De la tierra al tatami, sueños olímpicos de una tribu sudanesa

25/03/2015 | Crónicas y reportajes

En un gimnasio en ruinas en Jartum una docena de chicos en camiseta luchan bajo la mirada crítica de su entrenador, un joven japonés cuya misión es hacer convertirlos en campeones de lucha papa los Juegos Olímpicos de 2020.

Musculados y ágiles, los jóvenes miembros de la tribu Nouba han aprendido a luchar al mismo tiempo que a andar.

Los luchadores «están todos en excelente forma físico», admite el entrenador. Pero eso es prácticamente todo. Encargado por la embajada de Japón en Jartum de formar un equipo capaz de brillar en los Juegos Olímpicos de Tokio dentro de cinco años, Kosuke Sunagawa tiene todavía mucho trabajo por delante.

Detrás del entrenador de sólo 23 años, dos luchadores compiten frente a sus compañeros de equipo, ávidos de aprender nuevas técnicas.

La lucha es un deporte firmemente implantado en Japón, que ganó seis medallas, cuatro de ellas de oro, en los últimos Juegos en 2012.

El interés de Japón en los luchadores de Nouba vino por parte de un diplomático japonés en Jartum, entusiasta de la lucha libre, que una vez decidió desafiar a los campeones locales. Eso fue en 2013 y Yasuhiro Murotatsu perdió todas sus peleas. El evento atrajo a cientos de espectadores.

Tokio dejó pasar la oportunidad de relacionarse con un país poco abierto a las relaciones internacionales y que Tokio considera como una isla de relativa estabilidad, a pesar de la existencia de conflictos armados en regiones sudanesas remotas.

Crear desde cero un equipo de alto nivel en un país que tiene una sola medalla olímpica (en 2008 atletismo) no es fácil, pero la Embajada de Japón considera que esta asociación de 50.000 dólares es una buena inversión.

Los luchadores de M. Sunagawa deben ahora aprender las reglas de la lucha libre, uno de los dos tipos de lucha que se practican en los Juegos Olímpicos.

En la tradición Nouba los luchadores se enfrentan sobre la arena y la victoria se le da al que se las arregla para lanzar a su oponente al suelo.

En los Juegos Olímpicos, cada llave es equivalente a un cierto número de puntos y la victoria es para el que logra poner los hombros de su oponente en el tatami.

«Hago lo que puedo para desarrollar su potencial, proporcionándoles programas a medida», dijo el entrenador,”Suna».

Para los luchadores, esta es una oportunidad de desarrollar un talento que cultivan desde la infancia a fuerza de observar a los campeones que compiten en Jartum, donde una multitud asiste, todos los viernes, a los combates que levantan nubes de polvo.

Es viernes, Wissam Mohammed se sienta en la primera fila. Este carnicero de 18 años fue seleccionado por su entrenador para ir a Japón en abril, junto a otros tres luchadores jóvenes y dos aprendices de entrenador sudaneses. «Quiero participar en los Juegos Olímpicos en 2020. Si Dios quiere, ganaré una medalla de bronce y voy a levantar la bandera de Sudán”, aseguró.

‘Antigua Tradición’

Durante su primera visita a Sudán en noviembre, Kosuke Sunagawa pensó que las cosas habían ido bien, pero a su regreso en febrero, se dio cuenta de que varios de sus alumnos simplemente habían dejado de entrenar.

Demasiado pobres como la mayoría de los Noubas de Jartum originarios de Kordofan-Sur, devastado por años de guerra civil, los jóvenes luchadores habían tenido que volver a trabajar para poder mantenerse.

Además del factor social, el desarrollo de los combates en Sudán se enfrenta a un problema estructural. «Hay falta de instalaciones», admite Ahmed Hashim, secretario general del Comité Olímpico sudanés. «Todo lo que tenemos es nuestra antigua tradición de lucha Nouba.»

En la habitación decrépita, la mitad de las ventanas están rotas y el aire acondicionado es un sueño. Esta es la mejor instalación de que disponen pero eso no impide no impide al Sr. Hashim apuntar alto.

Su primer objetivo es clasificarse por primera vez en la historia de los luchadores sudaneses para los Juegos Olímpicos de Río en 2016 o 2020 en Tokio. «Y, a largo plazo, queremos que la lucha se convierta en un deporte bien establecido en Sudán y que, periódicamente, intente ganar medallas»

afriqueexpansion.com – (Fundación Sur)

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