La lucha de las campesinas guineanas reconocido y valorado en la CRD de Samaya, en Guinea Conakry

27/10/2008 | Crónicas y reportajes

“Reivindicad vuestro derecho al desarrollo como un derecho de la mujer”. El pasado 15 de octubre, por encima de las banderolas que flotan como una bandera a la entrada de la CRD (Comunidad Rural de Desarrollo) de Samaya, prefectura de Kindia, en Guinea Conakry, esta frase, pronunciada por Elly Pradervand, Directora Ejecutiva y Coordinadora de la campaña mundial a favor de los derechos de las mujeres campesinas, centra la atención de las numerosas personalidades que vinieron a celebrar aquí, como en todos los países miembros de las Naciones Unidas, el Día Internacional de la Mujer Campesina.

En efecto, la mujer campesina en general, la guineana en particular, es el motor del desarrollo nacional. Esposa y madre, es la primera en levantarse y la última en acostarse. En la cocina, como en todos los ámbitos de la vida, la familia, pese a la importante presencia masculina, gira en torno a ella. Ella lava a los niños, los viste y los acompaña al colegio. Después, saca agua muy lejos del pueblo, lava los platos, prepara el arroz para la familia, va a roturar y a labrar el campo, vuelve a casa con un fardo de madera sobre la cabeza y se mete en la cama para dormir si el bebé que lleva a la espalda decide darle un poco de tiempo para descansar. Desde hace mil años, este esquema inmutable y fijo supone la vida cotidiana de la mujer campesina guineana.

Así pues, para decirle lo mucho que Guinea y la humanidad reconocen su papel de motor en el equilibrio de la familia en esta vida de miseria, el Gobierno, representado por el Dr. Mahmoud Camara y la señora Germaine Mangue, Ministros de Agricultura y Asuntos Sociales respectivamente, ha venido a este pequeño pueblo para presidir esta ceremonia nacional. A su lado, toda una personalidad, el Representante residente de la FAO en Guinea, Pierre Gbianza.

En su discurso para la ocasión, Dr. Mahmoud Camara, dijo: “El Gobierno reconoce vuestra labor diaria, vuestro coraje inigualable y vuestra abnegación para mejorar las condiciones de vida del medio rural – y añadió – sois el orgullo de nuestro país y estamos preparados para tomar todas las medidas necesarias para proteger vuestros derechos”.

En esta misma línea, Pierre Gbianza les dijo a las mujeres: “Vuestra contribución indispensable al desarrollo, a la producción y a la seguridad alimentaria así como al mantenimiento de la paz merece ser reconocida, agradecida y apoyada”.

Tras esta inauguración oficial de la ceremonia, la delegación gubernamental se trasladó a COOPAGRI Fabik, la propiedad de Hadja Fatoumata Fofana que cuenta con 72 hectáreas. Aquí la agricultura no es un eslogan más, es una realidad tangible y palpable. La comitiva visitó 5 ha de bananas y plátanos, 3 de piñas, 32 ha de palmeras de aceite que producen 22.000 litros anuales, además de visitar la zona de cría de 200 cabezas ovinas, 3 hectáreas de arroz y el cultivo de todo tipo de legumbres. Además de todo lo que consigue de estas tierras Hadja Fatoumata, esta valiente mujer, muy diferente al resto, gracias a los millones de francos que consigue amasar cada día, consigue hacer vivir a todos los campesinos de la zona. Eso demuestra que, al menos por una vez, en este país de tradiciones dominadas por el hombre, hay mujeres campesinas que se hacen respetar.

Sénkoun Wagué,

corresponsal de guinee24.com

20 de octubre de 2008.

Traducido por Amaia Casero Perpiñá.

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