¿Es posible la democracia en el Congo?

7/05/2015 | Opinión

rdcongo_mapa.jpgLas elecciones presidenciales y legislativas previstas para 2016 suponen un hito fundamental para la República Democrática del Congo; podrían ser las primeras celebradas sin un titular protegiendo su posición. La perspectiva de estas elecciones está poniendo a prueba los nervios de todos los lados del espectro político congoleño y ya ha causado muestras de violencia mortal.

Hay una necesidad urgente de que el presidente Joseph Kabila se comprometa con el límite de dos mandatos, término indicado en la Constitución. También se necesita el consenso en las decisiones electorales clave, en particular de cara al calendario y a la lista de votantes. Esto requeriría de donantes de alto nivel y de participación internacional. Con la ausencia de acuerdo y de claridad en el proceso de elecciones, los socios internacionales deberán revisar su apoyo al gobierno.

La fragmentada mayoría gubernamental se está quedando sin opciones para evitar el plazo de 2016. Los intentos del gobierno para modificar tanto la Constitución, para que se permita a Kabila acceder a un tercer término, como las leyes electorales, se enfrentan a una fuerte oposición, como resultó evidente en la pequeña crisis de enero de 2015 sobre los cambios legislativos propuestos para las elecciones. Esta “mini-crisis” provocó una violencia mortal y una fuerte represión contra los activistas a favor de la democracia, y podría haber sido un primer indicio de lo que se espera para 2016. En este tenso contexto, la presencia de actores internacionales conlleva a una mayor insistencia en la soberanía nacional, que afecta en particular a la misión de la ONU en la DRC, llamada MONUSCO.

Las elecciones locales y provinciales previstas para 2015, que carecen de suficiencia técnica y de lista de votantes, podrían reducir la credibilidad de las elecciones nacionales de 2016, a lo que se suma la consideración de que el calendario electoral es demasiado ambicioso y costoso. El objetivo del gobierno es terminar en seis meses lo que no ha logrado durante nueve años, tratando de impulsar la descentralización mientras implementa un calendario electoral que podría agravar las tensiones locales, provocar problemas de seguridad de cara a las elecciones del año que viene y aumentar la inestabilidad en el país.

Para el gobierno, la compra de tiempo mediante la creación de retrasos parece ser el objetivo alcanzable al que puede que ya hayan llegado. La oposición fragmentada es incapaz de formar un frente unido, pero existe un acuerdo político para oponerse a cualquier maniobra gubernamental que permita alargar el mandato de Kabila después de 2016. Aparte de las ambiguas señales del presidente Kabila sobre si respetará o no el límite de dos términos, permanecen los problemas electorales experimentados en 2011.

El proceso de democratización puesto en marcha hace una década está llegando al momento de la verdad, ya que las esperanzas depositadas en las elecciones de 2006 no llegaron a materializarse. Éstas fueron las primeras, como mucho, urnas democráticas razonablemente libres y justas que se han llevado a cabo desde la independencia del país. Desde sus inicios, la reforma política y gubernamental de la República Democrática del Congo ha sido limitada. Sin embargo, en esta etapa, el retraso de las elecciones presidenciales y legislativas de 2016 ha sido el equivalente a una extensión inconstitucional del régimen. En enero de 2015, la violencia en Kinshasa fue una clara demostración de las aspiraciones de cambio político de la sociedad. Si al proceso electoral no se le permite avanzar sin obstáculos, los actores internacionales, con la misión de la ONU sobre el terreno, se arriesgan a apoyar a un régimen con incluso menos legitimidad que el actual.

Todos los esfuerzos se centran en crear condiciones de credibilidad para las elecciones de 2016. Por ello, los actores políticos congoleños y el CENU debería revisar el calendario electoral y retrasar las elecciones locales hasta que la descentralización haya concluido, y las elecciones provinciales deberían ser organizadas para que coincidieran, o se acercaran en el tiempo, a las elecciones nacionales. Se requiere asimismo una estrategia clara de prevención de conflictos y de resolución de conflictos, particularmente a nivel local. Tales esfuerzos no pueden incluirse sólo en el horizonte de las elecciones. Unas elecciones exitosas no equivalen a la democracia ni al buen gobierno; la transformación de la política congoleña ha de recorrer un largo camino y requiere cambios en las prácticas de gobernanza, trabajo que durará muchos años.

Recomendaciones para evitar un descenso hacia la crisis y organizar un proceso electoral consensuado:

-Para el Gobierno de la República Democrática del Congo:

• Afirmar su compromiso con respecto a la Constitución, en particular con el límite de dos mandatos para el presidente Kabila, y con el plazo para las elecciones presidenciales y legislativas;

• Garantizar el derecho a la libre expresión de las personas, de la sociedad civil y de la oposición, y abstenerse de las detenciones y el acoso a los opositores;

• Poner a disposición del CENI los recursos financieros necesarios de manera transparente;

• Reforzar las estructuras judiciales que tienen responsabilidades electorales, como el Tribunal de Gran Instancia y el Tribunal Constitucional;

• Abrir un diálogo inclusivo sobre la naturaleza y la velocidad de la descentralización, en particular, con el establecimiento de autoridades locales que organicen las futuras elecciones locales;

– Para el Gobierno, los partidos de la oposición, la sociedad civil y el CENI:

• Establecer un diálogo de trabajo permanente e institucionalizado, con el objetivo de alcanzar el consenso respecto al calendario electoral, la lista de votantes y la apertura del espacio político, entre otros aspectos;

• Modificar el calendario electoral y cancelar el término del ciclo electoral de 2011 (provinciales, Senado y elecciones locales). Concéntrense, en cambio, en la organización de elecciones presidenciales y legislativas del 27 de noviembre de 2016, posiblemente en combinación con las elecciones provinciales;

• Establecer, en estrecha cooperación con actores internacionales, en particular con la MONUSCO, una estrategia de prevención de conflictos, de seguridad y de solución de controversias, como condición previa para las elecciones locales.

– Para el CENI:

• Dar prioridad a la construcción y al mantenimiento del máximo consenso durante todo el proceso electoral;

• Comunicar regularmente y con total transparencia sus decisiones, avances y retos para la aplicación del calendario electoral, a través de una plataforma de acceso público y de los medios de comunicación;

• Trabajar de forma transparente con la oposición, con los expertos electorales, con la sociedad civil y con el Gobierno, para la creación de listas de votantes legítimos;

• Colaborar estrechamente con los medios de comunicación, la sociedad civil, el Gobierno, la oposición y los socios internacionales en una campaña de educación y sensibilización para el público votante.

– Para los partidos políticos de la oposición:

• Crear una estructura entre los partidos para mejorar la coordinación de temas electorales.

– Para los principales donantes y socios internacionales (ONU, Unión Africana, Comunidad de Desarrollo del África Meridional, Conferencia Internacional de la Región de los Grandes Lagos, Unión Europea, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Bélgica):

• Enviar una delegación ministerial integrada por la ONU, la UA, representantes de la UE y de EEUU para iniciar un diálogo con el presidente y con los actores congoleños relevantes sobre el proceso electoral, y seguir con el diálogo político mediante un grupo de enviados especiales. El mensaje debe ser el pleno compromiso con la Constitución por parte del presidente y el gobierno, destacando que el incumplimiento tendrá un grave impacto en el apoyo internacional;

• Agilizar las posiciones de y con la comunicación mediante un grupo de trabajo de embajadores coordinado por el representante especial del Secretario General en Kinshasa;

• Proporcionar un respaldo constante a los buenos oficios encomendados al enviado especial de la ONU para la Región de los Grandes Lagos y para el SRSG de cara a las elecciones;

• Concentrar el apoyo financiero y material sobre el registro de los votantes y la capacitación de funcionarios electorales para ayudar a asegurar las elecciones de 2016, así como sobre la vigilancia de la sociedad civil y la educación de los votantes;

•Enviar personal adecuado a misiones de observación a largo plazo y garantizar la estrecha comunicación y colaboración entre ellos;

• Evaluar y revisar el progreso en el proceso electoral, tal y como se prevé en la Resolución 2211 del Consejo, y suspender el apoyo electoral y las fuerzas de seguridad congoleñas si el presidente y el gobierno continúan apostando por romper el límite de los dos mandatos. En tal caso, revisar la ayuda pública al desarrollo y considerar la revisión del mandato de la MONUSCO.

International Crisis Group

Daily Maverick – Fundación Sur

Traducción de Iris Pugnaire Sáez

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