POR LOS DERECHOS HUMANOS Y CONTRA LA CORRUPCIÓN

9/12/2014 | Editorial

Hoy 9 de Diciembre, es el día Internacional contra la corrupción y mañana 10, es el día Internacional de los Derechos Humanos.

Constatamos que para la sociedad actual, estos dos temas, junto con la desconfianza en la clase político-financiera, constituyen los puntos más cruciales en este momento, para nuestra sociedad. El 63% de los españoles consideran la corrupción como el reto principal, mientras que el 76% de la población considera el paro como reto prioritario.

Los datos de corrupción son sencillamente escandalosos. Nos sorprende la desvergüenza y falta de responsabilidad de tantos políticos y financieros, que roban todo lo que pueden, al mismo tiempo que hablan de democracia, recuperación económica y derechos humanos.

De África, según la ONU, han salido para paraísos fiscales más de 400.000 millones de dólares. El 40% del capital de los líderes africanos está depositado fuera de África.

En España, 360 líderes en altos cargos están acusados de corrupción. El 80% de ellos pertenecen a los grandes partidos.
La hipocresía de muchos líderes político-financieros, prometiendo trabajar por el bien común por un lado y sacando millones de euros a paraísos fiscales por otro lado, no parece tener límites.

En España, el presupuesto anual y real de defensa alcanza unos 800 millones de euros. Los capitales apartados a paraísos fiscales en 2013 llegaron a 144.000 millones de euros, y esto supone una pérdida de recaudación tributaria de 7.400 millones de euros cada año. Si estos fondos se gestionaran responsablemente, podríamos solucionar los problemas del paro, hambre y mejorar considerablemente nuestros servicios en la educación y sanidad públicas, que buena falta hace.

Resulta penoso constatar hasta qué punto se han recortado el personal y los fondos en los hospitales públicos, donde las listas de espera son cada día más largas, así como en los centros educativos y universidades públicas, donde se puede admirar le profesionalidad y vocación de los profesores que trabajan en condiciones muy difíciles.

Estos hechos son consecuencias, por una parte, de un sistema político-financiero totalmente inhumano e injusto, como lo repite el mismo Papa Francisco. Por otra parte, resalta demás la falta grave y bastante común de integridad en los líderes sociales. Las personas no cuentan cuando todo gira alrededor de las ganancias desorbitadas y con frecuencia robadas, de unas minorías.
La tolerancia y hasta la pasividad de gran parte de la sociedad es también responsable de estos graves abusos.

La dignidad humana y sus derechos personales y sociales, parecen ser “literatura” para gran parte de nuestros financieros y políticos, en Europa, África y otros continentes.

Las Constituciones están bastante bien escritas y en general respetan los derechos humanos, aunque no siempre, como cuando se quiere justificar el aborto libre, con el eslogan: “derecho a decidir”. No todo lo que es legal es necesariamente justo, ético y bueno para la comunidad.

Hecha la ley, encontrada la trampa! Cuando se pierde el respeto a la dignidad del ser humano y sus derechos humanos ya no cuentan nada , entonces hemos llegado a un profundo nivel de deshumanización. Por eso esta crisis es ante todo “antropológica.”

Y cuando una sociedad llega a tal grado de deshumanización y de esclavitud del capital, entonces el proceso de sanación y regeneración en los valores fundamentales y de la harmonía social, será necesariamente largo, complejo y laborioso.

Mientras no seamos más conscientes de la esclavitud que sufrimos, nosotros y los mil millones de personas que sufren hambre real, y que toleramos, no podremos comprometernos juntos para sanear las raíces de la esclavitud y promover con vigor alternativas políticas y financieras más éticas, de comercio justo, y de gobernanza responsable y humanista.

“Cada representante debe garantizar mejor la coherencia entre las políticas económicas y el respeto de los derechos humanos y colocar la dignidad humana en el centro de las preocupaciones económicas y financieras”, dijo Denis Mukwege al Parlamente Europeo.

El Papa Francisco proclamo los mismos principios básicos: “Promover la dignidad de la persona significa reconocer que posee derechos inalienables, de los cuales no puede ser privada arbitrariamente por nadie y, menos aun, en beneficio de interés económico”.

Cuando la esclavitud de otros seres humanos no nos importa, entonces también nosotros estamos siendo esclavizados.

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