DE LA MÁS HERÓICA ADOPCIÓN AL MÁS TRÁGICO ABANDONO DE LOS INMIGRANTES.

20/04/2015 | Editorial

Existen profundos contrastes en la vida y en el comportamiento de las personas y de los pueblos. Somos capaces de comportamientos heroicos y también podemos a veces llegar a ser inhumanos y crueles.

Nuestro comportamiento con los inmigrantes, especialmente los africanos, manifiesta toda la gama de contrastes.

Todos conocemos personas y familias que han dado su vida para promover la dignidad, belleza y calidad de vida de pueblos africanos.
Conozco familias jóvenes de España, que han acogido con un inmenso cariño y adoptado a niños-as africanos (huérfanos) que hoy son y se sienten también miembros de su nueva familia.

Otras personas e instituciones religiosas se desviven por acoger y facilitar la integración de los inmigrantes africanos en la vida, sociedad y trabajo de nuestro país.

Al mismo tiempo, constatamos el terrible sufrimiento y la muerte de cientos y miles de inmigrantes africanos, que después de abandonar sus familias en situaciones de hambre, violencia y pobreza extrema, se aventuran a largos y duros viajes por África, para terminar su camino, con demasiada frecuencia, en las aguas del Mediterráneo.

Las dos últimas tragedias han sido realmente escalofriantes: la de 400 personas que se ahogaron (el 12.4.15) en el Mediterráneo de una sola patera, y la de más de 700 personas, podrían ser 900 según un testigo, ahogadas ayer en el Mediterraneo, (el 19.4.2015), y delatan la incomprensible indiferencia y falta de humanidad en los líderes europeos y africanos, así como de toda la comunidad internacional ante semejantes tragedias humanas.

No queremos tener respuesta para la tragedia de los naufragios y para las causas que los motivan.

Los continuos conflictos en Oriente Próximo, la violencia en muchos países africanos, la explotación de los abundantes recursos naturales y minerales de África por gobiernos y multinacionales, son algunas de las razones de raíz para explicar este fenómeno de la imparable migración.

¿Por qué una enferma del ébola en España parece valer más, incluso para los medios de comunicación, que 10.000 enfermos que han fallecido por el ébola en Guinea, Sierra León y Liberia, de los que casi nada se sabe.?

¿Por qué las 1.900 personas fallecidas en el mar, en lo que va de año, según la Organización Internacional por los Migrantes (OIM), se olvidan en el trascurso de un día.?

Es verdad que los guardacostas italianos han asistido solo en abril a unos 8.000 migrantes africanos, y que solo el sábado y domingo (11-12 de abril) han rescatado a 42 barcos con 6.500 migrantes. Desde comienzos de abril se han acogido a más de 10.500 migrantes en las costas italianas.
Durante 2014, 283.000 inmigrantes irregulares llamaron a las puertas de la UE

¿Por qué la Unión Europea no cuenta con un programa de salvamento adecuado?. Y sobre todo: por qué tantos miles de africanos-as se ven obligados a emigrar? Por qué no asumen los gobiernos europeos, africanos y mundiales su inmensa responsabilidad en la violencia, abusos y pobreza que esclavizan a millones de africanos, obligándoles así a emigrar?

Lo que nos indigna más aun es que otras catástrofes semejantes seguirán repitiéndose mientras las desigualdades sigan aumentando y millones de personas sigan sufriendo en sus países africanos de origen.

No podemos acostumbrarnos a estos hechos trágicos. Sabemos que la mayoría de los inmigrantes africanos huyen de la guerra, de las masacres, y del hambre, para vivir en dignidad y seguridad.

Solo creando condiciones políticas, económicas y sociales para una vida digna de todas las personas, en todos los países del globo, podremos superar los retos relevantes de nuestro mundo y promover una vida en solidaridad y armonía. Existen los medios. ¿Seremos capaces?

Como decía Nelson Mandela: “Nos necesitamos unos a otros. Nos necesitamos todos para construir un país nuevo y un mundo nuevo”.

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