El silencio es el grito del viento, por Rocío Periago

11/03/2015 | Bitácora africana

Como una forma de resistencia pasiva y silenciosa, los Círculos de Silencio aúnan a grupos de ciudadanos que apoyan con su presencia el respeto a los Derechos Humanos y la abolición de las leyes contra los inmigrantes.

Fueron creados por Alain Richard, en el seno de una comunidad franciscana en Toulouse en 2007, y a día de hoy están extendidos por múltiples ciudades francesas, teniendo también presencia en algunas ciudades españolas (Madrid, Granada, Vitoria, Valladolid, Murcia o Zaragoza, entre otras). Suponen una acción no violenta, accesible a cualquier persona -sea o no creyente- que quiera manifestar su respeto y solidaridad frente al sufrimiento de las personas inmigrantes, buscando llamar la atención sobre la realidad injusta en que se ven obligados a vivir.

Activistas pacíficos y comprometidos con la denuncia social, estos grupos de personas se juntan todos los primeros viernes de cada mes en lugares céntricos en diferentes ciudades y durante una hora, se manifiestan en silencio formando un círculo, a veces rodeando fotos y mensajes contra las políticas migratorias.

En algunos lugares para hacerlo más ameno (no deja de ser duro permanecer una hora en silencio) se leen experiencias o se suele entonar alguna canción (por ejemplo, el Canto a la Libertad de Labordeta), y luego se disuelve tan pacíficamente como ha comenzado. Una vez al año, el primer domingo de agosto, el colectivo A Desalambrar junto con los Círculos de Silencio llena las playas españolas con cruces de cañas, simbolizando las miles de personas que mueren por llegar a las costas europeas, huyendo de guerras y pobreza en sus países de origen.

Gil Corre es un realizador francés que un día en Toulouse se encontró con uno de estos círculos…tanto le llamó la atención que entró y se quedó la hora en él. Siempre había estado interesado en la política, en temas de inmigración… había realizado algunos trabajos de carácter social y algún documental sobre música de jazz, sobre mujeres intérpretes en Nueva York. Esta manifestación ciudadana de la no violencia le impactó de tal manera que durante el año 2013 decidió realizar un documental sobre los Círculos de Silencio, que se encuentra ahora mismo promocionando por diferentes ciudades españolas. “¿Cuál es la eficacia de la no-violencia? ¿Es una utopía o una realidad?” plantea reflexionando sobre el documental. “Es una cuestión de silencio, desde hace unos años necesito silencio para mis proyectos, para pensar, tengo fobia del ruido…antes llegaba a casa y ponía la música para ambientar, para llenar el espacio. Ahora quiero apreciar el momento en el que la pongo”. El tratar un tema con gran carga social como parte de su trabajo le parece fundamental como ciudadano, “es difícil hablar de silencio a la gente, pero la inmigración es un tema actual”. “En los círculos se condensan muchas cosas muy profundas y muy interesantes, y también muy difíciles de comprender.”

Seas religioso o no, hay determinadas cosas que no puedes tocar, que son sagradas. Me refiero al respeto, a la libertad, a la integridad del ser humano… no quiero hacer al otro lo que no quiero que me hagan a mí. Los círculos me inspiran muchas cosas, yo no soy cristiano pero el mensaje de que la otra persona es igual a mi me parece fundamental.”

Hablamos de silencio visible, tangible, de una herramienta que sirve para enviar un mensaje sin palabras, un grito sin sonido. “La gente que pasa te ve, le llama la atención, estar en silencio en tu casa no sirve de nada, es necesario que tenga un impacto”. La red es de gran ayuda, “gracias a internet un grupo de mil personas que están en silencio pueden llegar a mucha gente, puede ser muy poderoso; y más en situaciones en que parece que necesitas de la violencia para hacer que te oigan” Compara asimismo los árboles con esa noción de sagrado que puede tener el formar parte del círculo: “Estás de pie, como un árbol, con las raíces en la tierra y la cabeza en el cielo…“ Estas y otras tantas ideas fluyen en el debate que se genera después de ver el documental.

“Hace pensar a la gente acerca del valor de la persona y de la responsabilidad que tenemos como sociedad”.

Con mayor o menor afluencia de personas, suelen ser personas de mediana edad, tanto hombres como mujeres. Podemos encontrar también algunos jóvenes en los Círculos de Silencio, pero la gran mayoría sobrepasan los 50 años. En Murcia llevan unos 4 años, con mayor o menor respuesta de la gente, en Madrid y Granada se ha notado en los últimos tiempos un bajón en la participación, aunque siguen adelante. En Cartagena es más reciente, se reúnen en la céntrica plaza del Icue, en el corazón de la ciudad. Isabel, Antonio, Pedro, Isa, Marta, Charo, Irene, Juste, Victoria…. y otros muchos compañeros. Unos por motivos religiosos, otros por convicciones personales, pero nadie quiere permanecer ajeno a una realidad que tenemos delante de los ojos: La realidad de la inmigración en la frontera sur de Europa. Dos de ellos sujetan una pancarta donde se puede leer La indiferencia nos hace cómplices, turnándose para no cansarse manteniendo la misma postura todo el tiempo. Antonio coordina la actividad con un megáfono en la mano, que se van pasando para poder escuchar las diferentes experiencias personales.

Una foto de un chico africano con la mirada vacía y de otro recubierto por una manta de Cruz Roja acompañada del texto No son delincuentes, ¡No a los CIE!, o un cartel que pone Fuera cuchillas nos resumen las reivindicaciones de estos grupos de personas. En el centro del círculo, escrito a rotulador sobre una cartulina, la cifra de 3.072 nos recuerda las personas que han perdido la vida en el Mediterráneo intentando llegar a las costas europeas a lo largo del último año (más todas las historias que nunca se supieron y se perdieron en el mar sin ningún registro).

Un grito silencioso, una reivindicación de la dignidad del ser humano sin ninguna ideología o convicción más allá de la de que ninguna persona es ilegal.

Original en : Soplalebeche

Autor

  • Periago , Rocío

    Licenciada en Derecho por la Universidad de Murcia. Abogada no ejerciente. Máster en Derecho Constitucional Europeo por la Universidad de Granada, con especialización en políticas migratorias de la UE. Estancias de estudios e investigación en Italia y Colombia. Tengo experiencia docente y formadora, y diversas publicaciones en este ámbito.

    Experiencia en el ámbito del tercer sector, trabajando en el desarrollo de proyectos europeos dentro y fuera de la Unión Europea, así como en el área de la intervención social, principalmente con jóvenes y con inmigrantes y refugiados. Especialización en Responsabilidad Social Corporativa, centrándome en la acción social, comunicación y diseño social.

    Rocío Periago es la autora del blog www.soplalebeche.com que compartirá con los lectores de esta página web, un blog que según presenta Rocío tiene “Curiosidad innata por las personas y todo lo bueno que pueden generar”, es un espacio donde intento hablar y compartir contenido sobre la realidad social en que vivimos, pero también Responsabilidad Social (RSE, RSC), Tercer sector, Comunicación, Unión Europea, Derechos Humanos, transformación social…una visión diferente sobre la forma de comunicarnos, dándole valor a las personas y apostando por el cambio social.

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