Venta de guijarros y piedras en Bouaké, un jugoso negocio para las mujeres de Burkina Faso

30/03/2015 | Crónicas y reportajes

Con la recuperación de la economía, las obras de construcción crecen como setas en Bouaké, Costa de Marfil, y eso permite a las mujeres que buscan el material restante y abandonado un método de subsistencia duro pero con un futuro brillante.

La búsqueda de la piedras

La actividad más popular en Bouakéy que rodea las actividades de las mujeres, es la búsqueda de las piedras trituradas que sirven para alimentar a las familias. En todos los distritos y pueblos cercanos a Bouaké, de Belleville a Tchielèkro pasando por la zona de Gonfreville, Sokoura, Minankro, Diabo-Sokoura, las mujeres se encuentran inmersas en esta actividad, la mina de oro para ganar unos ingresos sustanciales.
Ellas le conceden tanta importancia que lo consideran como una profesión. Según Fatim Debele, del barrio de Belleville, «Nuestros compañeros van al mercado y nosotras nos dedicamos a la búsqueda de guijarros. Con todas las dificultades que ello causa. Pero es lo que nos permite sobrevivir en nuestros hogares».

En el barrio de Broukro, para Madame Kouamé Prisca, cuyo marido ha estado en paro durante mucho tiempo, la búsqueda y la venta de grava es una verdadera ganga. Prisca nos dice con una sonrisa «La comida, la educación de los niños y otros gastos de la familia son ahora posibles gracias a la venta de mis piedras». Y, efectivamente, para la obtención de guijarros, piedras y grava, las mujeres se dedican a recolectarlas a lo largo de las carreteras. Incluso van al monte a buscar. Una tarea a la que no dudan en involucrar a los niños en su tiempo libre. Las piedrecitas también se seleccionan y se trituran para hacer grava.

Según Dosso Fatim, madre de seis hijos y residente en el barrio de Koko-Petone, “Esta es nuestra forma de proceder en todas partes, aquí en Bouaké y por toda la zona». En el barrio de Sokoura, «las buscadoras de piedras también trabajan extrayéndolas”.

La extracción de piedras

Este segundo método consiste en cavar de 1 a 2 metros de profundidad para extraer las rocas enterradas y machacarlas. Un trabajo, a la vez, desafiante y agotador. Pero sigue siendo rentable, afirman las mujeres entrevistadas. Para Aya Koffi, a pocos metros de una antigua cantera en el camino a Diabo, el precio del contenido de una carretilla varía entre 1.000 y 2.500 francos CFA dependiendo de los lugares. Sin embargo, comenta, la carga de un camión cuesta alrededor de 25.000 FCFA contra los 50.000 FCFA oficiales que le puede costar al comprador en el mercado. «Nuestros precios son asequibles, pero el trabajo es difícil. Por lo tanto, la gente prefiere ponerse en contacto con nosotros para sus construcciones. Pedimos un poco de ayuda, que los funcionarios de la ciudad sean conscientes de nuestra situación porque estamos sufriendo”. De hecho, los empresarios son, con mucho, los principales clientes potenciales de estas «damas de piedra» para sus trabajos de construcción.

lentrepreneuriat.net – (Fundación Sur)

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