retienen a la mayoría de los barcos secuestrados.

La gente se pone corbata y sus mejores ropas. Llegan en todo terrenos con sus ordenadores portátiles, una diciendo que es el contable de los piratas, otro que es su jefe negociador.

Con más barcos capturados en las costas de Somalia esta semana, se podría decir que el secuestro en la región se ha convertido ya en una epidemia.

Las primas de los seguros para los barcos que navegan por las concurridas aguas del golfo de Adén se han multiplicado por diez en el último año debido a los piratas, la mayoría de los cuales provienen de la región semi autónoma de Puntland.

En Eyl, se puede ganar un montón de dinero, y todo el mundo anda nervioso por recibir una parte.

Toda una industria

La actual tarifa media de pagos por rescates está entre 300.000 y 1.5 millones de dólares.

Una persona que visitó la ciudad recientemente explicó cómo, a pesar de que el número de piratas que de verdad toman parte en los secuestros es relativamente pequeño, toda la moderna industria de la piratería involucra a mucha más gente.

“El número de gente que hace el primer ataque es pequeño, normalmente entre 7 y 10 personas”, cuenta. “Salen en lanchas rápidas fuertemente armados. Pero una vez que han capturado el barco, alrededor de 50 piratas se quedan en el mismo. Y otros 50 más esperan en la orilla por si acaso algo sale mal”.

Con toda esta otra gente relacionada con la industria de la piratería, como los que dan de comer a los rehenes, por ejemplo, ésta se ha convertido en un pilar principal de la economía de Puntland.

Eyl se ha convertido en una ciudad hecha a medida para los piratas, y los rehenes.

Incluso se han abierto restaurantes especiales para preparar la comida para la tripulación de los barcos secuestrados.

Mientras los piratas piden el pago de los rescates, ellos intentan cuidar de los rehenes.

Cuando comandos de Francia liberaron a dos marineros franceses, que habían sido secuestrados por los piratas en las costas de Somalia, el presidente Nocolas Sarkozy dijo que había dado su consentimiento para la operación cuando estaba claro que los piratas se dirigían a Eyl, hubiera sido demasiado peligroso intentar liberarles desde allí.

La ciudad es un escondite seguro donde apenas se hace nada para detener a los piratas, haciendo sugerir que algunos, al menos, en la administración de Puntland y de más arriba, tienen relación con ellos.
Muchos de ellos provienen del mismo clan, el clan de los Majarteen, el del presidente del Gobierno Federal de Transición, Abdullahi Yusuf.

Dinero efectivo

La región costera de Puntland está en auge. Se están construyendo lujosas casas, se empiezan a ver coches caros –todo esto en un país que no ha tenido un gobierno real que funcione desde hace 20 años.
Los observadores dicen que los piratas ganaron cerca de 30 millones en pagos de rescates el año pasado, mucho más del presupuesto anual de todo Puntland, que ronda los 20 millones de dólares.

Cuando se le preguntó al presidente de Puntland, Adde Musa, sobre la supuesta riqueza de los piratas y sus asociados, él respondió: “Eso es más que verdad”.

Ahora que están ganando tanto dinero, estos piratas del siglo XXI pueden permitirse comprar armas y lanchas más sofisticadas.
Esto significa que a menos que se haga algo más de lo que se está haciendo para detenerles, seguirán saqueando las ajetreadas líneas de navegación del golfo de Adén.

Incluso secuestran barcos que llevan ayuda alimentaria para sus compatriotas, más de un tercio de la población.

Buques de guerra de Francia, Canadá y Malasia, entre otros, patrullan en la actualidad las costas de Somalia, para intentar rechazar los ataques de los piratas.

Un trabajador de la Organización Marítima Internacional, OMI, explicó cómo los bien armados piratas se están volviendo cada vez más audaces.

Más del 30 % del petróleo mundial es transportado a través del golfo de Adén, y a pesar de que los piratas no tienen medios para secuestrar grandes tanques, hay informaciones que dicen que les han disparado. “Es sólo cuestión de tiempo, antes de que ocurra algo horrible”, dice el funcionario de la OMI.

“Si los piratas logran agujerear un tanque, y se derrama el petróleo, podría producirse un desastre medioambiental gigantesco”.

Parece muy probable que la piratería seguirá siendo un problema en las costas de Somalia, mientras la violencia y el caos se sigan produciendo en tierra firme.

Los conflictos pueden ser muy buenos para determinados tipos de negocios, y la piratería es ciertamente uno de ellos.

Las armas son muy fáciles de conseguir y no funciona una autoridad que les pueda detener, ni en tierra ni en mar.

(Horn of Africa News Agency, 03-11-08)

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